Seduce al jefe

Capítulo 4

Caminar por una de las calles principales de la ciudad me ponía de buenas, las personas caminaban por la acera intentando no chocar entre la multitud. Otra persona estaría fastidiada o abrumada ante la cantidad de personas que recorrían esta calle. Para mí, caminar por esta calle era una oportunidad ya que por esta calle principal estaban las oficinas de los grandes conglomerados de la ciudad. Entre ellas las oficinas de las tres importantes revistas del país para mujeres. Las cuales son “True Beauty”, “In Glamour” y “Elladice!”

Era el sueño de toda chica que deseaba escribir para una revista. Es cierto que In Glamour y True Beauty llegaban a ser superior que Elladice!, pero mamá siempre tuvo razón, su esencia era por mucho muy diferente y más fresca. Me gusta lo que leo en Elladice!

Así que caminar por esta calle me da la esperanza de que pueda pasar por esta todos los días. Suena algo tonto, pero me emociono con lo que tenga que ver con mis sueños. Y desde que entré a la universidad no sentía esto. Si bien, podía ser muy bueno este día o un tanto decepcionante.

Por eso dicen que siempre hay que ir a un lugar sin expectativas, pero no puedo evitarlo, simplemente no puedo evitar emocionarme y crear falsas ideas de mi trabajando en la revista que llevo años soñando.

Ese cosquilleo en el estómago, la garganta seca, mis manos temblorosas, respiración entrecortada, nerviosismo. Si… Esto es lo que llamo amor a tus sueños.

Cada vez la felicidad recorría más por todo mi cuerpo, mi sonrisa nerviosa no paraba y probablemente las personas que pasaban a mi lado me veían mal, pero no me importaba. No podía evitarlo, tenía que aceptar que hoy era uno de esos días en los que me sentía segura, los malos pensamientos empezaron a esfumarse mientras caminaba por esta calle.

Me detengo y volteo al cielo. Si, aun así, doblado todo mi cuello puedo ver con claridad el edificio de la famosa revista Elladice!, la revista de mis sueños. Brillando ante mis ojos.

Suspiro, reviso mi reloj, todavía es una buena hora. Tengo poco más de quince minutos libres.

─Aquí vamos ─Susurro para mí, ya que claramente no hay nadie a mi alrededor─. Lo harás bien.  

Bajo la cabeza y me acerco a la puerta principal, que esta se abre automáticamente, suspiro, levanto mis puños y los agito un poco al aire para darme ánimos.

¡Tú puedes Adele!

Camino al área de recepción, hay muchas personas en el lobby principal. Me dirijo a recepción. Levanta la cabeza una chica muy atractiva mientras me sonríe de una manera amable.

─Hola, buenos días ─Su tono de voz calmado es bastante reconfortante─, ¿En qué puedo ayudarte?

─Hola, tengo una entrevista en el área de redacción y me gustaría preguntarte en qué dirección debo de ir.

Asiente con cuidado mientras teclea algunas cosas.

─ ¿Nombre?

─Adele O’Brien.

No responde después de eso, ya que se dedica a teclear varias cosas, después se levanta de la silla y va a una impresora que tiene detrás de ella, cuando regresa me entrega una clase de gafete.

─Tu registro quedó completo y todo está en orden, usa esto para poder pasar. Las entrevistas se están realizando en el nivel quince. Hay una persona encargada de pedir la documentación y te dará indicaciones.

─Muchas gracias ─Sonrió mientras observo el gafete con cuidado, tiene un código QR, supongo que eso me permite entrar─. Bonito día.

─Mucha suerte, no se te olvide dejarlo de regreso ─Me guiña el ojo. Y con eso contesta una llamada y a seguir tecleando cosas en su computadora.

Camino hasta un área donde las personas solo pueden entrar pasando el código QR de su gafete, supongo que el mío es temporal, paso por la máquina de entrada y pongo el gafete en el escáner y enciende una luz verde y abre sus puertas de paso. Me recuerda mucho a las entradas del tren.

El oficial de seguridad me sonríe mientras paso. Hay varios elevadores. Unas cuantas personas esperan los que están de mi lado izquierdo, así que decido por el lado derecho que no hay nadie esperando.

Mientras espero alcanzo a escuchar un fragmento de la conversación de las personas de a mi espalda.

─… dicen que hoy es el último día de Liz. Aposté con Ren que renunciaría la siguiente semana, pero hay rumores que dicen que el jefe no tardará en despedirla.

─Apuesto a que sucede hoy, si yo fuera Liz tampoco hubiera durado ni el mes ─Con ello escucho como las puertas del elevador de atrás se abren y su conversación se aleja, pero no antes si no escuchar un poco más─. Es una pena que una persona tan atractiva sea siempre tan frio.

Escucho como se cierran estas y quedo sola en la espera de mi elevador.

A los pocos segundos más este se abre y entro. Me recargo contra la pared. Era cierto que los chismes jamás desaparecían sin importar el lugar de trabajo. Quien sabe quién sería Ren, Liz o cual jefe atractivo frio, pero lo poco que escuché parecía que nadie durara más del mes en ese puesto. Solo esperaba que no tuviera que ver con la sección de redacción.

Ahora que lo pienso la sección de redacción el jefe es mujer. Y ellos no usaron el termino en modo femenino. Así que la preocupación se esfuma.




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