Segunda vida para Amelie

Capítulo 12: "El magnicidio de la joven princesa"

Soy consciente de ello. Sé que mientras más pensaba en ello, mientras más les daba vueltas a aquellos recuerdos, menos podría avanzar en el presente, si vivía atascada en un pasado que no me pertenece realmente, no podría encontrar mi propia felicidad, quizás debía de tener una mente más fría, si tan solo no estuviera tan pegada a mis emociones, podría volver a dormir bien, incluso, sería capaz de vivir sin la ansiedad que siento en este momento por el futuro.

Lamentablemente, sé que, sin aquellos recuerdos, no podría cambiar nada, todo sería como en la novela original, no quería vivir los malos tratos que sufrió Amelie solo por el hecho de no cambiar nada, debía de tener una mente fuerte, no debía dejarme llevar por las pesadillas, debía de pensar fríamente en el futuro que deseaba tener.

Aunque es ahí donde está mi problema, hasta la hora sé que va a suceder si no hago ningún cambio en mi vida, pero ¿Qué pasa si hago cambios muy grandes? ¿Qué tanto cambiarían las cosas? ¿Seré capaz de afrontar un destino que no conozco? Todas aquellas preguntas no me dejaban dormir, más aún cuando los días se volvieron semanas y más cambios se hicieron evidentes.

Oliver y mi padre podían formar un gran equipo, pero quizás ello solo era en las guerras, la incomodidad entre ellos se podía sentir en cada reunión, en cada encuentro, ya no sabría decir cuando comenzó aquello, pero tal vez, tenía relación con que ambos buscaban lo mismo, toda esa tensión y desconfianza era porque ellos anhelaban algo o, mejor dicho: a alguien.

Esa persona era mi madre.

Ya habían pasado varios años desde su muerte en aquella plaza, tristemente nadie me advirtió que entre más tiempo pasara, más dolorosa seria su ausencia; aquel vacío con el tiempo se iría olvidando y era realmente ello lo que creaba aquella presión en el pecho. Si tan solo hubiera tenido la oportunidad de pasar más tiempo con ella, de haber podido ayudar solo un poco, si tan solo no hubiera reencarnado como un bebé...

Me entristece no haber sido capaz de hacer nada en ese tiempo y me enfurece que mi padre haya cambiado ahora, cuando realmente tuvo que haber sido así todo el tiempo, pero lo que realmente me irrita es que permitió la muerte de mi madre frente a todo el pueblo, como si hubiera sido una gran criminal que merecía tal humillación. Nunca iba a dejar de culparle por su muerte, pues él era la única persona que pudo evitarla y no hizo absolutamente nada.

Pero lo peor de todo es que siento que no había posibilidad de salvarla, la historia original comienza con la muerte de mi madre, la reina Diana, y durante estos años me he dado cuenta de que hay cosas que no se pueden cambiar pues son fundamentales para que la historia continúe, por triste y extraño que suene, por ejemplo, en El Conde de Montecristo, Edmundo Dantés, es condenado al Castillo de If tras la traición de Danglars y Villefort, sin aquel suceso, la historia no hubiera comenzado, Dantés no hubiera buscado venganza y la historia no sería como todos la conocemos.

Por otro lado, ya había descubierto todo lo que debía de saber sobre la famosa Lady Cornelia que mi madre menciono hace años atrás, o al menos, gran parte de su historia. Fue un día mientras estaba vagando por la gran biblioteca del castillo, buscaba un libro de historia pues pronto volverían a iniciar mis clases con el tutor, es ahí donde encontré la sección de: "Historia del Reino de Román". Nunca había visto esa sección antes, aunque tampoco era que pasara mucho tiempo en la biblioteca, en fin, solo eran dos estantes llenos de libros viejos, sentía que al tomar uno podría llegar a desvanecerse.

Tome los libros en mejor estado y entre ellos había uno completamente nuevo, como si nunca lo hubieran leído antes, fue ello lo que más me llamo la atención, claro está, que no sabía lo que estaba tomando. No era un libro cualquiera, su portada de cuero naranjo le hacía resaltar aún más entre todos los libros viejos.

La portada fue aún más sorprendente, con grandes letras negras estaba escrito: "El magnicidio de Lady Cornelia".

Nunca había escuchado aquella palabra, así que, como en este mundo no existe el internet fui directamente a buscar un diccionario, hasta la hora, fue mi gran amigo durante todas las clases a las que estuve asistiendo, me gustaba aprender palabras nuevas, aunque lo hacían ver como una obligación para la nobleza.

Volviendo a la palabra: se conoce como magnicidio cuando se asesina a una persona muy importante, usualmente una figura política, religiosa o artística.

El libro comienza con una pequeña nota escrita a mano que decía lo siguiente: "En aquella época, el reino estaba plagado de inhumanidad, cada persona que lo habitaba era cruel y estaba lleno de vicios, incluso los reyes no se salvaban de aquel asqueroso mundo, nunca fueron de ayuda, su reinado empeoro aún más a las personas del pueblo, ellos eran igual de codiciosos que cualquier otra persona".

En medio de todo ese mundo, nació la única hija heredera el trono, Cornelia de Román, se le describía como una chica que poseía el cabello rojo brillante, casi imitando el color del fuego. Pero en ese momento, no era inusual, de hecho, se esperaba que la realeza resaltara entre la sociedad.

Ella asumió su posición como reina a los quince años, tras la trágica muerte de sus padres, ambos habían muerto la misma noche por causas que nunca se pudieron aclarar; solo era una adolescente caprichosa, obtenía todo lo que pedía con un simple chasquido de dedos, el hecho de que obtuviera todo lo que pedía desde pequeña, fue lo que hizo que nunca apareciera realmente el valor del dinero.




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