Capítulo I.

Dos semanas después.

Viernes, 11 de Agosto de 2017

Por fin podre salir de este lugar, ayer me dijeron que como mi recuperación ha sido relativamente rápida me darán el alta hoy en la tarde, y podre ir a casa... bueno a casa de mi abuela Annette ya que a mi casa de Bonsecours no puedo regresar, al menos por ahora. Después de que me quitaran las puntadas de mi pierna ya no me duele tanto como en los primeros días pero igual sigue doliendo, claro no como mi interior. Me levante con cuidado pues aún sigo débil, fui al baño que está en la puerta contigua de mi habitación saliendo al pasillo. Me mire al espejo del lavabo como todos los días, y una triste chica de ojos azules y cabello castaño oscuro me devolvió la mirada, esa soy yo ahora, solo una triste chica. Tengo ojeras, los ojos hinchados de llorar hasta quedarme dormida o en ocasiones solo quedarme sin lágrimas, lo cual no sabía que fuera posible hasta que me sucedió en el primer día que estuve aquí y me dieron la noticia de mi madre. Tengo también la piel más blanca de lo que ya la tenía antes de venir y los labios muy resecos. Los moretones y rasguños de mis brazos, piernas y rostro ya han ido sanando pero todavía siguen ahí, como un recordatorio constante de que mi mamá ya no está físicamente conmigo, un recordatorio de ese accidente donde perdí al ser que más amo, del cual todavía no recuerdo nada, lo que me molesta de sobremanera conmigo misma por no recordar ese momento en el que la vida me arrebato a mi madre. Antes de volver a ponerme a llorar bajo la mirada y comienzo a lavarme los dientes, con lo que mi abuela me trajo hace semanas, tratando de no pensar en nada. Al terminar de asearme vuelvo a la habitación, con la cabeza un poco gacha, la mirada perdida en mis pantuflas y arrastrando mis pies, la verdad es que no tengo ánimos de nada, no hablo con nadie más de lo necesario, no he vuelto a sonreír, no tengo motivos para hacerlo, tampoco he dejado de llorar desde que desperté aquí. Mi abuela viene todos los días en la mañana y se queda ahí conmigo hasta la tarde, sé que es egoísta de mi parte no mostrarle el apoyo que ella necesita, pues después de todo ella también está sufriendo, acaba de perder a su hija. Pero yo no puedo, no en este momento, aunque quiero aparentar que estoy bien delante de ella no puedo contener mis lágrimas por mucho tiempo y termino fracasando miserablemente. Hoy quiero que llegue la tarde lo más rápido posible, a diferencia de los días pasados que no me importaba si era de día o de noche, nada mejoraba mi dolor tanto físico como emocional.

Quiero ir al cementerio a hablar con mi madre aunque ya lo he hecho mientras se supone que debería dormir. Quiero ver como es donde ella está descansando. A cada momento estoy tratando de recordar el accidente, pero no logro nada, en mi mente solo están las imágenes de nosotras dos saliendo de casa para ir a visitar a la abuela por las vacaciones del trabajo de mamá, luego sé que me dormí mientras íbamos en el camino pero después de eso solo están las imágenes de cuando desperté en este hospital hace dos semanas. Lo único que me han dicho del accidente es que en una curva mi madre perdió el control a causa del hielo en la calle y terminamos estrellándonos contra los árboles que rodean a la carretera. Nadie sabe cómo es que salí con heridas leves, en su mayoría. Cuando me encontraron los paramédicos, gracias a una mujer que tenía que pasar por la misma calle y vio el accidente y llamo a emergencia, yo estaba inconsciente y lejos de todo el caos del accidente. Mi abuela ha intentado hablar conmigo sobre eso pero yo simplemente respondo "No sé, no recuerdo nada" y ahí muere la conversación, sé que está mal, que debería hablar con ella, al menos, pero no puedo, y no quiero. Siento que mientras más me hablan de eso más me duele. Veo la hora en el pequeño reloj digital que le pedí a mi abuela hace unos días y son las 10:23 de la mañana seguro ya están pon traerme el desayuno y mi abuela igual debe estar por llegar, espero alrededor de 10 minutos que los paso terminando de leer el libro que me trajo mi abuela hace unos tres días. El libro trata de cuatro adolescentes, dos chicas y dos chicos que viajan a una casa en las montañas, queriendo despejarse de las cosas de la tecnología, deciden aislarse durante un mes sin ningún aparato electrónico ni nada que tenga que ver con tecnología, en un día que salieron de excursión de noche encontraron a un hombre haciendo una especie de ritual en medio del bosque, los varones queriendo impresionar a las chicas interrumpieron al misterioso hombre y este perdió la oportunidad que había esperado durante cinco años para poder traer a su esposa a la vida nuevamente, esa noche había algo especial en la luna y no volvería a pasar hasta dentro de cinco años más, el hombre resulta ser un verdadero mago y no cualquiera sino uno muy poderoso que termino cazándolos uno por uno hasta matarlos a todos. De verdad me ha gustado esta historia, me intriga un poco la magia, siempre lo ha hecho, pero al ir creciendo y darme cuenta de que no existe fui dejando mi afición por la misma. Tocan la puerta suavemente y a través del cristal veo a mi abuela, bajo el libro que estaba examinando y lo dejo a un lado, mi abuela entra y con una pequeña sonrisa de mi parte y ella tratando de ocultar su sorpresa nos saludamos con dos besos. Hoy he decidido que ya no puedo seguir así con mi abuela, tengo que apoyarla a ella también como lo ha hecho conmigo, más nadie ha venido a verme, claro, mi familia no es numerosa, mi padre era hijo único y sus padres nunca quisieron a mi mamá al morir mi papá ellos cortaron relaciones con nosotras, por el otro lado esta mi abuela que quedo viuda mucho antes de que yo naciera por lo que nunca conocí a mi abuelo, pero si he visto algunas fotos pero él no vivio con mi madre y tio, mi abuela tuvo un hijo primero que mi mamá pero a pesar de que si lo conozco mi mamá y él no tuvieron muy buena relación, algo de lo que nunca se habla, mi tío de nombre Chandler vive en el pueblo siguiente a Ruen, por lo que no me extraña que no haya venido. Ahora que lo pienso solo que damos mi abuela y yo, ya que mi tío muy poco viene.