Después de la cena, que me salió deliciosa y estuvo fantástica, disfrutamos de nuestro nidito de amor, sabía que el lunes tendría que regresar a la facultad. Aunque me ha gustado el cambio de actitud hacia mi por parte de Carolina, le tengo miedo a la vuelta a clase porque sus amigas no sé como reaccionarán cuando se enteren de que yo no haré los exámenes finales, pero eso será mañana, ahora me apetece estar abrazada a mi mujer sin pensar en nada, solo sentir su piel bajo mis manos. Ese domingo fue especial para nosotras, las dos estábamos juntas y así pasamos el día. Ni Víctor ni Carmen dieron señales de vida, suponíamos que como yo tenía que regresar a la facultad, aunque fuera un día, prefirieron que lo pasemos en pareja. Ya el lunes nos levantamos muy temprano, como siempre, le dejé un pequeño tapper a la chica que le arreglaba la casa, espero que no sea la estúpida de mi prima María ya que se llama María también, con lo que preparé para cenar para nosotras el sábado.
Eloísa: “Hoy no tienes que coger tu coche, te llevaré yo. Papá tiene reunión para terminar de organizar la Corporación, así que por la mañana podré llevarte y, quizás me ponga a recordar algo de cuando yo estudiaba…”
Camino: “No te pongas en plan abuelita, porque nunca serás una abuelita…”
Eloísa: “¿Ah no?...”
Camino: “¡No! Serás, por siempre, mi mujercita… aunque tengas más años que yo.”
Eloísa: “Pues tú eres mi bebita… mi mocosilla guapa que me trae de cabeza…”
Salimos hacia la oficina, dispuestas a trabajar juntas, y a darnos algún que otro besito entre informes contables y expedientes de proyectos.
El sábado fue el día de las sorpresas para mí, la primera fue que mi padre me llevó a una reunión de los presidentes en funciones, como se llaman ellos, para anunciarme que ya tenían la candidata idónea para el puesto de Administradora General, yo no podía ser porque tenía una fuerte participación en el capital de la empresa.
Adolfo: “Hemos estado estudiando los y las posibles candidatos, en todos, salvo una, hay que hacer un jaleo de papeles…”
Francisco: “Tu padre se ha abstenido y me ha dejado a mí el marrón de darte la noticia. La primera Administradora General de la Corporación Ramírez-Suñer de Uría se llama Camino de Villegas Souza…”
Me quedé en shock, mi pequeña Cami máxima dirigente de la Corporación, y lo que es más importante, confían en ella a pesar de que aún no tiene el título.
Eloísa: “Pero… ¿lo han pensado bien?”
Adolfo: “Si lo dices por el tema de los estudios, oficialmente aún no hay persona elegida para el cargo, solamente se están estudiando los candidatos propuestos por cada una de las empresas que están arrancando este proyecto ilusionante…”
Víctor: “El nombre saldrá dentro de tres meses, justo después de la graduación de Camino…”
Eloísa: “Lo teníais todo controlado… ¿no?”
Víctor: “Yo solo me he sumado a la propuesta, pero sé que querías regalarle una pequeña participación en nuestra empresa, así que ahora búscate otro regalo porque la decisión está tomada, aunque oficialmente no se sepa nada…”
Ante eso yo no tenía mucho que decir, solamente asentir. Ahora íbamos a estar separadas durante las horas de trabajo, lo único bueno que vivimos juntas en nuestro hogar. Después de la reunión me quisieron invitar a unas cervezas, pero, amablemente, rechacé la invitación. Los tres me pusieron unos ojos, como sabiendo a donde iba. Cuando iba conduciendo, recordé lo que me prometió mi Cami que esta noche me daría una sorpresa, la sorpresa me la llevé, por partida doble, al entrar en nuestro refugio me encuentro con una mesa decorada con velas y pétalos de flores para dos comensales. La segunda sorpresa fue, desagradable, cuando Camino se dio la vuelta y tenía la cara llena de golpes y moratones.