Sedúceme Despacio (editando)

El secreto detrás de su pasado

Hannah. 

—¡Hannah, cuidado! —Clamó David, en un desesperado intento por alertarme, aunque intente precipitarse hacia mí la distancia es considerable entre nosotros. 

El sonido del disparo me petrifica en el centro de la pista, mis músculos se contraen dejándome estática y sin control sobre mi cuerpo. A mi alrededor todo es un caos, los clientes gritan desesperadamente por ayuda ante los hombres enmascarados que atemorizan el local, muchos de ellos al escuchar la detonación se cubren por debajo de las mesas mientras las sirenas de la policía se escucha cercana a la calle en la cual nos encontramos situados, tal parece que alguno de los empleados ha dado aviso a las autoridades.  

—¡Joyce! —Mis palabras suenan atropelladas, justo en el instante en el que Joyce posa sus manos sobre mis brazos. Se aferra a mi cuerpo interponiéndose entre el disparo, nuestros cuerpos tambalean cuando la bala impacta contra su brazo izquierdo, arrancándome un gemido de sorpresa. 

—Al suelo, Hannah. —Gruñó, cubriéndonos entre las mesas cerca de la barra, los colores neones del bar me impide observar desde lejos el rostro de aquellos hombres o algún indicio de su identidad. Los disparos no cesan hasta que las sirenas suenan aún más cercanas al bar, el par de hombres murmuran un par de palabras antes de guardar sus armas y abandonar el local con la misma rapidez con la cual han aparecido. 

Entre sorprendida y atemorizada, me siento en el suelo en busca de su mirada, necesito saber que se encuentra bien. Y ahí se encuentra, con su cabello hecho un desastre, encima de su hermano y su cuñada protegiendolos del peligro que acecha a nuestro alrededor. Una extraña tranquilidad inunda mi corazón cuando nuestras miradas se encuentran y una pequeña sonrisa desesperada ilumina su rostro, todo rastro de incertidumbre ha desaparecido en cuanto su mirada se posó en mí, ilesa y asustadiza. 

Mientras tanto Joyce recuesta su cuerpo sobre la mesa y suspira al presionar su brazo izquierdo. Toco su frente como un acto de reflejo, su piel se encuentra fría ante mi contacto y su cuerpo tiembla ligeramente a medida que observa la sangre manchar su camisa de tela negra. Su acto inconsciente me llena de furia, su vida pudo haberse acabado en ese sitio, cuando intentó sustituir mi puesto en el blanco que aquellos hombres habían destinado, todo para evitar que una desgracia ocurriera. Sus ojos verdes me miran de una manera irreconocible, el brillo usual con el cual solía observarme ha desaparecido de repente, su mirada es opaca, casi monótona. 

Me cuestiono el por qué no ha pensado en lo que ha hecho, el por qué arriesgó su vida en un instante por mí. Instintivamente un golpe sobre mi corazón sirvió como respuesta ante mis preguntas, todo aquel acto desinteresado tenía un propósito, un sentimiento de por medio. La golpes hacia David, las constantes riñas, todo esto se había salido de sus propias manos a consecuencia de mi indecisión, si tan solo hubiese hablado con él justo aquel día antes del vuelo a Houston, hubiese podido evitar ciertos conflictos que nos afectan ahora. 

—Lo has hecho, no puedo creerlo Joyce —murmuro, acercándome hacia su brazo herido—. Has hecho todo lo que no has tenido que hacer. —Arremeto contra él y recordando las pocas lecciones de primero auxilios de Thomas, rasgo su camisa y envuelvo su brazo con la tela deteniendo el sangrado.  

—Hannah… —Su voz tembló, dándose cuenta de lo que había hecho, mientras sus ojos afligidos comprendieron la ira en mi mirar. 

—Hablaremos de esto más tarde, hablaremos de todo lo que no hemos dejado claro en el pasado, prometo hacerlo Joyce. —Dejé en claro deteniendo mis palabras en cuanto los demás se acercaron a la escena, uno de los empleados del local le informó a Theodore que la ambulancia no tardaría más de unos minutos en llegar. 

—La policía investigará lo que está sucediendo, es inevitable que el robo del apartamento salga a la luz. —Razonó Patricia, sentándose a mi lado con las manos temblorosas, posicionó su cabeza sobre mi hombro dejándose llevar. 

—Tendrán que comunicarse con el departamento de los Ángeles, es posible que nos detengan un par de horas aquí. —Agrega Theo, conmocionado. 

—Lo mejor será que te vayas de Los Ángeles por un tiempo —intervino David—, ambos estarán más seguros en San Francisco mientras se toman las represalias necesarias contra Sarah Osborne, tengo un firme presentimiento y la gran certeza de saber que ha sido Osborne.  

—Son suposiciones David —acorta Theodore—. ¿Qué te asegura que ha sido Sarah y no Conrad Osborne? Las alianzas de Volkswagen Group con la imprenta incrementaron el valor de las acciones, para destruirnos debería empezar por eliminar a los Horch. 

—Carlton...él me incentivó a deshacer las relaciones empresariales con Sarah para evitar un conflicto intrapersonal, firmé la solicitud horas antes de nuestra partida y me aseguré de que el consejo accionista tomara cartas en el asunto...aún si de eso dependía llegar hasta el tribunal. 

—Pasaste por encima mi consentimiento, sabes que es peligroso terminar las relaciones con los Osborne y aún así, tomaste el riesgo David. 

—¿Hubieses firmado el consentimiento, Theodore? 

—No. 

—Entonces conoces la razón de mi decisión, se nos agota el tiempo con Sarah detrás de Hannah. 

—Basta de discusiones, no hay tiempo para ello, si alguno de ustedes desea despedir a Sarah o no...no es tema de discusión en estos instantes. —Reprende Paty, quien me tiende una mano para levantarme del suelo. Justamente cuando los paramédicos hacen acto de presencia, de tal manera ayudamos a Joyce a ponerse de pie evitando hacer presión sobre su brazo herido. 

—Joyce. 

—¿Sí? 

—Gracias por haberlo hecho. 

(...)

<<Deberán permanecer en San Francisco hasta que la policía crea conveniente regresar a Los Ángeles, estarán seguros de vuelta en casa hija>>. 




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