Luca llego a la mansión muy tarde. Sus pasos eran fuertes y retumbaban contra el mármol parecía como si algo le molestara. Entro a la habitación y al verlo su rostro estaba algo rojo e hinchado. Al parecer la visita con Alessandro no había sido muy buena. Luca se vía terrible y me preocupa mucho eso.
― ¿Estas bien? ― le dije cerrando el libro de anatomía y dejándolo encima de la mesita de noche.
― Si solo estoy un poco cansado. ― Dijo sonriendo de lado, no era una sonrisa honesta.
― ¿Qué horas son? ― Pregunto acostándose en su lado de la cama.
― Van hacer las 5:15 de la tarde. ― Respondí, mirando el pequeño reloj en su mesita de noche, mientras cerraba los ojos y se cubría con su brazo el rostro.
― Voy a dormir un rato y luego podemos cenar juntos traje una comida que creo que te gustara. ― no respondí, me acomode a su lado para dormir con él, estaba quedando dormida cuando note que Luca estaba sollozando eso era demasiado extraño, siempre he pensado que Luca es el tipo fuerte y ahora verlo así causaban que mi corazón se partiera algo estaba preocupando a Luca, pero no creo que fuera a decirme, me quede lo más quieta posible para que no se percatara de que me había dado cuenta de que estaba mal. Note que se limpiaba los ojos, Lucas estaba llorando. Sentirlo así me partía el alma, pero si lloraba porque pensaba que estaba dormida no podía moverme. A los pocos minutos se quedó dormido, si me quedé un poco preocupada pero mientras estábamos en cama no había mucho que pudiera hacer, no quería molestarlo así que también me dormí.
Me desperté y Luca ya no estaba a mi lado, eso me asusto un poco, pegue un salto de la cama y fui corriendo hasta el primer piso; llegue muy agitada y me costaba respirar.
― ¿Qué ocurre? ― pregunto Luca mientras entraba a la cocina.
― No lo sé, tú dime llegaste muy tarde y aparte parece que estas preocupado por algo. ― lo cuestione bastante preocupada. ― Dime la verdad.
― Bueno, Alessandro quiere que me encargue de un asunto muy importante pero no estoy muy seguro de hacerlo.
― ¿Por qué no? ― pregunte por lo bajo el ambiente estaba un poco pesado.
― Porque no quiero hacerlo, es una de las pocas cosas que no deseo hacer y estoy pensando en alguna otra manera de zafarme de eso aunque lo veo muy difícil.
― ¿Por qué?
― Porque tengo que lastimar a una persona inocente.
― ¡¿Qué?! ― Dije sobresaltada.
― Si Alessandro quiere que asesine a alguien que es inocente y no soy capaz de hacerlo, siempre he pensado que con los inocentes no me meto y no todo el mundo es malo yo lo sé, pero a Alessandro eso no le importa simplemente quiere que lo haga sin oponerme y si no lo hago enviara a otra persona. ― las palabras retumbaron en mis oídos, Alessandro Gualandi era más cruel de lo que pensé, ahora comprendía porque estaba tan preocupado y no sabía que decirle no tenía conocimiento de que se podía hacer en esa situación. Luca suspiro para intentar estar más tranquilo.
― Lo siento si te he puesto algo intranquila, pero encontrare una solución sin que nadie salga herido. ― Sonrío de lado y siguió mezclando algo en un bol.
Nos quedamos en silencio total por media hora, pero no era un incómodo. La comida que Luca había llevado era realmente deliciosa, no era tan buena como cuando cocinaba, pero me gusto, entre los dos nos comimos todo dejando todos los recipientes completamente limpios. Luca estaba limpiando la cocina y me fui al salón, llevaba mucho tiempo en esa mansión, pero casi no me había fijado que tantas cosas antiguas y modernas tenía.
Era muy chistoso abrir un mueble donde se encontraba un equipo de última tecnología de música, con conexión bluetooth, puertos USB e inalambrico y a su lado un tocadiscos muy antiguo, había puesto un vinilo, me pico la curiosidad de que cual sería; esperaba recordar lo que mi padre me había enseñado de como encenderlo, cuando estaba muy pequeña el tenía uno y siempre ponía un vinilo con música de Sebastián Bach para mi era muy normal escuchar música clásica todos los días. Fue de gran ayuda cuando necesitaba estudiar, me podía concentrar.
Mire a Luca para que no me viera jugando con las cosas de la casa, el estaba muy concentrado lavando. Revise que la velocidad estuviera bien, puse play y coloque con cuidado el cueing y la música empezó a salir por la gran bocina. Empezó a sonar una pieza de Johann Strauss, me puse a bailar moviéndome de un lado a otro y dando pequeños giros, cerré los ojos y me imaginé como si estuviera en un baile de la época victoriana usando un vestido gigante, bailando en un gran salón.
― ¿Te gusta la música clásica? ― Me sobresalte y di un pequeño salto al ver que Luca estaba detrás de mí. Pare en seco, mis mejillas se pusieron calientes debían estar super rojas, no me gustaba que alguien me viera bailar y mucho más algo tan clásico.
― Si desde pequeña siempre la he escuchado. ―puse mis manos sobre mis mejillas para intentar que perdieran un poco de rojizo.
― Bueno, pero no debes dejar de bailar si te gusta. ― Agarro mi mano y en medio de la sala bailamos, Luca era muy fuerte así que me cargo y me dio un giro en el aire, eso fue divertido me sentí como una niña pequeña, seguimos bailando un rato. Cuando el vinilo se acabó, Luca puso música más movida y mucho más moderna, no parábamos de bailar. Duramos casi dos horas dando giros y haciendo pasos muy graciosos. Me gustaba verlo sonreír, parecía que lo que había pasado esa tarde se le había olvidado, tal vez no del todo pero aunque fuera por un momento pude ayudarlo a que se sintiera un poco mejor eso me alegra muchísimo, estaba muy contenta por verlo así.
De verdad ese hombre me gustaba demasiado, me aproximé a él, le di un tierno y dulce beso. Su rostro cambio de golpe me miro con unos ojos triste sus ojos se cristalizaron un poco y me abrazo muy fuerte. No entendía que ocurría, nuestro abrazo continuo por casi tres minutos, Luca de verdad no estaba para nada bien.
#17631 en Novela romántica
#3165 en Chick lit
mafia amor venganza romance, mafia amor familia, amor prohibido mafia
Editado: 02.06.2022