Selene, una niñera en apuros

Capítulo: 3

Adam
— Mira papá, mira lo que hizo— veo las grandes lágrimas de mi hija mientras mira sus zapatos sucios por el helado, ya estamos en la casa, yo sonrío, mis hijos hacen maldades, pero no le gustan que se la hagan a ellos

— Y por qué lo hizo Ainhoa?

—Por gusto papá — la defiende Adrien— esa chica era una malcriada

—Algo debieron hacer

— No papá, ella se divertía

— Era guapa— murmura Aiden y lo miro enarcando una ceja, sus hermanos lo fulminan con la mirada

—A si?

— Sí, tenía el cabello rojo y muy lindo papá

— Era feo— discrepa Ainhoa tocando su cabello

—Y sus ojos eran verdes, casi negros

— Eran feos— vuelve a decir mi niña

— Y tenía una mirada de niña divertida

— Malcriada — chilla Ainhoa que sale corriendo, yo no puedo evitar reírme

— Tú que crees Adrien? Era fea o guapa? — mi hijo mira hacia la puerta por donde salió corriendo su hermana y luego se acerca a mi

— Era guapa, pero no quiero que Ainhoa se enfade— murmura y yo sonrío.

—Ya vamos a cenar chicos— les grito caminando hacia el comedor, Aiden y Adrien se sientan y luego llega Ainhoa que ya no llora y se ha cambiado sus zapatos

—Llegué a buena hora—miro a mi hermano que llega sonriendo

— Tío — mis hijos gritan de felicidad, Iván les revuelve el cabello a los chicos y cuando llega a donde Ainhoa besa su mano, siempre hace lo mismo y mi hija siempre suelta un sonoro suspiro

—Hermano, mañana viene tu niñera— mis hijos resoplan

— En serio? Fuiste rápido

— la chica necesitaba el dinero y era hermana de un amigo

— Perfecto, mañana la entrevistaré para saber si

— Espera— Iván sube una mano— entrevistar? No que estabas desesperado? Quieres hacerla salir corriendo?

—No Iván, pero no voy a dejar que cualquiera entre a mi casa— Digo y comienzo a comer, mi hermano me mira desconcertado y mis hijos intercambian miradas, apuesto lo que sea a que ya están planeando algo malo para hacerle a la nueva niñera

Luego de dormir a mis hijos salgo de su habitación cerrando la puerta con cuidado, estoy agotado y con solo poner la cabeza en la almohada me quedo dormido.
☆☆☆
Kim camina entre las personas hasta llegar a la mesa en donde ya está sentado su cita

— Has tardado— Dice su acompañante sonriendo

— Juanjo, tarde 10 minutos en llegar hasta esta mesa, el club este está lleno de personas hoy

— Siempre está así a esta hora querida, dime, como va el restaurante

— Va superbién, Adam es un excelente chef— Juanjo resopla

— Tenemos que hacer algo que le ocasione gastos, ese local antes era mío

— Lo perdiste con su padre, por qué odias tanto a Adam, él es diferente

— Lo defiendes? No se te olvide que fui yo quien te ayudo cuando más lo necesitabas Kim, toma esto— Juanjo le pasa una pequeña bolsa

— Qué es?

— échalo en la comida que prepares la próxima vez, poco a poco destruiré a Adam

— Tiene muchos restaurantes y millones

— Sí, pero cada uno caerá poco a poco

— Señor—una de las camareras llega a la mesa— van a consumir algo?

—Qué te he dicho Selene? Dime Juanjo como todos

—perdón señ.. Perdón Juanjo — Selene sonríe y mira a ambos

— Trae lo mejor de la casa preciosa — esta se va y él la sigue con la mirada

— Te gusta?

