Shantensya
Corría lo más rápido que me era posible, mis maletas se perdieron en el aeropuerto, ahora era muy tarde y rogaba, imploraba a dios porque el crucero no zarpara todavía, mi pesada maleta no me ayuda a correr con mayor velocidad, tropecé y por poco me caigo afortunadamente no fue así, cuando llegue al crucero mi respiración era errática, casi sentía mi corazón en mi garganta, oficialmente tengo que hacer ejercicio, ¡¡qué condición física más asquerosa que tengo!!
- Señorita se encuentra usted bien - intente responder la pregunta del tripulante, pero no podía ni hablar, intente normalizar mi respiración
- Si yo estoy bien, pero mi condición física es horrible, al regresar me inscribire a un gym o moriré en una persecución - el tripulante sonrió
- Señorita hay un gym muy bien equipado en el crucero -
- ¡¡Encerio!! -
- Si se encuentra justo al lado del salón de yoga-
- Voy a necesitar un mapa o me perderé -
- Se les entregarán los mapas después de la fiesta -
Después de que el hombre revisará mi pasaje se llevaron mis maletas a mi recamara y me entregaron la llave de la misma que era una simple tarjeta de un tamaño parecido a de las tarjetas de crédito, me entregaron una bebida de lo más colorida y deliciosa, el lugar era gigante, me encontraba totalmente fascinada con el sitio, quiero tomarme una foto estilo titanic, sacaba fotos de absolutamente todo, la vista era impresionante, caminaba de espaldas tratando de captar con mi celular el enorme tobogán, no podía esperar para subirme, pero lo único que pude captar es que el agua de la piscina está muy fría ¡¡Joder que frío!! Salí tratando respirar, mi cabello rebelde ahora estaba en mi cara topado mi visión, la situación me pareció de lo más graciosa, al menos así fue hasta que ese sujeto habló,
- ¿Pero que demonios te pasa acaso eres ciega? , mira lo que hiciste arruinaste mi traje - Pero que clase de nena llorona era, ¡Es un estúpido traje solo ponlo a secar y ya!, Quite mi cabello de mi rostro molesta acaso me llamo ciega,
- ¿Que le pasa a usted? , usted fue quien chocó conmigo y me hizo caer, usted es el ciego - ignoro mi reclamo, solo salió de la piscina, intente hacer lo mismo, pero ese tipo es una jirafa y yo soy pitufina, el agua llega a mi cuello, ¡Dios por qué soy tan enana!
- Serias tan caballero como para ayudarme, por lo menos ya que me botaste a la alberca - Esperó que este tipo se apiade de mi pobre e enana alma y me ayude a salir de esta excesivamente profunda piscina
- ¡Yo no te bote! , tú me hiciste caer porque eres una insensata y descuidada - Ese sujeto era irritante y molesto, como se atreve a llamarme insensata y descuidada, ¡soy un poco despistada pero nada más!
- Mira imbecil trate de ser amable contigo pero es imposible - intenté salir por mis propios medios de la piscina, pero no pude, por obvias razones, tomó mis manos y me levanto sacándome de la piscina con mucha facilidad, trate de acomodar mi empapada ropa
- Si esperas que te agradezca pierdes tú tiempo porque todo esto es tú culpa - Era un idiota que no merecía mi amabilidad
- Acepta de una buena vez que fuiste tú quien nos hizo caer y ya - para mí esta situación era culpa de ambos, pero no se lo haría saber, con dignidad me di vuelta para caminar a mi recamara y cambiarme, tuve que preguntar donde estaba el elevador como dije el lugar es gigante, cuando entre en él me sentí más tranquila pero nada me sale perfecto nunca, cuando el mismo sujeto entró también, guarde silencio, no me agradaba y no planea tener que hablarle otra vez
- Sabes que todo esto es por tu culpa - no le respondí nada
- Te estoy hablando a tí, o a las paredes, ¿es que además de ciega también eres sorda? - Pero quién se creía este sujeto ¡La reina Isabell!
- Para tí, soy ciega, sorda y muda, eres un idiota poco caballero que no puede reconocer sus errores, fuiste tú quien se giró sin ver que me encontraba a tú lado y nos hiciste caer a los dos, pero siempre es más fácil achacar los errores a los demás - dije de lo más molesta, él me miró sorprendido, seguro que nadie nunca le había dicho sus verdades a la cara, seguro era el típico niño rico mimado que creía que el mundo gira entorno a él
- Yo soy un caballero con quienes lo merecen, no con mujeres locas que arruinan mis trajes - ¡LOCA! Me llamo loca, es verdad que lo estoy, pero igual él no tiene el derecho de decírmelo
- ¿Me llamaste loca? - debía pensar muy bien lo que respondería
- Loca, Ciega, Sorda y Descuidada - ahora si se lo ganó, le di una golpe en sus partes, teniendo cuatro hermanos mayores, saber boxeo era cuestión de supervivencia, si no me aplastarían como puré
- Eres un imbécil - Le recordé antes de salir con la frente en alto del elevador, me sentía todo una girl power, cuando llegue a mi recamara 338, queda sin habla todo era hermoso, era como un sueño, di un grito como niña pequeña en navidad, después de darme un corto baño me coloque la bata que se encontraba a un lado, me di cuenta que tenía un balcón, salí a él me sentía como una princesa, hasta que escuché al villano de mi cuento, parecía preguntar a dios porque lo castigaba, me imagino la gran lista que podía responderle