Secretos

Capítulo III

Alya.

Vemos cómo Stephania sale del restaurante y comienza a caminar como si la estuvieran persiguiendo.

— Odio cuando hace eso— Digo viendo su plato de comida a medio terminar.

— El que cuando se va y sabemos que lo hace solo para evitarnos problemas, cuando nos esconde cosas, cuando no come o todas juntas— Me responde Paulette enumerando lo que dice con sus dedos 

— Que le pasó esta vez— Pregunta Violet a lo cual solo le contesto con una mueca pero ambas me entienden.

— Será mejor que hagamos lo que nos dijo por que coma o no el carácter no se le va— Dice Paulette a lo que se le escapa una risa.

— Sabes que lo heredó de su madre aparte la prefiero con ese carácter y mal humor por que sino sería aburrido— Le respondo esta vez a lo que todas nos reímos.

Luego de pagar la cuenta cada un se fue a hacer lo que Stephania nos pidió por que por más mal que este el carácter que tiene parece nunca tomar vacaciones.

(***)

Son las seis de la tarde y estoy estacionando mi auto a las afueras de la empresa, al fin terminé de hacer lo que Stephania me pidió y nada no encontré nada que nos ayudará.

Apenas estoy poniendo un pie fuera del auto cuando veo a Stephania saliendo de la empresa enojada, estaba a punto de acercarme cuando la veo limpiandose unas cuantas lágrimas, voltea a ver que nadie la haya visto y vuelve a fingir que no ha pasado nada, pero es solo eso, fingir.

Stephania

Entro a la empresa y voy de inmediato a la oficina de mi jefe, hay algo en todo esto que me da un mal presentimiento y no es que me equivoque muy seguido pero esta vez espero hacerlo.

Cuando llego tocó la puerta y cuando escucho un pase la abro y entró.

— Pensé que estarías ocupada con la investigación.— Me dice sonriendo, se que eso significa que ya sabe por qué estoy aquí. Yo solo lo miro y levanto un ceja antes de responder.

— Como quieres que lo haga si no sé por que este caso y agradece que he hecho algunas cosas ante de venir aqui. — Digo sentándome en una silla.

— Y almorzar no fue una de ellas cierto.— Dice mientras me tiende unas galletas con chispas de chocolate que son mis favoritas.

— Alya es una soplona. Pero es cierto no tenía hambré por eso hice algunas cosas antes de venir así que quiero que me digas porque este caso?— Respondo poniéndome erguida en la silla.

— Esta bien, eliminamos unas grabaciones para que Alya no las encotrara ya que sabía que estaba buscando no las encontraría.— Responde mientras gira el monitor en mi dirección.

— Y por que no los tenía que encontrar?.— Pregunto mientras veo la computadora.

— Por que te lo tenía que decir yo, el rostro estaba borroso pero logramos ver de quién se trataba.— Responde viéndome como si esperara que reccionara de la peor manera al ver el vídeo.

En la grabación se ve a alguien de espaldas bajando el cuerpo del hombre que encontramos cuando termina se voltea para comprobar que nadie la haya visto y y luego sube como si nada al auto.

Cuando veo la cara de la persona del vídeo descubro que es una mujer y no cualquier mujer sino la que se ha encargado de destrosarme la vida desde que la conocí. En cuanto la reconozco las lágrimas salen de mis ojos no me importa que alguien me este viendo me levanto de la silla y comienzo a dar vueltas por la oficina, repitiendo lo los una y otra vez “ no es cierto, ella está muerta tiene que estarlo”.

De un momento a otro solo veo oscuridad y siento el impacto de mi cuerpo contra el piso sin poder hacer nada para suavizarlo.

(***)

Despierto en una cama mucho más dura que la mía, de inmediato me incorporo y tocó mi cabeza que duele por el golpe.

Y con eso empiezo a recordar todo lo que pasó, mis ojos se llenan de lágrimas pero al escuchar voces las limpio y hago lo que mejor me sale fingir que no me pasa nada.

— decidiste despertar— Dice mi jefe al verme ya sentada en la cama de la clínica que supongo que está en la empresa.

— No me desmaye por gusto propio— Respondo sonriendo y tratando de reconponerme de la impresión que tuve.

— Lo se.— Responde con una mueca se que no quiere verme mal por el pasado, pero nunca he dejado que mis sentimientos se interponga con mi trabajo.

— Se suponía que estaba muerta, pero dudo que los muertos conduscan un auto y maten a personas como nos engaño está vez?.— Si así como lo escucharon esta vez, estamos entrenados para ser fantasmas si queremos serlo así que Patricia desaparece y luego aparece.

— Stephania, no creo que sea buena idea que trabajes en este caso, creo que fue un error.

— No lo fue y lo sabes, y no, no voy a dejar el caso ella tiene que pagar por todo lo que hizo y no solo lo que me hizo a mi si no a todas las personas que ha lastimado, sabes que no va a parar.— Lo último lo digo viendo la ventana del cuarto, se que lastimara a más personas si no la detengo para ella esto es personal, cree que le debo algo.

— Como quieras pero quiero estar informado de todo.— Como respuesta solo asiento y me levantó de la cama.

— que haces?— Solo sonrió pidiéndole irme a mi casa, no necesito ningún estudio se que fue por que me altere demasiado con la noticia y por eso me desmaye.

— Cuídate.— Es lo único que dice como advertencia.

Salgo del edificio y camino hacia mi auto, antes de subir a la camioneta unas lágrimas escapan de mis ojos pero solo las limpio, confirmó que nadie me vio y finjo que no me pasa nada. Subo a mi auto y empiezo a conducir hacia mi casa.

 

 

 




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