Seis club,un corazón

Mi Casa, Mis Reglas (Y Mi Mamá Intensa)

¿Estás seguro de que es buena idea? —preguntó Akira mientras ayudaba a su mamá a poner los vasos en la mesa.

—¡Claro que sí! ¡Hace meses que quiero conocer a esa chica! —respondió la señora Yoshida, sonriente como si hoy fuera Navidad.

—Mamá… por favor no saques mis álbumes de bebé.

—¿Y qué tal el video donde hacías coreografías con una sartén?

—¡Tampoco!

—Ya veremos… 😇

A las 2:00 p.m. en punto, sonó el timbre.
Akira respiró hondo como si fuera a salir al escenario del club de teatro.

Abrió la puerta.
Ahí estaba Hinata, hermosa incluso con ropa sencilla y una caja de galletas en las manos.

—Hola. ¿Listo para avergonzarte frente a tu madre?

—Nunca estoy listo… pero entra igual.

La señora Yoshida abrazó a Hinata como si fuera familia desde siempre.

—¡Así que tú eres Hinata! ¡Pero si eres más linda que en las fotos!

—¿Fotos? —Hinata lo miró.

—¡Mamáaaa!

—Ya me contaste tanto de ella que casi soñaba con este momento —dijo la madre mientras las guiaba al comedor.

En la sala, también estaba Yuu, el hermano mayor, comiendo papas como si no pasara nada.

—Oh, hola, cuñada. ¿Vienes a sufrir con nosotros?

—Ya estoy preparada mentalmente —respondió Hinata, con una sonrisa serena.

Durante la merienda, hubo de todo:

—La mamá le preguntó a Hinata si sabía cocinar (“un poco”), si Akira era romántico (“más torpe que romántico”), y si lo quería de verdad (“sí, y lo respeto mucho”).

—Yuu interrumpía con frases como:
“Una vez Akira escribió en su diario: ‘Hinata me sonríe como si fuera la luz de mi cancha emocional’”.

—Akira quiso desaparecer bajo la mesa.

—Hinata, en cambio, se reía sin parar. Estaba tan cómoda… que incluso ayudó a recoger la mesa como si viviera allí.

Cuando terminó la tarde, la mamá de Akira la acompañó hasta la puerta.

—Me alegra que estés con mi hijo. Él tiene muchas cosas raras… pero es noble.

Hinata la abrazó con cariño.

—Gracias por recibirme.

Akira salió a acompañarla hasta la entrada.
El sol bajaba, suave, y el viento tenía ese aroma dulce de las tardes que uno nunca olvida.

—¿Y bien? —preguntó él.

—Tu familia es increíble. Y tú… estás más lindo cuando estás nervioso.

—¡No digas eso! Me tiembla el corazón.

—Pues que tiemble.
Porque yo… ya estoy empezando a imaginar un futuro contigo.
Y esta, fue una buena primera puerta.

Hinata se acercó, lo besó suavemente, y luego susurró:

—Ahora sí estamos parejos.

Akira se quedó viendo el cielo mientras ella se alejaba.
Luego, escribió:

Capítulo 14: Hinata vino a casa.
Estado de vergüenza: nivel diario perdido.
Estado del corazón: nivel… enamorado total.




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