Capitulo 18- Nuevo comienzo

—¡Nunca me hubiese imaginado que en otra dimensión la comida fuera igual que en casa! —exclamo metiendo otro bocado a mi boca.

—Es más deliciosa. —Lussy con la boca llena me da una sonrisita.

Noah no se ve tan tranquilo ni feliz y lo entiendo, con su hermano desaparecido en una dimensión que ninguno conoce yo estaría igual.
Tiene la mirada perdida por la ventana, el día empezó temprano, al parecer en esta dimensión no se está de vacaciones y no se duerme hasta tarde.
Pongo mi mano en su mano para tranquilizarlo, observa el gesto y suspira.

—Todo estará bien.

Terminamos la comida que nos preparó amablemente Anely.

—Bien, ya que estamos listos, de camino al Palacio dejaremos a Micka en la escuela. —Se levanta y recoge los platos.

Las cosas en esta dimensión no es muy diferente a la nuestra, los niños van a la escuela, los adultos trabajan, al parecer tienen un gobernante, todo es relativamente normal, hasta que te das cuenta que poseen poderes.

Nos cambiamos por nuestra propia ropa nuevamente y salimos por la puerta tras los dueños de la casa. Caminamos por calles poco concurridas, pero las personas nos observan extraño, quizás sea porque no vestimos como ellos o por que todos en este lugar se conocen.

Nos detenemos en un edificio alto, con paredes de vidrio reflectante tal como espejos, apostaría que desde adentro pueden ver para afuera.
Esa es la escuela.

—Cuidate y no hables de ellos, ¿Esta bien? —Anely instruye a su hermano.

El niño asiente y entra al edificio, a medida que caminamos, nos adentramos en la ciudad, que es más grande de lo que pensé, los edificios se van haciendo más presentes y grandes. El Palacio está mucho más lejos de lo que parecía, este lugar tiene el don de hacerte creer que todo es más cerca, Anely se detiene en un establecimiento donde al parecer alquilan algo muy parecidas a bicicletas, pero estas son hechas con enredaderas. Interesante.

Nos entrega una a cada uno y manejamos por el centro de la calle.

—¿Aquí no hay carros? —pregunta Lussy cansada.

—No, hemos estudiado a la dimensión tierra por siglos, los terranos están acabando con su propia dimensión con esa tecnología destructiva, nosotros con nuestros dones, podemos hacer que las cosas funcionen y no nos cansamos. —Nos muestra como maneja la bicicleta sin mover los pies y las ramas que es el material del que está hecha, se maneja sola.

Me sorprendo y no encuentro ninguna falla a esta lógica, es interesante y ecológico.
Seguimos andando hasta llegar al Palacio. Una edificación que pareciera hecha por los mismísimos arquitectos que realizaron las construcciones de Roma y París. Diseños elaborados, tallados en un material que parece mármol o yeso, serían un perfecto museo.

—Este es el palacio, hablaré con el guardia.

Se acerca a las personas que custodian la entrada, hace una reverencia y nos hace señas para que la sigamos, hacemos reverencia aunque no entiendo el porqué y entramos. El lugar es mucho más hermoso por dentro que por fuera, pinturas, pilares, estructuras tales como solo me imaginaria en un palacio. Se nos guía por pasillos largos y engorrosos donde solo personas con trajes elegantes y vestidos elaborados transitan, empiezo a sentirme fuera de lugar hasta que por fin nos detiene frente a una gran puerta dorada.

—Bien, esté es el salón donde el príncipe y las princesas reciben las personas para ayudar, es más común de lo que creen encontrar personas como ustedes, hagan reverencia y no hablen hasta que yo se los indiqué.

Estoy a punto de preguntar algo pero las puertas se abren.
Cinco tronos dorados es lo primero que se puede observar, ¿No son cuatro hermanos? 
Anely hace reverencia y la seguimos, al levantarse nos presenta a las personas sentadas en los tronos.
Al principio con todo el lugar había quedó paralizada y no había notado como lucen el príncipe y las princesas.
Al primero que noto es al chico, bendecido entre mujeres dirían en burla, su piel muy pálida y sus ojos negros hipnóticos que hacen preguntarme qué pensará justo ahora, unos cabellos bien peinados bajo su corona, muy parecidos a los cabellos de la chica pequeña a su lado.

—Bienvenidos —La voz de una de las princesas me  saca de mi ensoñación—. Yo soy la princesa Amunet, mayor de los cuatro hermanos, ¿Cual es su problema, Anely?

Me quedo estupefacta con la apariencia de estas personas, sus rostros perfectos los hacen totalmente irreales, el cabello largo y de un gris tornasolado de la chica que cae por sus hombros  es impresionante.

—Pues, majestad, son nuevos en esta dimensión, las chicas son nietas de Margaret Vincent.

A la princesa se le amplian los ojos pero disimula su desconcierto o lo que sea que paso por su mente.

—Bien, procederemos igual que con todos los reintegrados, se les asignara una casa, un trabajo y se les enseñará a usar su don ¿De acuerdo?

Yo estoy a punto de hablar para nombrar a Nick, nuestro amigo desaparecido, sobre la bestia también, pero Noah me toma la mano y me hace guardar silencio.

—Nos parece perfecto, muchas gracias, alteza. —Noah hace una reverencia nuevamente.

Mi hermanita se ve muy impresionada por todo, esta en silencio y tranquila, es la niña de siete años perfecta, yo a su edad me hubiese aburrido y estaría haciéndole un escándalo a mamá.

Luego de que nos hayan dicho lo que pasará con nosotros, veo una sonrisa peculiar, una de las princesas, la que parece ser menor, con muchos lunares y cara de muñeca le sonríe coquetamente a Noah...
Suelto un bufido de hastío y todos me observan.
Hago una reverencia y sonrió a la realeza.

—Muchas gracias.

Salimos del palacio más rápido de lo que entramos, y ya en la calle, preparados para andar en nuestras bicicletas, Anely habla.

—Bien chicos, los llevaré al registro, ahí les asignarán un guía y su nuevo hogar.

Todos en silencio tomamos camino, no entiendo el porqué Noah me hizo callar, pero respetaré su decisión, aunque las autoridades en esta dimensión o en esta ciudad de este universo alterno o donde sea que estemos, podrían habernos ayudado.