Doce años atrás.
No sabía cuánto tiempo llevaba viendo con ojos saltones a Jack su amor platónico desde que tenia uso de razón, lo habia conocido en la primaria siendo el deleite de las niñas y de algunas maestras, con esos maravilloso y magnéticos ojos verdes como mis crayones, sus labios eran suave y pequeño como la plastina que utilizaba en la clase arte, y de buen aspecto como la merienda que me daba mi mamá luego de comer la porquería que nos daban en la escuela. El tiempo habia pasado hasta llegar a la preparatoria donde "Sorpresivamente" estudiamos en la misma escuela y en el mismo salón, algunos dirían que es una leve obsesión pero yo sentia que el y yo siempre estariamos juntos sabia a la perfección que el era ajenos a mis sentimientos de mi atormentado corazón, pero aún no perdía la esperanza de estar a su lado o eso pensé hasta que.....
— ¿Acaso no te has visto en un espejo?. — Preguntó con burla. — Britney, sofia como te llames, no te hagas ilusiones me gusta la carne de cerdo pero no andar con uno. — Sonrió con autosuficiencia, Jack se levantó de su asiento y acarició su mejilla. — ¡No me gusta las gordas!.
Britthanny llegó a su casa mientras su mamá le extendía un gran plato de pollo frito, papa fritas y un pudin de chocolate, inmediatamente la boca de ella empezó a saliviar al ver la comida enfrente de ella, antes de tomar una de las piezas de pollo recordo las palabras de Jack: ¡No me gustan las gordas!. Se levantó de la mesa asustando a los presentes por dejar por primera vez su plato vacío y no pedir una segunda o tercera porción de comida, su mamá tocó su frente y notó que su temperatura estaba bien.
— ¿Te sucede algo mi amor?, ¿Te duele el estómago?. — Preguntó preocupada la señora de aspecto regordete pero de dulce sonrisa. — Si quieres te hago un plato de macarrones con queso.
Brithanny negó.
— Ya no voy a comer eso, y se me disculpa ire a mi habitación.
Entró a su habitación y miro las fotos que le habia tomado a Jack a escondida de el, las arrancó todas y las rompio una por una, solo dejo una donde salia con una gran sonrisa y su uniforme de futbol americano, observó la imagen y luego se vio en el espejo.
— La gorda murio, y ahora veras quien soy yo.