Hannah.
—Hemos completado la agenda con éxito —Paty celebró—, siento una inmensa alegría así como me siento exhausta. —Inclinó su cuerpo hacia la mesa del escritorio, reposando su peso en ella.
—Hemos reagendado la visita a las sedes de la empresa en San Francisco, hemos confirmado la firma del terreno en Houston y también, contestado a las dudas de los clientes —enumero—. Todo está listo para hacernos paso a la famosa votación extraordinaria, por lo que me siento verdaderamente nerviosa. —Confieso.
Al final del día, los pendientes en la oficina nos han hecho doler la cabeza, cada uno de ellos demanda cierto tiempo y atención. Si hemos trabajado el día entero por mantener el equilibrio de la empresa y de la situación como tal, lo último que deseábamos era despertar el pánico entre los empleados. Debo admitir que, el reto más difícil, ha sido callar a los medios de comunicación que no han desistido de llamar a las líneas de presidencia la tarde entera.
De Theodore apenas habíamos tenido noticias, lo único que sabíamos de él era el hecho de que estaría presente en la votación extraordinaria, de David no había sabido nada al respecto. Sin embargo, consideraba prudente brindarle un tiempo en soledad, la noticia de su padre no ha sido grata para nadie y referente al estado en el que se encuentra, me veía en la obligación de evitar que se preocupara más de la cuenta. Suficiente ha sido la culpa que siente debido a la situación de su padre. Tengo la impresión de que se queda sin fuerzas suficientes y me gustaría que comprendiera, que esta es una etapa que viviría tarde o temprano para bien suyo.
—Tengo la impresión de sentirme dentro de una pesadilla —comentó—, una en la que deseo despertar antes de perder los estribos —continúa—. El solo hecho de pensar que Theodore está en peligro, me pone de los nervios.
—No sabemos si se trata de una verdadera predicción, has dicho en anteriores ocasiones que Ana se ha equivocado.
—Nunca se equivoca, Hannah —resalta—. Si las predicciones no son como ella las ha mostrado, son una variación de esta que termina de una manera peor.
¡Esto no me tranquiliza ni un poco!
—Entonces con más razón, deberíamos hacer lo que Ana nos ha dicho —me tambaleo sobre mis talones—. Hablar con los chicos y advertirles de buena manera, que esta situación no es ninguna coincidencia.
—Será difícil incluso para ellos, parece una locura escuchar de sus parejas que han sido maldecidos por una lunática cuya intensión es desaparecerlos del mapa —movió las manos en el aire—. Y sé a consciencia, que Sarah Oxborn está detrás de toda esa historia, sino pregúntale a David por qué su ex prometida le gustaba consultar al tarot.
Aquella última frase despertó todos mis sentidos de alarma, me tomaría el tiempo de indagar sobre el asunto por mis propios. Sé que entre David y yo, tenemos algunos temas pendientes por tratar, tal vez ha sido a la lujuria de la noche anterior que hemos olvidado el pequeño detalle. Deseaba enormemente poder ver sus ojos grises, su sonrisa cuadrada y ese inolvidable carisma que me hace olvidar el mundo a mi alrededor.
—¿Mi hermana ha llegado ya? —Consulto a mi mejor amiga, quien es interrumpida por un Joyce visiblemente exhausto.
—Está causando furor dentro de la sala de conferencias, ese carisma imponente está siendo un éxito con los accionistas —estornuda—. Deberíamos entrar, Theodore estará presente mediante videoconferencia y no sería propio hacerlo esperar. —Asentimos.
Ante mi llegada dentro de la sala de conferencias, los accionistas elevaron la mirada hacia mí con gran consternación y si las miradas pudiesen asesinar, estoy segura que Sarah Oxborn ya lo hubiese hecho. Por alguna razón que desconocía, se me indicó tomar asiento en el puesto de David, a la cabeza de gran mesa rectangular. Aquella había sido una orden de Theodore que no pude comprender no obstante, todo aquel espectáculo no hacía más que generar habladurías entre los accionistas.
Sobre la silla de cuero he dejado caer mi cuerpo con distintiva elegancia, dejando en claro que estaba a punto de conspirar contra la mesa accionistas y sabía que ellos sospechaban de mi presencia en el lugar, cuando jamás he hecho uso de mis acciones hasta este momento. Mi única y justa intensión, era darle una segunda oportunidad a David sin importar lo que esto pueda influir en mi imagen, la editorial necesitaba de David más de lo que estas personas imaginan. Yo personalmente, haría pagar a Sarah cada una de sus artimañas que han dañado considerablemente al apellido de los Lacroze.
Gracias a la visibilidad de la pantalla, me he percatado del agradecimiento detrás de la mirada de Theodore, sabía cuanta impotencia sentía al no poder ser él quien votara a favor de su hermano. Pues el favor era prohibido por la junta al ser ambos familiares directos y su presencia más que todo, era requerida en el hospital siendo el apoyo moral de su madre. De forma improvista, una duda azotó mi mente con insistencia, ¿Dónde se encontraba David si no estaba en compañía de su hermano en la famosa reunión?
—Demos inicio a la votación extraordinaria —inició uno de ellos—. Le pido al señor Theodore Lacroze que cite las intensiones del debate que se llevará a cabo en contra del Director General, David Lacroze.
Theo suspiró.
Según las normas de alineamiento de la empresa y cito <<todo rumor que afecte considerablemente a la imagen de la empresa o la de sus colaboradores, se verá obligado a dimitir de su cargo si la votación extraordinaria juega en su contra>>.
—David Lacroze ha sido acusado de injuria laboral, abuso de poder e inculpado por daños hacia la moral de la señorita Donna Gómez, ex secretaria de presidencia. —Concluyó.
—Hemos atendido cada una de las molestias de parte de los accionistas y decidimos tomar cartas sobre el asunto —interviene Sarah con el cinismo a flor de piel—. Si no hay ningún presente que se interponga en la decisión, podemos proceder con la votación.
#7211 en Joven Adulto
#14730 en Fantasía
amor eterno, secretaria humor dolor romance, jefe y secretaria amor vedadero
Editado: 09.05.2023