Mi madre solía decirme que para poder ser amado primero hay que demostrar que se ama pero yo nunca lo considere así. Ame con la esperanza de que pudieran amar pero sin embargo las cosas no siempre salen como uno quiere. Me destrozaron el corazón y no podía hacer nada para reconstruirlo.
Tenía planeado mi futuro, hasta el más mínimo detalle pero jamás me plantee que alguien pudiera arrebatarme a Nate de mi futuro, de mi vida. Él lo había sido todo para mí pero se había esfumado dejando consigo solo la penumbra de un secreto. Uno que pronto llegaría a descubrir y que me demostraría que jamás terminas de conocer a alguien en realidad.
(...)
Anghel
— ¿Por qué lo hiciste? — Me grita con todas sus fuerzas. — ¡Yo estaba enamorada de ti!
La miro y ni siquiera puedo reconocerla, sus ojos brillan de furia y decepción. Ya no era la misma chica de hace unos días y todo por culpa de mi error.
—Yo...— Ni siquiera puedo terminar cuando ella pronuncia aquellas palabras que me dejaron con aquella sensación de la perdida. Jamás me había aferrado a nadie con tanta intensidad, ella se fue metiendo en mi alma hasta que estuve tan irreflexivo que ni yo mismo me lo creía.
— ¡Te odio! — Me lo repite una vez más, dejándome sin aire.
Tuve la sensación de que todo se había ido al demonio, ya no era mía, la había perdido.