Capítulo 12

En la mañana del domingo despierto por la alarma de mi celular. Me cuesta unos segundos procesar el lugar y la situación en que me encuentro. En cuanto lo hago recuerdo que Isabel debía llegar en la noche, me preocupa. Reviso mi teléfono esperando encontrar un mensaje que no está, me levanto apresurado y voy hasta su habitación, ahí no está pero veo en la antesala sus maletas, no estaban así cuando me acosté. Ha llegado, donde está ahora es otro asunto. Marco su número mientras me dirijo al baño, escucho el sonido de su celular y la puerta principal abrirse en el mismo momento. Entra con mi equipo de mate colgando en su hombro derecho y una bandeja con dos cafés y medialunas en sus manos.

-Buen día Leo, venía a despertarte.- Dice colocando todo sobre la mesa.

-Buen día Isa, me asusté cuando me desperté y no te ví. No te escuché llegar anoche ni salir hoy.- beso su mejilla demorando más de lo debido, lo permite y sonríe.

- Lo supuse, estabas profundamente dormido cuando llegué. ¿Desayunas conmigo?

-Claro.- respondo y me siento a su lado.

-Cargué agua caliente en el termo para el viaje y conseguí más azúcar que quedaba poca.- bebe un trago de su infusión y me mira con lo que supongo es diversión.- Antes que lo olvide te manda saludos Olivia, dice que se llevó una muy buena impresión tuya. Dijo algo del desayuno.- No había vuelto a ver a la chica que me vio desnudo el primer día, me resulta irreal que justo se la encuentre a Isa y le diga eso.

-Ah no sabía que se llama así.

-Mmm que raro, ella dijo lo mismo de vos pero que no le importaría desconocer tu nombre si pudiera hacer uso de tu cuerpo.

-¿Qué? Isa no sé que te habrá dicho o como llegaron a esa conversación.

-¿Querés saber? Primero, te mando esto.- Me da una tarjeta con los datos del hotel.- Dice que preguntes por Olivia y te comunicarán con ella.

-¿De qué trata todo esto? No la conozco, la he visto una sola vez.

-¿Podes relajarte? En realidad me pregunto por el chico de la otra habitación y si eras mi hermanito, bueno no le dije que sí pero tampoco lo negué. De ahí empezó a contarme su encuentro.- su risotada genuina me contagia.

-Basta Isa, ya no te rías. Estoy muy avergonzado de que esa chica haya visto a mi amigo en su esplendor y lo cuente por ahí.- deja de reír y se pone sería de repente.

- No Leo, vergüenza no. No tenes de que avergonzarte, sos un chico muy atractivo y con los años te convertirás en un hombre irresistible. Así mismo, cada uno es como es, nunca sientas pudor de mostrar tu cuerpo, si a alguien no le gusta que no vea, ni opine. 

-¿Siempre seré un niño para vos? Isa no me ves como a un hombre.

-¿De todo lo que te dije sólo te quedó eso? Leo, sos un hombre, eso es innegable, lo que digo es que en algunos años más tus facciones se van a acentuar, tus músculos tonificados obtendrán una forma más definida y eso se verá como madurez. No te confundas, te valoro como a un hombre de cualquier edad, sólo sos joven y veo que también inseguro.

-Temo que notes que eres demasiado mujer para mi.

- No no no, nadie es demasiado mucho ni demasiado poco, Leonardo. ¿Qué diría tu mamá de mí? Una mujer cuatro años mayor, divorciada, con dos hijos y fama de asalta-cunas. Demasiado poca cosa para un buen chico.

- No creo que diga eso, a esta altura debe estar con tu mamá organizando la boda.

-Leo, ninguna madre querría que su hijo se implique con una mujer que lleva consigo tantas responsabilidades y problemas. Por ahora no nos ocuparemos ni de tu madre ni de nadie más que nosotros. Pero primero, eres suficiente para todo lo que te propongas. Segundo, no quiero más trompadas, golpes o arranques destructivos.

- En lo primero prometo trabajar y con lo segundo hay puntos que aclarar.

-¿Qué puntos Leonardo?- se exaspera.

-Uno que normalmente no reacciono con golpes, dos que si lo hago siempre será contra alguien de mí tamaño o en más ventajas, tres que nadie va a insultar, maltratar o golpear a una mujer, niño, anciano o animal en mi nariz sin que intervenga, cuatro que nadie nunca va a insinuar que tu estilo de vida te hace mala mujer sin que yo le parta la cara y cinco que si pudiera le volvería a pegar y más fuerte.

- Tendré que enseñarte cuando es mejor callar también. El punto uno lo sé y me sorprendió mucho que hayas quebrantado tu ley de armonía y respeto.- ¿De qué habla? ¿De dónde sabe eso? Es algo que siempre hablamos con Quique- Antes que saques conclusiones, si te mandé a investigar el mismo día que empezaste a trabajar para mí, tengo gente discreta y de confianza que me informa. Tus amigos, hermanos, primos, tíos, padres y profesores dieron información muy valiosa sin siquiera percibir que lo hacían Leo, ser mi asistente implica que te relaciones con mi entorno y también con mis hijos, hay muchas cosas que desconoces y que te voy a contar de a poco y cuando sea oportuno, hay mucha gente interesada en sacarme del medio, en eliminarme a mi y a los mellis, tuve que volverme igual de fría y calculadora para protegernos y preservar nuestras vidas. El punto dos es el que te dio credibilidad, en este caso tu contrincante es un experto, a pesar de tu fuerza y técnica Rafael podía contraatacar y salir victorioso, que no lo haya hecho me lleva a suponer que lo que pretendía era dejarte en evidencia frente a mi y lo logró sin esfuerzo. Por eso tenes que mantener la cabeza fría. El tercero demuestra que sos un verdadero hombre pero no desciendas al mismo nivel, el golpe no se corrige con golpe. Cuarto la gente va a hablar y decir cosas hirientes siempre y no podes ir por la vida trompeando al que diga que soy una puta, y lo soy con mucho orgullo Leonardo, yo disfruto de mí vida y mi sexualidad como se me da la gana sin faltarle el respeto a nadie. Quinto sospecho que estas tan empecinado por algo más además de sus comentarios ¿O no?

-Celos, muchos celos. Desde el primer día que contengo las ganas de golpearlo, siempre busca tocarte o besar tus labios de casualidad, quiere impresionarte, alardea que vas a caer a sus pies y cosas semejantes. Mateo y Lena también sospechan que lo de ayer fue una trampa. Y le partiría la cara de nuevo.- de nada sirve negar lo evidente, ella ya lo notó.