Secretos en la Penumbra

Capítulo 17: Búsqueda

Todo había sucedido muy rápido...

Hacia solo momentos antes Adalid y Arurak se encontraban peleando por el desayuno como niñas pequeñas mientras Michaela y Odrac bromeaban acerca de la grasa corporal que les haría engordar en los próximos días.

Todo parecía normal casi como cualquier mañana, hasta que llamaron a la puerta.

-Iré a ver quién es-dijo Adalid

Cuando la chica se dirigió a la puerta y abrió por primera vez, por un segundo, un silencio sepulcral reino en la casa, un silencio cargado de tensión.

-¡¿Qué?!

-¿Así es como recibes a tus invitados?-pregunto una voz femenina

--¿¡Que haces aquí?!-grito Adalid con tal fuerza que todos en casa escucharon el bullicio en la entrada

-No soy quien tú piensas-dijo la mujer lagarto sin alterar la voz

-¡Como si fuera a tragarme eso!

Arurak sintió como los vellos de la nuca se le erizaban, se volvió hacia Michaela para confirmar su preocupación y ella, de modo silencioso asintió.

-¿Cree que todo esté bien señora Michaela?-pregunto Arurak en un susurro

La mujer meneo ligeramente la cabeza afirmando de modo negativo y con total sigilo las dos féminas se acercaron lentamente hacia la sala de estar para contemplar mejor lo que sucedía en la entrada principal.

Arurak fue la primera en asomar la cabeza desde un extremo del estante de libros que separaba a la sala del comedor, al ver que nadie advertía su presencia, se acerco mas a la sala de estar, con Michaela siguiéndola muy de cerca

Lo único que la chica contemplo fue a su amiga en posición defensiva delante de una mujer de mediana edad con camiseta de tirantes color lavanda y un pantalón de mezclilla.

-¿Que sucede?-pregunto Arurak asomando la cabeza desde la sala

-¡Vuelve adentro!-Ordeno Adalid

Sorprendida ante la firmeza de sus palabras, Arurak retrocedió un unos cuantos pasos hasta donde se encontraba Michaela

-¿Que sucede?-pregunto la mujer

Arurak estaba temblorosa.

-¡Niña mírame!-ordeno Michaela- ¿Qué es lo que ocurre allá?

Antes de que Arurak pudiera responderle, una brisa fresca comenzó a invadir la sala, primero de forma tenue hasta aumentar de manera gradual su intensidad.

Sin pensarlo dos veces, Michaela se dirigió a la entrada seguida Arurak, sin embargo su paso fue frenado al contemplar como su hija quedaba envuelta en un torbellino de energía generado por una mujer de ojos azules con pupilas reptiles que yacía en el marco de la puerta principal.

-¡Adalid!

-¿Que...que sucede?-pregunto la chica adormecida

-No te preocupes, volverás pronto-aseguro la mujer con ternura

Michaela se acerco hacia el torbellino con desesperación, sin embargo, antes de que ella pudiera siquiera rozar aquella energía, su hija y la extraña mujer desaparecieron cual polvo arrastrado por el viento, todo quedo en silencio.

Cuando las dos mujeres desaparecieron, Arurak comenzó a sentir ardor en la palma de su mano. En un principio la chica pensó que se debía a la tensión que sus puños habían generado al contemplar como su amiga se desvanecía frente a ella y su madre, sin embargo, mientras Arurak movía su mano para que la sangre fluyera de manera normal el ardor se intensifico y comenzó a extenderse hacia su brazo hasta alcanzar su hombro lo cual conllevo a que su garganta y pulmones se desgarraran debido a los gritos que ya no era capaz de contener.

-¡Quema! ¡Quema!-gritaba Arurak colapsando en el suelo y sujetando su brazo.

Michaela corrió de inmediato a su lado e intento inmovilizarla, pero los movimientos de la chica eran demasiado bruscos para contenerla por si sola.

-¡Odrac!

El monje apareció como un rayo en la sala e inmediatamente reviso a la chica con la mirada para encontrar el origen del problema.

-Suéltala-ordeno a Michaela

La mujer obedeció y soltó las muñecas de Arurak, dejándola que nuevamente usara su mano libre para intentar apartar el ardor que invadía su brazo.

A pesar de los movimientos desesperados de Arurak por desaparecer el dolor y ardor, Odrac se percato de que la extremidad de donde aparentemente provenían sus molestias, había un punto de luz multicolor que sobresalía de la palma de la mano de Arurak.

Con calma, Odrac se acerco a ella mientras hacía que su aura inundara la habitación seguido del relajante aroma de la albahaca.



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En el texto hay: espiritual, suspenso y magia, accion y aventura

Editado: 11.01.2020

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