Llevamos ya casi un mes desde que mi novia se graduó y entró a formar parte de la gerencia de la empresa y de la corporación que estamos creando. Me ha sorprendido mucho la adaptación a la responsabilidad que ha hecho Lorena. Carolina también se está portando de maravilla, parece ser que las tres, Carolina, Esther y Lorena eran amigas en la facultad pero sólo Lorena era la única que no atacaba a mi Cami, pero hoy es un día especial ya que vamos a realizar la prueba del menú.
Eloísa: “Nos queda poco para ser una familia…”, le dije mientras la estrechaba entre mis brazos.
Camino: “Por fin puedo ser feliz sin tener que renunciar a nada. Además hoy tengo reunión con los jefes de equipo por lo que mi padre querrá hablar con nosotras…”
Eloísa: “Para saber cómo debe tratarnos, me lo dijo mi padre antes de sus primeros quince días de vacaciones en el Caribe.”
Camino: “¿No decías que tu padre nunca se tomaba vacaciones?”
Eloísa: “Claro eso era antes de que nos tuviera a nosotras para sacarle el negocio adelante…”
Camino y yo fuimos las dos, seguidas por Sandra y Elvira, mi nueva secretaria personal. Cuando entramos en la sala de juntas nos sorprendió la desaparición de Ramiro y la presencia de Carolina, aparte de los jefes de equipo, entre ellos su padre, y Lorena. Durante varias horas estuvimos hablando de los problemas que se les presenta y los avances que Lorena estaba logrando con el nuevo departamento. Los jefes de equipo parecían ahora más tranquilos al saber que había alguien que les podría orientar en esos temas.
La reunión fue un éxito total, todos los jefes estaban bastante contentos con las medidas que estábamos tomando, en todos los aspectos. Bueno a alguno que otro no le hizo mucha gracia el que perdiera a su proveedor tradicional por temas económicos, pero no nos quedaba otra, ya que si por temas de amistad perdemos dinero tendríamos para el mismo producto veintitantos proveedores. Después de la reunión mi padre nos pidió a Eloísa y a mí poder hablar de algunos temas particulares que necesitaban de nuestra atención. Así que nos dirigimos hacia el despacho de mi novia.
Eloísa: “¿Qué querías decirnos?”, le dijo con una sonrisa en los labios.
Celestino: “Ahora mismo soy un mar de confusión y necesito ayuda. Ella es mi hija y tu su pareja pero a la vez sois mis jefas y ya no sé cómo trataros si con familiaridad o respeto…”, estaba intentando explicarse mi padre.
Camino: “Papá, ¿porqué no unes las dos cosas? El que nos trates con familiaridad no quiere decir que no nos trates con respeto. Mírame a mí, cuando estamos solas le digo un diminutivo cariñoso… Carmeli sin embargo cuando estamos en el trabajo le llamo Eloísa, puedes hacer lo mismo. Ahora estamos de trabajo nos llamas por nuestro nombre, por ejemplo a mí me dices Camino, y nadie se debe molestar porque me llames por mi nombre, ya saben todos que eres mi padre…”
Celestino: “Es que después de la que he liado…”
Eloísa le abrazó y yo intenté consolarlo, veía a mi padre totalmente hundido.
Eloísa: “¿Ha venido mi suegra hoy?”, preguntó en un tono juguetón.
Celestino: “Sí, mi mujer ha venido. Hoy tenemos la prueba de menú de Mariela…”
Eloísa: “Y la nuestra también, vamos a ser originales. Nuestras bodas van a ser el mismo día. Primero será la de Mariela o la nuestra, y después la que quede, pero el convite es conjunto. Y lo pagamos a tercios entre las tres familias, sugerencia de la economista.”
Por la cara que puso mi padre, se ve que no sabían que la prueba de menú era de dos bodas que se celebrarán conjuntamente en el mismo lugar y a la misma hora, mientras que Dani y Mariela se encargaban del tema de las invitaciones, Eloísa y yo nos encargamos del tema de las ceremonias, realmente el tema de las ceremonias lo organicé sola Eloísa iba de acompañante, y la celebración lo haremos a medias, los aperitivos serán únicos para las dos banquetes, y luego cada banquete tendrá su menú y la barra libre al igual que los aperitivos uno para los dos convites pero con más horas. Cuando llegamos al lugar donde íbamos a realizar las pruebas del menú nos sorprendimos, parece ser que mi suegro y el padre de Esteban se llevan bastante bien. Creo que la celebración de la convención de nuestra empresa en mi ciudad natal nos permitió atar nuevos vínculos muy provechosos para nuestras dos empresas.