Luca y yo nos estiramos en el suelo, Luca se colocó sobre mi para protegerme, desde el balcón logramos ver que había una cortina de humo saliendo del primer piso, las cosas no podían ponerse peor. Pero al ver lo que había pasado en el primer piso estaba segura que la pesadilla acaba de comenzar.
Luca se puso de pie a toda prisa, se sacudió un poco, me iba a poner de pie, pero negó con la cabeza y me quedé acostada, los odios aun me zumbaban pensé que me había quedado sorda. La expresión de Luca no me lleno de confianza, algo no le había gustado lo delataba la expresión que tenía en su rostro, pude notar que su respiración se tornó agitada y su mirada era de miedo.
Se pego a la pared y con muchísimo cuidado y sigilo vio hacia la habitación, agradecía al cielo que deje las cortinas cerradas, cuando Luca había entrado al balcón había cerrado la puerta eso nos daba una ventaja, levante un poco mi cabeza y pude ver que alguien estaba caminando de un lado a lado, había un hombre buscando algo o tal vez a alguien y ese alguien podría ser nosotros. Luca se quedó rígido contra la pared y pareció que dejo de respirar por unos segundos, yo me escurrí más en el suelo y termine acostada, giré mi cabeza para que no se fuera a llamar la atención no moví un musculo incluso no respiraba tampoco. Luca con su mano muy suavemente puso su dedo índice en sus labios. Tape mi boca con mis manos para que no salieran ni el más mínimo ruido y pasar desapercibidos. El hombre salió de la habitación.
― ¡Aquí no hay nadie! ― Grito el hombre, sentí que mi corazón se detenía por un momento.
― ¡Te lo dije Pietro, Luca no está aquí! ― Grito Paolo.
― ¿Me crees imbécil Palazzo? ― Pregunto el hombre, por su tono de voz parecía enojado.
― No querrás que te responda eso. ― Paolo siempre con su tono irónico.
― Mira Paolo es fácil me dices donde está la chica la mato, llevo el cuerpo donde Alessandro y me largare, no es muy difícil no me interesa Luca me interesa la mujer nada más.
― ¿Te estoy hablando en chino? ¿Qué parte de Ellos no están aquí no entiendes? Te lo dije después de que casi me matas con una bomba, Luca y Vanessa no están en esa jodida casa.
― Todos los carros están aquí no me mientas, nadie puede salir de aquí caminando campantemente son casi 40 kilómetros caminando.
― ¡Luca! ― Grito el hombre. ― ¡Si no me das a Fantini matare a Palazzo tienes un minuto! ― Luca se quedó petrificado un momento mientras analizaba la situación y pensaba que hacer porque ya no teníamos tiempo de hacer algo. Nuestro tiempo había llegado a su fin. Con cuidado se agacho y me agarro del brazo, me levanto de un momento.
― ¡Confía en mí! ― Luca se subió a la baranda del balcón, no me gustaba mucho para donde iba esto, pero creo que no había otra salida, me ayudo y saltamos a la piscina. El impacto me causo un gran temor, nos podríamos golpear o herirnos y no era un buen momento para que eso sucediera, pero salimos ilesos de ahí. Solo estábamos empapados.
― No vayas hacer ruido. ― Susurro Luca en mi odio, salimos de la piscina. ― Camina hasta el lugar por donde nos íbamos para la playa. ― Le hice caso y corrí hasta la entrada del pequeño camino antes de adentrarme me giré para ver qué era lo que iba hacer y porque no me seguía. Pude notar que Luca saco su pistola, y disparo tres veces hacia la ventana del balcón causando que estas se rompieran.
― ¡Gualandi! ― Se escucho un grito desde la habitación, Luca guardo el arma dio un pequeño salto y corrí hasta el dónde me encontraba, me agarro de la mano.
― Cariño necesito que corras con todas tus fuerzas. ― Solo asentí. A gran velocidad pasamos ese estrecho camino, algunas plantas nos estaban cortando, la cara, brazos y piernas, pero del miedo que parecía que ambos nos consumían no le dábamos mayor importancia.
Llegamos a la playa y sin soltarme de Luca seguimos corriendo, no fui capaz de preguntar nada, pero con cada paso el miedo por nuestras vidas crecía. Corrimos alrededor de cinco minutos, mi corazón estaba demasiado acelerado y mis pies ya estaban bastante agotados, después de nuestro exitoso escape, llegamos a una de las casas que Luca una vez me señalo.
― ¿Qué hacemos aquí? ― pregunte mientras subíamos por unas escaleras de madera hacia el jardín de la casa. Luca se detuvo y miraba alrededor, subíamos rápidamente quizás si nos veían a la distancia nos podían asesinar.
― Alessandro tiene acá muchas camionetas blindadas y ahora necesitaremos una de ellas, también algo bueno es que todas tiene armas escondidas que me servirán. ― Nos escabullimos por el jardín. Para nuestra sorpresa nos tropezamos con un hombre de unos sesenta años.
― ¡Luca! ― Exclamo el hombre emocionado.
― ¿Qué haces aquí? ― pregunto el hombre viendo a Luca con mucha alegría.
― Hola Papá. ― ¿Era el padre de Luca? Pero me había dicho que habían muerto, no era el momento para preguntar eso.
― Necesito un favor ¿tienes las llaves de alguna camioneta de Alessandro? Es cuestión de vida o muerte. ― El hombre asintió y nos llevó dentro de la casa, camino con Luca hasta un pequeño mueble.
―Ten las llaves de la Rhino la acaban de revisar y está en perfectas condiciones. ¿Te metiste en un problema? ― Pregunto el hombre.
― Digamos que ella es la hija de Fantini y Alessandro la quiere matar, estoy evitando a toda costa que lo haga. ― El hombre le sonrió a Luca. ― Se que, si la estas protegiendo es porque ella te importa, tengan mucho cuidado. ― Dijo el hombre sonriendo, después de eso volteo a verme y tomo mi mano.
― Cuídalo por favor y recuerden una cosa no importa lo que tu padre o tu padre adoptivo digan si ustedes de verdad quieren estar juntos son ustedes dos contra el mundo. Les doy mi bendición y les deseo lo mejor. ― El hombre beso mi frente al igual que la de Luca.
Luca corrió conmigo hasta el parqueadero de esa gran casa, era mucho más grande que la mansión donde nos encontrábamos, Alessandro era un excéntrico en esta casa había esculturas de oro, mi reacción era de no creer. Al llegar al parqueadero no podía creer lo que veía era increíble que existieran ese tipo de automóviles, ese carro parecía una caja fuerte con ruedas. Nos subimos y salimos disparados de esa casa.
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Editado: 02.06.2022