Mi cabeza daba muchas vueltas, aún estaba muy aturdida por todo lo que había pasado, todo era muy confuso, no lograba entender que pasaba, no entendía porque me encontraba en ese lugar, no había hecho nada malo cómo terminar a cientos de kilómetros de mi hogar, viajamos demasiadas horas en un auto y tampoco tenía conocimiento de quienes eran esos dos hombres que me llevaron hasta ese lugar. Cada vez pensaba en mil formas de como pude haber evitado que ellos dos me agarraran en la biblioteca me daba mucha rabia, me odiaba tanto por haber guardado mi celular en mi bolso el cual se quedó en mi motoneta, no tenía forma de comunicarme con mi familia. No sabía dónde estaba, no sabía nada, me sentía frustrada sin tener respuesta de todo lo que estaba pasando, y no entendía porque esos dos me habían secuestrado. Intente respirar para mantener la calma y distraerme un poco. Mire toda esa habitación era más grande que la casa de mis padres. Intente respirar, cuando el hombre me metió a la fuerza aquí la mira de rapidez estaba muy nerviosa para detallarla, solo quería salir y note que la puerta estaba cerrada, no tenía posibilidad de huir de ahí.
Pasaron unos minutos y ya me encontraba mucho más tranquila pude analizarla con más detalle. Había tres lámparas colgadas, y unas diez más pequeñas, era un lugar bien iluminado, en una de las paredes había una puerta de cristal con un borde blanco bastante ancha que daban hacia un balcón bastante amplio, había unas cortinas negras que rodeaban toda la habitación al cerrarlas, la habitación quedaba en total oscuridad; las otras ventanas tenían un marco blanco y se podían abrir dejando que entrara una brisa marítima deliciosa. En el centro de la habitación colocada de una forma perfecta había una cama tipo King, tenía dos almohadas gigantes algo duras y una que decoraba, todo era de color negro se veía algo raro, el cobertor se veía muy cálido y para verano debía ser una pésima idea usarlo, aunque dentro de esa casa había un poco de frio, creo que debe haber aire acondicionado porque con la ropa que llevaba puesta tenía un poco de frio y en pleno verano eso no es normal. A lado derecho de la cama había una mesa de vidrio templado con dos sillas a juego con unas bellas rosas blancas en el centro de ella.
Salí por la puerta del balcón la vista era maravillosa se veía el mar algo alejado, y en la primera planta pude notar que tenía una piscina gigante, incluso pensé en lanzarme para intentar escapar, pero sin saber dónde estaba no era una buena idea. Podía ver el agua del mar se veía tan tranquilo y majestuoso la vista desde ese lugar era bellísima poder ver el mar a los lejos me ayudaba a guardar la cordura que necesitaba.
La puerta de la habitación se abrió, el hombre que me había traído tenia una bolsa de papel en su mano, me miraba de arriba abajo hice exactamente lo mismo no dijo una sola palabra y se marchó. Corrí para intentar salir, pero estaba nuevamente cerrado. Se escuchaban susurros, pero la puerta parecía de roble demasiado gruesa para que alguna palabra entendible. Ya me dolía demasiado la cabeza todo me vuelta, me sentía demasiado aturdida por esta situación, no sabía cómo sobrellevarla y mucho menos que debería hacer sentía que mi mente era un hámster corriendo en su rueda nunca llegaría a ninguna parte; mi vida había cambiado en cuestión de milésimas de segundo y ahora no sabría qué pasaría, solo me quedaba esperar, porque la única persona que podría darme respuesta a todas mis dudas era la misma que acaba de verme de arriba abajo con odio en sus ojos. Solo creía que mi vida estaba en peligro y lo más probable es que de aquí saldría muerta.
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Editado: 02.06.2022