Seducido por la Jefa

Capítulo 5

Es martes, ha transcurrido una semana desde que comencé a trabajar y puedo afirmar que me gusta lo que hago, me siento bien en este lugar y muy cómodo con el equipo.

Cómo cada día, pasado el mediodia y antes de alguna otra reunión, voy por nuestra comida y la disfrutamos junto a alguna conversación trivial que nos desconecta momentáneamente del trabajo. Sólo que está vez a mi regreso me encuentro con un torbellino en la oficina de mí jefa. Desde afuera se pueden oir gritos, parece una discusión muy fuerte pero no entiendo de que trata. Por las voces puedo deducir que se encuentra mí jefa y un hombre. 

Pasados unos 10 minutos el hombre sale descontrolado, golpeando la puerta y chocando todo a su paso, cuando compruebo que efectivamente se ha ido decido que es momento de que almorcemos. Al ingresar a la oficina, siento una puntada en el pecho, no sé nada acerca de la discusión pero el escenario es nefasto, todo lo que antes lo hacía un lugar femenino y elegante ahora está destrozado en el piso, incluso puedo ver su computadora hecha añicos. Recorro todo el lugar con la vista buscándola y cuando la diviso en una esquina reclinada sobre si misma, siento como mi corazón se sale de mí caja torácica. Los espasmos que surcan su cuerpo rítmicamente me afirman que está llorando. Temo acercarme y comprobar que ese malnacidos la haya golpeado, nada lo justifica. Mierda, que no la haya lastimado, ruego. No soy agresivo pero de pensar que una lacra haya herido a una mujer en mis narices me encoleriza. 

Camino unos pasos hacia ella y la veo levantar la cabeza con temor, su cara está hinchada y roja pero creo que es por el llanto. La escudriño atentamente sin notar agresión física pero sé que está muy vulnerable. Tengo experiencia en consolar a chicas porque siempre fui el paño de lágrimas de mí hermana, asique utilizó mis técnicas. Me pongo a su altura y coloco mis manos en sus hombros acercándonos e invitandola a apoyarse en mí pecho. Lo hace y rompe en llanto nuevamente, la abrazo con fuerza hasta que siento que se relaja, con mi mano acaricio suavemente su cabello. La levanto y guió hasta mi escritorio donde dispongo el almuerzo. Esta abatida, ni siquiera levanta la vista. Le acercó un vaso con agua a la boca, bebe sin objetar; cuando le acercó el alimento en bocados pequeños me mira a los ojos y me agradece, siento una pequeña alegría. Toma el teléfono de mí escritorio, marca un número y aguarda.

-Mati soy yo, te necesito.- Dice y siento algo por dentro que sólo puedo nombrar como celos, esperaba ser yo quien la ayudará pero busca consuelo en otro. Veo como sus ojos hermosos se empañan de lágrimas reprimidas, asiente y puedo escuchar a Matías.

-Tranquila cariño, en minutos estoy con vos.- mierda esto duele. Creo que me gusta la jefa.

Termina la llamada, me mira y me pide amablemente que llame al servicio de limpieza y que pida una nueva PC. Así lo hago.

Minutos más tarde aparece el gran héroe Matías, la abraza y consuela, besa su mejilla sin culpa. No puedo ver más.

Al abrirse las puertas del ascensor veo salir disparados a dos querubines rubios, tras ellos los de limpieza y una mujer que juraría es Nora Lope, la vecina de mamá. Isa se limpia el rostro y evade su tristeza para mostrarse entera frente a sus pequeños.

Me distraigo escuchando como los mellizos le dicen "tío Mati" y al comprender lo que eso significa corroboro que estoy jodidamente enamorado de la jefa que para peor está con otro.

Lautaro me ve y ahora corre hacia mi, me agacho a su altura y lo recibo con un abrazo, al verlo Lorenzo lo imita al grito de "Leeeeoooo". El clon de Nora ahora me mira atentamente.

-¿Leonardo Emer?.- pregunta desconcertada, afirmo con la cabeza.-Pero que pequeño es el mundo. ¿trabajas con mi Isabel? 

- Si, desde hace una semana.

-Leo es mi amigo.- Dice Lauti mirando a su abuela.

-También es mi amigo.- secunda Lolo.- Prepara la mejor chocolatada del mundo y sabe hacer casas de ladrillos que no se caen como las del tio Mati.- Noto todas las miradas puestas en mí pero me siento victorioso por haber conquistado sus corazones en unas pocas horas.

-Cuando tu mamá me dijo que trabajabas acá en la ciudad no imaginé que sería en la empresa de mí hija.- que raro mamá y sus chismes, pero ¿dijo que la empresa es de Isa? Cada vez entiendo menos.- Isa ¿Vos te acordabas de Leonardo?- pregunta pasando la vista a la susodicha. Recuerdo que su familia visitaba la estancia en verano pero ella era mayor y no jugaba con nosotros, y que yo recuerde han sido unos 8 o 9 años sin verla. 

Isabel asiente con la cabeza.

- Si, cuando Omar me lo recomendó para cadete lo cite sin saber, en cuanto lo ví supe que se trataba de él. El día de la cita, mi secretaria llegó tarde, Mati la había visto subiendo al piso de Daniel y la había seguido. Los encontró muy acaramelados y me envíó una fotografía.- ¿sigue queriendo a su ex?- la muy zorra le pasaba información de todos mis movimientos. La despedí y su lugar lo tomó Leonardo que ha demostrado ser competente.- siento alivio y emoción a partes iguales. Osea que desde el principio supo quien soy. Ahora capto algunas cosas.

-¡Ay cuando le cuente a Leti que nuestros hijos trabajan juntos!- ya imagino como termina esa conversación.

Nora y los niños se despiden con besos y abrazos para todos. Antes, me hacen prometer que la próxima vez vamos a jugar al football.

Isabel y Matías siguen hablando entre ellos, intento no ver la confianza que hay entre ellos pero fracaso.

-Leo, ¿tienes algún compromiso para el resto de la semana?- mis pensamientos son interrumpidos por el hombre.

Lo miro con duda y niego con la cabeza.

-¿Podrías estar listo para salir de viaje en la madrugada?- ahora es mi jefa quien cuestiona. Mi expresión debe demostrar mi confusión porque aclara.- Es por trabajo Leonardo, volveríamos el sábado por la tarde. Los gastos corren por la empresa.

- No hay problema.- respondo.




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