Taína
Me quedé encerrada en mi departamento todo el día siguiente de descubrir la verdad, como toda una masoquista vi infinidad de películas románticas, llorando mientras devoraba mi Nutella entre otras cosas dulces, pero el día de hoy me levanté y me dije a mi misma que no podía permitirme seguir en ese estado tan deplorable, debía salir, ir al bufete y renunciar, definitivamente no quería regresar a ese lugar por nada del mundo pero no tenía opción tenía que renunciar, como toda mujer destrozada me veía irreconocible pero como diría mi abuela, jamás dejes que la gente note que tan destruida te encuentras, que siempre te noten regia, divina y poderosa, siguiendo el consejo de mi nona me coloque un pantalón de cuero de color negro que se adhería a mi cuerpo como una segunda piel, junto a un crop top que tenía un escote bastante pronunciado una chaqueta de cuero negra y unos botines de tacón altos de color rojo, como toda una diva entre al bufete atrayendo las miradas de todos, claro que mi vestimenta desentona con el lugar pero no me importa de todas formas vengo a renunciar, cuando llego al piso de mi antiguo suegro saludo a su secretaria que me mira con sorpresa
- Está el señor Alec -
- Si claro se encuentra con el señor Mitch ahora mismo -
- Perfecto mejor, gracias -
Continué mi camino, toqué la puerta en cuanto me dieron el permiso de ingresar pasé , en cuanto ambos me vieron se notaron sorprendidos
- Buenos días señores, vengo por mi renuncia - aclare quitando mis lentes de mi rostro
- Tu renuncia -
- Si claro, se perfectamente que están enterados de que terminé mi relación con el mentiroso de su nieto -
- Si estamos enterados, pero esperaba que no quisieras tu renuncia, cabe resaltar bella flor que no estamos enterados de lo del compromiso, no teníamos ni idea -
- Tranquilos lo entiendo, pero yo nunca he estado molesta con ustedes, entiendo que el único culpable es su nieto, pero si deseo mi renuncia, no me apetece tener que ser su secretaria -
- Entendemos Taína pero existe un pequeño inconveniente - mire Alec
- ¿Cuál inconveniente? -
- El día de ayer Demián pasó todo el día resolviendo cada vacío legal de tu contrato y lamento tener que informarte que no puedes renunciar a este bufete porque tu contrato especifica que debes trabajar por un año y si se diera tu renuncia podrías ser multada y de no pagar podrías ser condenada a un año de prisión por cumplimiento de contrato -
- No lo puedo creer, ese maldito infeliz, Déjenme ver ese contrato - me tendieron las papeles y claramente decía que me contrato era de un año y que nadie podía despedirme no yo podía renunciar hasta que el contrato finalizará
- El revisó ese contrato de principio a final, no existe nada que puedas hacer para renunciar a este bufete, debes trabajar aquí los próximos once meses - Lo mató, como se atreve a retenerme aquí un maldito año, Me levanté de golpe, me va a escuchar salí de la oficina más molesta que nunca, subí al maldito ascensor seguida de Alec y Mitch, en cuanto llegamos al salón de juntas abrí su puerta de golpe,atrayendo la mira de todos los presentes, Demián me miró sorprendido sin dejar de recorrer su mirada por mi cuerpo, se que no le gusta cómo me vestí en lo más mínimo con este tipo de pantalones se resalta cada curva de mi cuerpo
- Cómo te atreves a atarme a este lugar infeliz -
- No voy a permitir que te vayas lo quieras a no, tienes que trabajar en este despacho te guste o no, revise ese contrato de principio a final no existe nada que puedas hacer para dejar de ser mi secretaria - el está muy seguro que puede atarme, pero fui reconocida como abogada por jamás perder ningún caso y está situación no será la excepción, lo miré con una gran sonrisa marcada en mi rostro, logrando que la suya se borra
- Tu crees que puedes vencerme a mi, pero estas muy equivocado yo hago lo que quiero siempre -
- De que hablas no puedes hacer nada ya revise no dejaras de trabajar aquí lo quieras o no, acaso prefieres ir a prisión -
- Tienes razón no puedo dejar de trabajar en este bufete, pero no lo voy hacer como tu secretaria - levanté los papeles del contrato lanzándose los en la mesa frente a él, camine segura de mi mismo como cuando estaba en un juicio, lo rodee como si lo acechara
- En ninguna parte de este contrato dice que tengo que ser tú secretaria, solo dice que tengo que trabajar para el bufete - me dio una mirada inquisitiva
- ¿Que estas pensando? -
- Qué renunció como tu secretaria -
- ¡No puedes! -
- Nono usted una vez me dijo que si quería ejercer como abogada lo podía hacer, que usted me daría el puesto -
- ¡No puedes hacer eso! - se levantó de golpe mirándome molesto
- Por Supuesto que puedo, yo soy la mejor abogada de San Francisco, condecorada dos veces por excelencia, no existe nada que yo no pueda hacer -
- Abuelo no te atrevas -