Al llegar al mercado el cuál no quedaba tan lejos del pueblo pude respirar aire puro; conociendo algunas cosas que nunca ví en la casa viendo tanta gente juntas me hizo sentir por un momento libre; empecé amar y do esto desde que lo ví. Mientras Bere buscaba los vegetales fresco yo miraba todo a mi alrededor, niños correteando y la gente se quedaba mirándome intentando descifrar quien era. Yo esperaba que alguien se acercará a mi y me hablara, solo una señora me preguntó si era una niña rica y lo había hecho porque me acerque a su venta. No sé porqué lo había preguntado, pero viendo su ropa y la mía lo cual era una notable diferencia supuse que había Sido por eso. Le dije que no, pero está se enojo diciéndome mentirosa y me fui de su puesto otro lado, siempre viendo en qué lugar se encontraba Bere para no perderme.
—¿Rebecca? —Me topó en la espalda alguien, al darme vuelta me encuentro con un hombre bien vestido, este sonríe -. Santo cielos, ¿Cómo te puedes ver tan joven? ¿Por qué eres Rebecca verdad?
—No, no soy Rebecca —Otra persona más que habla de esa chica cuando me ve, la verdad fue raro, solo tenía que alejarme de él, pero estaba ahí hablando cosas que no me incumbe—. Lo siento soy Lorena —Dije al final.
—Pero... Son idénticas ¿Debes ser algún familiar? trabaja junto a su familia en la Mansión del terror —contestó el hombre.
—¿Así le llaman? —Cuestioné algo intrigada.
—El hecho de que mueran gente por enfermedad cada año es suficiente para decir que esta enfrujada, de seguro te enteraste vives dentro, la última fue camila mendes, murió de sinusitis y ni siquiera sufría de esa enfermedad, es muy extraño verdad.
—¿Sinusitis?
—Eso fue lo que declaro el forense a la familia —contestó —. Pero tu me puedes decir si viste algo raro con Camila o escuchaste algo raro.
—No lo sé, algo que ver con un Bennett —contesté—. La verdad, no te puedo dar mucha información sobre ella o sobre lo que pasó, Camila era una persona muy callada y amable —Le dije lo último para cambiar de tema, no podría poner en riesgo esa familia por un error mío, sabía que el asesino había Sido Malkier Bennett, pero decir algo así era muy peligroso sobre todo porque mi padre piensa que estoy en mi cama.
—Sabia que tenía que ver uno de esos hombres ¿No sabes cuál fue especialmente? —El chico estaba interesado ¿Po qué?
—De verdad no sé mucho—dije cruzando mis brazos el hombre sonrió amable, Berenice llegó a nuestro lado para salvarme.
—Hola Kevin —Lo abrazó, le susurró algo al oído y lo miró con pena.
—Muchas gracias, estoy bien no te preocupes —Dijo mirándola, intenté entender que estaba pasando sin éxito.
—¿Y cómo te ha ido?
—Que te puedo decir, Ahora gano dinero sin tener que vender en el mercado —contestó sonriente, tenía una sonrisa muy linda.
—¿Ahora que haces? Si se puede saber —preguntó Bere, la vi mirarlo muy raro, creo que ya le gustaba. Sonreí.
—Ahora soy detective del pueblo —Mi corazón se sobresaltó, Santos cielos le está a dando información a un detective—. ¿Y tú que haces últimamente no te veo en el mercado? —contestó y preguntó al mismo tiempo de terminar la respuesta.
—Interesante —Balbuceó para hacerle saber que ya sabía su intención de sacarme información
—Eso es excelente, sigue los pasos de tu padre. No todos nos podemos hacer profesionales en esta ciudad. Yo comencé a trabajar en la mansión del terror cómo les llaman —Sonrió la chica.
—¿En serio? Que fuerte, bueno entonces puedes darle recuerdos a la señorita Rebecca. Trabaja en la mansión dile que yo no me olvidado de ella.
—No hay ninguna Rebecca en la mansión. Cuando llegué con Mendes, que en paz descanse su alma —Hizo una pausa—. Solo estaba la señora Beatriz, su marido Andrés, el señor Eladio, Fátima y los tres que trabajan con el señor Andrés que no sé cómo se llamarán pero son varones y ella —Me señaló.
—El señor Eladio es el padre de Rebecca —aquellas palabra me sorprendieron tanto que ambos adultos se dieron cuenta.
—¿Hija? Acaso ¿Tengo una hermana?
—¿No lo sabías? —preguntó Kevin cruzado de brazos—. Que extraño. Deberían ir a mi casa para hablar sobre todo esto, que tal ahora.
—No podemos —Dijo Bere.
—Esto es raro, Rebecca vive en la casa y que no la conozcan es raro. Tengo mucho tiempo sin verla y es todo muy raro. ¿Le abra pasado algo? —Yo estaba en silencio con el celo fruncido, no estaba enojado con ellos sino con mi padre.
—Mejor nos vamos Lorena —dijo Bere un tanto nerviosa, salimos como onda que lleva el diablo de aquel hombre, papi tendría que darme una explicación de esto y Bere estaría en problemas lo sé, pobre.
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Editado: 09.08.2022