1. Accidente

*Que raras son las coincidencias*

—Amelia apúrate, vas a llegar tarde— grito una voz gruesa, al otro lado de la puerta, que me saco de mi sueño.

—Ya voy papa— grite de mala gana.

—Me voy a trabajar, ¿quieres que te lleve hoy?— hablo la voz esta vez mas cerca.

A penas podía abrir lo ojos, estaba cansada, anoche me volví a desvelar pensando estupideces.

—No descuida, me voy con Loren— dije mientras me levantaba para ir a la ducha.

—Vale, suerte cariño, ten un buen dia, ¿nos vemos para cenar?, ¿o tu y Loren tienen planes?— pregunto

—No, descuida, estaré para cenar— dije ya entrando al baño.

—¿Cariño?— pregunto de manera extraña y triste, el no es así.

—¿Si?— dije antes de entrar al baño, su tono voz me impacto bastante, hasta me preocupo.

—Te amo, lo sabes— dijo de forma dolida.

Me resulto extraño, mi padre no era un hombre débil, algo anda mal.

—¿Todo esta bien papa?— dije con notoria preocupación, se escuchaba alterado.

—Solo necesitaba que lo supieras, que tengas lindo día cielo— dijo, escuche sus pasos alejarse, cada vez se escuchaban menos.

Tenia un mal presentimiento, lo ignore por un instante y me fui a bañar.

***
Estaba terminando mi cereal hasta que escuche una bosina, supuse que era Loren, así que tome mi mochila y mis apuntes del escritorio y salí corriendo. Ya era un poco tarde, Loren no sabe lo que es puntualidad.

—Apúrate o Simons nos dejará a afuera— dijo agitando las manos en gesto de desesperación.

—Ya voy— dije rodando los ojos, ya que llegaríamos tarde por su culpa.

Los 15 minutos de camino, parecieron eternos, al escuchar a Loren hablar sobre su cita de anoche. No me malinterpreten, es mi mejor amiga y la quiero, pero, siempre sale con puro patán machista y termina lastimada, pero esta vez fue diferente, estaba mas que encantada.

—Te lo juro este es diferente, es todo un caballero, es lindo, dulce, atento y vamos a tener otra cita el sábado en la noche— dijo emocionada.

—Una mas de lo que acostumbras- dije para mis adentros, pero ella me escucho y me fulminó con la mirada— ya esta bien no te enojes- dije conteniendo mis risas.

—Esta vez sera diferente, lo presiento-dijo con voz de embobada- y aparte tiene un amigo, y es muy guapo— hizo un énfasis en sus últimas palabras y me miro con una mirada complice, ya sabia que tenia en mente— y pensé en por que no hacer una cita doble- dijo mientras abarcaba el auto.

—Ya te dije que no quiero salir con nadie por ahora Loren, no insistas— dije.

—Por favor, es un chico lindo y agradable, te va a gustar, dale una oportunidad y si no te gusta la mandas al diblo, por favor meli- me miró con esos ojos color canela de tal manera, como perro regañado.

Ya habíamos llegado al instituto, pero aun no salíamos del auto, porque estamos hablando.

—Loren no creo que...— no pude terminar la oración, senti un gran golpe proveniente de la parte trasera de auto, algo nos había impactado, no muy fuerte, pero seguro dejara marca.

Ambas salimos del auto, Loren estaba que echaba chispas, estaba furiosa, su auto era mas o menos nuevo, no tenia mas de un mes, no es que le preocupase mucho, su familia es muy adinerada, ambas asistimos a una escuela cara.

No se crean, no soy pobre ni becada, mi padre es un contador de una gran empresa de la ciudad, no somos muy ricos, pero vivimos muy bien y cómodos.

—¡Estas ciego idiota!— grito Loren a todos pulmón, estaba furiosa.

Pero, para cuando salimos el auto ya estaba en marcha, en la dirección contraria a la nuestra, ambas nos quedamos embobadas mirando como se iba, sin dar pistas, sin dejar rastro.

Luego, volteamos a ver si hubo daños en el auto, nosotras por suerte estábamos bien, pero el auto tenia un golpe fuerte.

—¡Es un estúpido!— dijo molesta.

—Ya cálmate, que grites y te molestes no lo va a traer para que te desquites— dije sujetándola de los brazos, para calmarla— ya, ven entremos al instituto, de ahí llamamos a tus padres.

—Si, esta bien— dijo sin ánimos

—Oye — la llame para intentar animarla— lo bueno es que ya no tendremos que tomar la clase de Simons y hoy tocaba examen, ve el lado bueno— estaba segura de que no había estudiado. Normalmente siempre repasabamos juntas.

—Si, no he estudiado nada, ¿crees que nos permita hacerlo después?— pregunto mas animada

—¡Ja!, primero muerto— ambas reímos, el profesor Simons era un hombre dificil- a menos...

—¿A menos...?— pregunto ella, haciendo un gesto para que continuara.

—A menos que cierto hombre, rico y poderoso hable con el...— dije alargando lo último.

—Mi padre no tiene tiempo para venir, hoy tenia una reunión con algunos inversores, no creo que venga, ¿por que no le decimos al tuyo?

—Esta bien.

Después de unos minutos, ambas nos dirigimos a la segunda hora, ella tenía clase de literatura y yo de geografía con la maestra Marqués.

—Adiós suerte con la señora enojos— dijo Loren antes de entrar a su salón.

Ahora estaba sola en los pasillos, o bueno no tan sola, si habían algunas personas, pero hablaban entre si muy concentrados, no quería interferir.

No era muy sociable, ese era el trabajo de Loren, ella era la típica chica popular, o eso aparentaba. Loren es muy inteligente, si se esforzará seria la mejor de su clase.

Estaba tan centrada en mis pensamientos que ni me di cuenta cuando llegue al salón, entre y me senté en frente como siempre, la maestra aun no llegaba, faltaban 3 minutos para iniciar la clase.

Pasaron los minutos, primero 5, luego 10, el reloj seguía avanzando y la maestra no llegaba. Después de 20 minutos la maestra llego, despeinada, algo alterada y sin sus lentes. Todos la miramos extrañados.

—Buenos días alumnos— dijo algo inquieta y cansada, parecía que habia corrido.

Otra vez tube ese mal presentimiento, algo no andaba bien, la maestra Marqués nunca llega tarde y menos desarreglada.