Padres.
Narración por Linay.
He vivido toda mi vida técnicamente sola, a mi madre la veo tres veces al año y a mi padre solo he visto tres veces en persona, ambos viajan todo el tiempo.
Mi papá es una cara en una tableta, mi mamá es números en el banco y el resto de mi familia solo son nombres escritos en documentos. He conocido todo el mundo pero sola, no había con quien comer esos deliciosos postres o alguien que disfrutará conmigo los paisajes.
Tengo padres pero no papás.
Tengo dinero pero no amor.
Tengo una vida pero no ganas de vivir.
Ni siquiera tenía trece cuando quería renunciar a vivir pero "No estás sola, estoy aquí contigo" fue lo que me dijo un niño castaño en un parque, le grite que se fuera pero vino todos los días a verme en el mismo lugar, cada día traía una comida diferente y nuevas historias que contarme, le decía que me molestaba verlo pero todos los días me sentaba en el mismo lugar y a la misma hora para esperarlo.
Ese niño tan insistente era Nick, con los días nos hicimos amigos y me llevo a su casa, ví todo el amor y atención que recibía, sentí celos.
Su papá viaja mucho como el mío, tienen trabajos similares, creí que éramos igual hasta que un día se cayó de un árbol mientras intentábamos hacer una casita, su mamá lo llevo al hospital y espero al pie de la cama hasta que mejorará, a las horas llego su papá, aún llevaba la maleta y su pasaporte en la mano. Él vino desde los Estados Unidos a ver a su hijo que se había caído, no se había roto un hueso o fue operado, el niño solo estaba en observación y aún así dejo todo ahí para estar con su hijo.
Mis padres jamás harían algo como eso solo depositarian más dinero.
Lloré por días después de ver eso, tenía tantos celos.
Nick aprendió la forma de amar de sus padres, cuidaba a sus amigos, se aseguraba que comieran, que nadie los molestara, era educado y amable con todos.
Él me cuidaba de una manera aún más cariñosa, me compraba todo, me visitaba o llamaba todos los días, iba por mí a la escuela o al aeropuerto. Nick me protegía y amaba como nadie lo había hecho en toda mi vida.
Una vez nos casamos en una kermés, él prometió que cuando cumplieramos treinta se casaría conmigo, tal vez él lo dijo en broma pero para mí fue una verdadera promesa, yo quiero pasar el resto de mi vida con él.
Yo sabía que él me quería como yo a él por eso no me importó verlo besar y tener sexo con medio mundo en fiestas, yo hacía lo mismo pero ambos en cierto sentido aunque no le dijéramos sabíamos que nos pertenecíamos el uno al otro.
Porque no importa con cuantas personas este él siempre volvía a mi habitación después de una fiesta a dormir en mis brazos, no importaba cuantas personas besará él siempre me besaba a mí con más cariño y ternura.
Él es mío y yo soy de él.
Eso creí.
La mamá de Nick me envió la foto que le tomó con Ian, "creo que nuestro pequeño se ha enamorado" es lo que decía el mensaje, apenas lo ví me subí a un avión.
Han habido miles de chicas en la vida de Nick pero él jamás había llevado una a casa o presentado una con su madre. Cuando me dijo que no me acercara a Ian pensé que estaba celoso pero ahora era diferente, Nick no puede amar a Ian.
Si él ama a alguien ya no me amará a mí, ya no tendré a nadie, perderé a la única persona que me quería y se preocupaba por mí.
Ian me esta robando lo único que tengo.
Nick.
Le dije a Ian que pasaba por él en cinco minutos, sonaba algo enojado pero no quise preguntar, suele decirme si esta molesto conmigo así que lo deje pasar, Linay sale y entra de la habitación con las zapatillas en la mano, se decidió por un vestido verde oscuro corto de tirantes, le queda bastante pegado pero ella jura que no le límita el movimiento, el cabello lo lleva suelto pero se lo medio ondulo además de hacerse un delineado que vio en tiktok.
—¿Cómo me veo? —pregunta levantado ambos brazos, supongo que es una nueva pose que aprendió.
—Siempre te ves hermosa —respondo sincero.
—¿Solo eso?
—Perfecta, preciosa, sexy, deslumbrante, única —repito halagos riendo.
—Tú también te ves muy bien.
Se acerca mí y acomoda mi ya revuelto cabello, me decidí por un top crop verde del mismo color del vestido de Lin, jeans negros junto a una chaqueta negra, Lin parece feliz con los resultados.
—¿Nos vamos? —pregunto ofreciendo mi brazo, ella lo toma y ambos salimos de la habitación, frente a ella nos espera mamá quien nos toma miles de fotos feliz, seguramente acabarán en Instagram.
Subimos al auto y en menos de cinco minutos llegamos a la casa de Ian, se abre la puerta de la casa apareciendo primero su papá y después él, pantalón negro, camisa negra transparente que deja ver una especie de top que supongo que es el binder del que me habló, Dios que hermoso abdomen tiene, no sabía que hacía ejercicio.
¿Me pasan algo para secar mi baba?, gracias.
—Hola —saluda tímidamente mientras se abraza a si mismo.
—Hola precioso, vamos —miro a Lin pero ella no se mueve, pensé que se pasaría atrás.
—¿No te molesta ir atrás?, es que me mareo —le pide a Ian, él me mira y luego a Lin antes de subir a la parte de atrás, no sabía que Lin se mareada, bueno, siempre va junto a mí —. Meses sin vernos, luces bien aunque creo que te lucen más las chaquetas.
—¿Enserio? —Ian parece encogerse en su lugar avergonzado, para mí luce muy bien pero Lin es una chica, sabe más de estilo.
—Mira, ¿la quieres? —digo señalando con mi cabeza la chaqueta roja junto a él, es la que le compré.
—¿Es para mí?
—Sí, ¿te gusta?
—Me gusta —con una pequeña sonrisa la observa algunos segundos para después ponersela, el rojo es su color.
—Ay bebé, ¿fue la que compraste cuando me llevaste a comprar ropa?, Ian te sacaste la lotería, él es muy romántico cuando se lo propone —Lin ríe pero Ian no, ¿por qué luce tan incómodo?