Victoria pov:
Ha pasado un día desde que llegué, no pude volver a Chile, ¿Qué es este lugar? No me creo que sea una hechicera y que nos encontremos en la ciudad pérdida de Atlántida.
Me levanto de mi cama color morado, voy hacia el baño y me aseo. Salgo y me dirijo al armario, me visto con un vestido negro, salgo de la habitación y voy hacia el patio, es bueno tomar aire libre, o lo que sea que este respirando, ya que no tengo idea si en el fondo del mar hay oxígeno, aunque no se vea que estemos en el fondo del mar.
Ojalá esto acabe pronto, no me gusta estar aquí, pero estar con mi familia me hace sentirme segura. Esto es muy diferente, ¿Cómo me voy a creer que la magia existe? Es una broma, todo es una broma, nadie me dirá que soy una hechicera.
—Esto, ¿Me ayudas un poco? —me dice una chica con unas alas y está ¿Volando? Esto ya debe ser una broma, es imposible que este volando—. ¿Me escuchaste? Oye, ¡Te estoy hablando!
—Lo siento, pero no conozco el lugar, soy nueva —le digo seria.
—No era eso, ¿Me puedes decir donde está Elisabeth Flores? Es que la directora quiere verla —me dice, así que busca a mi hermana.
—Mi hermana debe estar en su habitación —le digo y me voy.
Camino sin sentido, voy a donde me lleven mis pies, no haré nada más.
Elisabeth pov:
Una biblioteca, una biblioteca, ¿Donde habrá una biblioteca? Esto es una escuela debe haber una biblioteca, jo, qué decepción, no encuentro ninguna. Me apoyo a una pared y de repente me caigo.
—Ay, ¿Qué pasó? Ah, ¿Dónde estoy? Está todo oscuro, no me gusta la oscuridad —me habló a mí misma—. Debe haber por aquí un interruptor —busco por la pared un interruptor, no encuentro ninguno pero si veo unas antorchas—. Claro, lo que me faltaba, debo utilizar un hechizo de fuego para encenderlas.
Camino un poco hacia el centro, ya me acostumbré a la oscuridad y puedo ver que estoy en una biblioteca, ¡Al fin! Aunque como necesito un hechizo de fuego para ver mejor, no puedo leer. Me acerco a una estantería e intento divisar los títulos, la mayoría son para controlar los cuatro elementos principales, otra suerte más, un mapa de los dormitorios, wow, no me creo que esto esté debajo de todo el territorio, sí que es grande esta biblioteca. El mapa tiene un escrito y lo puedo divisar bien.
"Mapa que estas en mis manos, muestra a donde está el libro"
Que escrito más raro, lo recite y aparecieron dos símbolos, uno era una equis, y el otro era una flor, supongo que la flor soy yo y la equis es ese libro del escrito.
Camino hacia donde me guía el mapa, llegó al lugar donde está el libro, el título es "Secretos de la magia", supongo que me ayudará. Abro el libro y aparece una introducción.
—Bienvenido a este libro —empiezo a leer—, aquí les mostraré todo lo que se requiere para controlar toda la magia, si estás leyendo esto, es que encontraste mi biblioteca secreta, nadie más debe saber se este lugar, sólo tú.
Qué raro, esto es muy raro.
—Este libro —sigo leyendo—, no debe caer en las manos equivocadas, tampoco los otros cuatro tomos, estos libros tienen todos los secretos de la magia.
»Cuando era pequeño, siempre quería saber que era la magia en realidad, pero cuando lo descubrí, decidí anotar todo eso, lo dividí en cinco tomos, los cuales están esparcidos por las cinco academias, este, el que estás leyendo, contiene los secretos de la magia del elemento Agua, cuidarlo bien, ahora eres el encargado de salvar el mundo, puedes tener acompañantes, pero no les digas la razón.
»Asegúrate de saber lo que haces, aprendiz del elemento Agua, recoge todos los libros que te ayuden para que controles la magia, y recuerda, nunca, pero nunca, le digas a nadie de este lugar y sobre este libro.
Termino de leer, ahora tengo una carga en mis manos, debo investigar más, y se dónde están los libros más antiguos, en un lugar que no alcance a conocer, pero que sé muy bien de él, La Moneda, debo ir ahí, pero tengo que tener cuidado y que nadie me vea, o si no, voy a estar en problemas.
Busco libros que me ayuden, dónde habrán, aquí encontré uno, "Agua, elemento fluido" creo que empezaré con este, debe ser muy fácil controlarlo.
Busco una salida, dónde estará, ni siquiera hay pasadizos, encontré una puerta, la abro y veo el pasillo, la cierro con cuidado, a ver, ¿Qué sala es esta? Hay Dios, no tiene número, y no conozco este pasillo, ¿Dónde estoy? Ya tengo miedo otra vez.