Alessio
Mi esposa no sabe que es mi esposa. Ahora saldrá de fiesta con un Duque y sus amigos. Rinaldi esta frente a mí y de su brazo en un vestido azul, algo corto y con un solo brazo. Tiene los labios pintados de rojo, el cabello lo trae suelto pero recogido al frente. Miro que no esta el tipo de esta tarde quien me dio muy mala espina.
Miente salió del trance de las intenciones de Cronos por Rouses. Solo la quiere para vengarse de los que mataron a su hijo, pero sé que siente algo por ella. Lo sé porque si no, no estaría aquí protegiéndola.
Paulina la mira con algo de asco. No le gusta, a mí tampoco. No me gusta que esté cerca de ese hombre. Lo peor es que no puedo hacer nada. Quiero decirle, quiero hacerlo, pero no sé cómo reaccionará.
—Iremos a una discoteca. He apartado una solo para nosotros. —Habla Rinaldi.
Tiene su mano en la cintura. Quiero apartársela.
Quieres, quieres, pero no hacías nada al respecto.
—Si quieren puede ir —dice Rouses —Hemos invitado al señor Beyno también y Maritza. Puede invitar a su prometida si quiere —Dice mirándome —¿Saben donde esta Estaban?
—Nos preguntamos lo mismo —Dice Nicolás —No lo ven desde la mañana
—A mí no me contesta —Dice ella —Le mandé un mensaje de donde estaremos ¿Vendrán?
—Sí —Dice Nicolás palmeado mi hombro —Iremos
La vista de Rouses se fija en Paulina.
—Ella es nuestra hermana. Paulina —Dice Nicolás —Acaba de llegar
Rouses se separa de Rinaldi y le da la mano.
—Es un placer, conocerla. Señorita Caruso
—Ya nos conocíamos —Le dice Paulina
—Supongo que no éramos las mejores amigas.
—No, pero tampoco me caías mal. Claro que no me gusta tu color de pelo
—¿qué tiene? —Le pregunta Rouses —Se ve muy mal
—El que tenías era mejor, pero lo luces bien.
—Corazón, quien le puedo pedir un poco de comida
Rouses se voltea al tipo que llego esta tarde y ya esta arreglado y no parece un vagabundo. Paulina me mira y se acerca.
—Parece que tienes mucha competencia —Sonrie —Esto será interesante
Nicolás se ríe.
—¿Seguro que no quieres venir?
—No. Estoy muy cansado. Otro día podremos sacudir la pista como en los viejos tiempos. Pequeña.
—Bien. La cocina esta en el segundo pasillo a la derecha. —Le indica
—Divirtiéndose chicos, por mí
—Buenas noches, Elijah —Le dice
—Bien vamos —Dice Rinaldi —La noche es joven, pero nosotros no.
Sale con Rouses. Y Cronos me palmea la cabeza.
—Vamos Romeo, antes de que tu Julieta termine enamorada de otro —Se burla
—¿Señor Caruso, quiere que pasemos por su prometida en el camino? —Pregunta Rinaldi
—No, ya la llamo yo
Rouses
Rinaldi llego diciendo que nos llevara a una discoteca. Eso hizo que Kate y Brad saltaran de la emoción. No me opuse, mucho menos cuando dijo que había alquilado todo el lugar. Cuando llegamos Beyno ya estaba ahí.
Mi amigo parecía háber envejecido cien vidas. Tenía canas y parecía un poco incómodo. El lugar estaba ubicado al sur de la ciudad. Las luces de neón llamaban a los visitantes. El nombre del sitio era Olimpo.
—Un sitio digno para una diosa. —Dice Rinaldi
—Señor Beyno —Saludo —¿Cómo está? —Le doy un abrazo a lo que el me aprieta y luego me suelta
—Bien —Dice con una leve sonrisa en sus labios —No esperaba invitación
—Creo que quedamos en que debíamos repetir lo de la última vez, pero sin peleas —Sonrió —Así que estoy cumpliendo mi palabra
—Yo, quería ir a verte, peor no sabía como. Yo... Rouses. Rouses , oh Rouses. Lo siento lo que te dije la última vez no era cierto. Esta herido.
—Esta bien Beyno, esta bien. —Limpio sus lágrimas que se desbordan igual a las de un niño —Eso es pasado. Lo que haya pasado no importa
—Importará
—No. Ahora no. El pasado se olvida. Es hora de crear nuevos recuerdos. —Se limpia las lágrimas y el resto se acerca —¿Entramos?
Alessio
Ashley mira a todos. Ha traído a su hermano Benjamín y a la prometida de su hermano Rachel. Beyno bebe a mi lado, mientras que Rouses se ríe con sus amigos. En la barra. Rinaldi conversa con Cronos y Nicolás con Paulina.
La música se pone más movida y Rouses se acerca a sacar a Beyno. Maritza dijo que vendría después de que terminara su hora de salida. Rouse, Beyno, Brad y Kate bailan. Rinaldi se les une y Cronos se sienta a mi lado.
—Es un tipo listo, le atrae tu esposa —Dice muy bajo
Benjamín y Rachel salen a la pista. Miro a Ashley que luce aburrida.
—¿Por qué no bailas? —Pregunto para ser postres
—No me gusta, esta música es de corrientes
Y ahí termina nuestra conversación. Me gustaría decir que pudo conversar con ella, pero no. Ashley tiene una visión de la vida que no compartimos. Gustos, razones.
Cronos me codea y miro como Rinaldi la hace girar a mi esposa en la pista. Rouses está feliz bailando, siempre le ha gustado bailar aún que no lo admita. Es su elemento. No sé quién le enseño a mover las caderas, pero es la perdición de todos.
Me termino una cajetilla cuando Rinaldi se vuelve a sentar y el mesero le sirve una copa.
Editado: 06.12.2024