Saskia se sumergió en la tina, mirando el techo de las cuatro paredes del baño. Sintió algo en el pecho amargo, no supo si era la culpabilidad de aquellas muertes o la curiosidad que sentía por lo que Gave no llegó a decirle. Lo que tenia en claro era que sentía que tenia muchas dudas al cual nadie parece querer o poder responder, Blair y Karteen habían actuado extraño, eso era un claro indicatorio que lo que sucedió era importante.
Sin embargo, también sentía que había algo mal. Mas allá que un valioso presentimiento o una achispada sensación, sentía que estaba justo en el previo momento de una catástrofe y eso no lo entendía. Si todo está bien ahora ¿Por qué empeoraría ahora? ¿Por qué todo se iría al desagüe?
Miró su rodilla sumergida completamente en el agua, tenía la cicatriz de ambas dagas pero parecían ser antiguas, acto que Blair hizo; le había quitado el dolor y las hizo cicatrizar con su magia. No pudo evitar recordar cuando Gave le dijo que Blair jamás podría ayudarla si no tiene la marca de su aquelarre en su piel.
Suspiró pesamente mientras volvió a mirar el techo. ¿Por qué todo le resultaba tan confuso? ¿Por qué sentía tanta curiosidad?
Se puso de pie, estiró la mano para coger la toalla y envolverse, al hacerlo, no tardó en secarse y vestirse. Cuando terminó, caminó hacia la salida quedando en el pasillo de su habitación. Estaba consiente que Cole, Blair y Karteen en la planta baja por lo cual despreocupada caminó hacia su dormitorio donde cerró la puerta silenciosamente y caminó hacia su cama donde se arrodillo y sacó de debajo el Sabbat.
Se sentó en la cama mirando el libro con concentración pero al instante sintió como alguien la estuviera observando. Alzó su cabeza, confusa mirando su alrededor pero no había nadie, ni siquiera las ventanas estaban abiertas. Frunció el ceño volviendo la vista al libro pero volvió a sentir que la miraban y frustrada alzó su cabeza mirando su alrededor, paranoica, pero nuevamente no había nadie.
Negó con la cabeza centrándose en el libro. Cuando lo hizo, pasó las manos por encima de éste sintiendo como si tuviese electricidad. Volvió a abrirlos, pasando pagina por pagina por escritos inentendible. Se detuvo en la pagina que las serpientes alemanas habían sacado copia y miró como había un gran texto al cual tardaría semanas en traducir pero el sordo mudo había traducido en tan solo segundos en su mente. Pasó de pagina, exactamente en la segunda y se detuvo cuando vio que había una nota pegada al cual antes no habían visto.
Estaba en otro idioma pero tenia muchos signos de exclamación y una flecha que señalaba la pagina anterior. ¿Será importante?
Se encogió de hombros, restandole importancia y siguió pasando las páginas.
La puerta se abre, ella se tensa pero se alivia cuando ve que era Cole.
—Hermana.
—Hermano. —Le sonrío.
—¿Cómo te sientes?
—Mucho mejor, aunque me duele un poco la cabeza.
—¿Quieres que te cure?
—No, creo que un poco de dolor no me hará mal. ¿Karteen y Blair?
—En la cocina, Blair ya no tiene mucha paciencia a la pobre, se llevan fatal. He intentado tener una conversación pero hay un odio mutuo increíble.
—Le debe un favor. —Se encogió de hombros.
Cole se movió en su lugar, incomodo. Saskia entrecerró sus ojos ante esa reacción pero, no le preguntó nada.
—¿Qué haces con el Sabbat?
—Intento saber si hay algo más. No lo sé, se fueron dejándonos un libro y una carta ¿Y nada más?
—Leí casi un cuarto del libro y no he encontrado absolutamente nada que sea escritos especialmente para nosotros. Solo nos dejaron como hacernos poderosos mágicamente.
—Gave... Gave me dijo que era especial. —Insistió, cerrando los ojos por unos segundos
—He notado que Blair y Karteen han reaccionado raro, ella ni siquiera te ha contestado. Estoy seguro que sabremos a que se refirió.
Tiene que haber algo más.
Miró el libro, frunció sus cejas.
Ha intentado comunicarse con su madre y su padre con otros libros, al cual ha sido un éxito. ¿Por qué no ha intentado directamente con el Sabbat? Alzó su cabeza a mirar a Cole, quien por su expresión supo que estaba pensando.
—Blair no lo permitirá, dijo sobre que romperás la barrera.
—No la romperé. Solo necesito respuestas y el libro... —Inhala profundamente.—Tú puedes leerlo, yo no, ésta es la forma que puedo hacerlo. Por favor.
—Tienes razón. Pero... ¿Estás segura que quieres saber que hay ahí?
—Sí.
Cole asintió con la cabeza lentamente. Estiró ambas manos en su dirección, sentándose frente a ella, colocando ambas manos por encima del libro. Saskia las entrelaza mientras que cierra sus ojos.
Intenta relajarse, sentir la gravedad, el aire, los ruidos por mas pequeños y mínimos que sean, comienza a seguir lentos patrones hasta finalmente abrir sus ojos. Cuando los abre, ya no está en la habitación y su vista teñida ligeramente con manchas blancas comienza a teñirse con colores reales dejándola sentada sobre una cama al cual no era suya.
Mira su alrededor, intentando saber donde la llevado el recuerdo del Sabbat pero no reconoció, ni un poco la casa. La puerta se abre bruscamente, pudo ver un gran caos detrás de ella y casi al instante es consiente del gran griterío que había.
—¡Vamos, Nathan! —Gritó una mujer, de al menos unos dieciséis años.
Supo que eran sus padres en la adolescencia y sonrío viendo como su padre se parecía mucho a Cole. Ambos cierran la puerta bruscamente, intentando escapar de lo que sea que haya allí afuera. Anna fue la primera en agarrar el Sabbat de la biblioteca y apegarlo a su pecho como un tesoro.
—¿Qué hacemos?—Le preguntó. —Xainne no vendrá a ayudarnos.
—Son al menos doce cazadores. —Nathan le contesta. —Necesitamos dividirnos.
—¿Qué? ¡No!
—Anne, tú eres la especial. —La miró.—Yo no tengo nada valioso más que magia heredada y conocimientos del Sabbat. Eres tú la que debe sobrevivir.
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Editado: 13.11.2020