— Es hermosa

—es una niña Juan José Casas — Lo recrimina Kim y él solo se ríe.
☆☆☆
Selene
Termino mi trabajo tarde en la noche, pero al menos hoy no tuve que quedarme hasta el día siguiente. Salgo a la calle, ahora me toca caminar bastante hasta mi casa, no puedo darme el lujo de coger un taxi

Aunque pronto serás rica...dice mi conciencia recordando mi próximo trabajo.

Robaré una última vez, Adam Sanz, millonario, 30 años, tres hijos, dios mío como puede vivir con tres hijos? Y pensar que yo seré la niñera, tuve que reír a carcajadas cuando Ulises me dio ese detalle, pero bueno, sigo recordando en mi mente todo lo que leí sobre ese sujeto, es uno de los chefs más prestigiosos del país aunque su gran fortuna fue una herencia de su padre que él solo ha hecho crecer, es alto, guapo de ojos negros y cabello negro, tiene un cuerpo de dios griego.. y ahora por qué pienso en ese detalle que no es relevante.

Levanto la mirada, voy a cruzar la calle cuando el semáforo cambia y veo también a pocos metros de mí a un sujeto que también va a cruzar, pero un auto conduce hasta él a toda velocidad mientras este mira su teléfono

— cuidado — grito y corro hacia él, lo empujo saliendo de delante del auto y ambos caemos al suelo, yo encima de él

—Diablos— Dice mirando el auto que no se detuvo, al parecer no iba a ser un accidente, luego sus ojos conectan con los míos y debo decir que tiene unos ojos negros preciosos.

— Estás bien?— logro preguntar aun sin levantarme

— Sí, has salvado mi vida— exclama apartando con su mano mi cabello para luego dejarla en mi mejilla— ¿Eres un ángel?

— Estoy lejos de serlo— respondo levantándome, él hace lo mismo con una gran sonrisa

— Gracias, que te debo? Como te pago?

— Le pondrá precio a su vida?— Yo enarco una ceja, él solo se ríe— No debería cruzar la calle sin mirar— añado y comienzo a caminar mientras me alejo del desconocido, aunque puedo sentir su mirada en mi espalda.

— Sel llegas temprano— comenta mi hermana cuando entro

— Vas a salir? Es de madrugada Lore— Le digo mirando la poca ropa que lleva

— Saldré con unas amigas, no te preocupes

— Te dijera no llegues tarde, pero mira la hora que es, no deberías ponerte una ropa más larga?

— Hermana, no eres la indicada para hablar de ropa

— Es cierto — murmuro mientras la veo salir por la puerta, con solo poner la cabeza en la almohada, me quedo dormida.

Temprano me pongo la ropa que mi hermano me trajo para ir a ver al millonario, consta de un vestido azul oscuro que queda por encima de la rodilla, pero que no es corto, el escote es el perfecto y me pongo unos tacones de color negro. Esta vez me permito coger un taxi que me deja frente al portón del millonario, la casa detrás de este es una mansión que parece un castillo de los de cuentos de hadas, literalmente me quedo con la boca abierta

— Vengo a ver al señor Sanz— Le digo a uno de los guardias, él se aleja, hace una llamada mientras yo miro todo, esto está lleno de guardias y hay cámaras, pero bueno, he entrado a lugares más protegidos que este.

— Sígame — Dice el sujeto dejándome pasar y lo sigo por un camino que a ambos lados tiene palmeras y distintas plantas de flores, al entrar a la casa me quedo de piedra, es preciosa, llena de cuadros que se valen mucho y de otros objetos de valor, sigo al sujeto hasta una puerta de color negro

— Entre — Dice abriendo la puerta, yo entro, es un lugar amplio que consta de un sofá en una esquina, un escritorio, tres sillas y una silla del otro lado, donde hay un hombre sentado al cual reconozco como Adam Sanz, estoy en su despacho, hay también una mesita con alguna bebida sobre ella y un gran ventanal que parece dar al patio, gritos de niños jugando entran por este

— siéntate — Me dice Adam con una voz ronca y masculina, yo tomo asiento en una de las sillas que hay frente a él, es gracioso que tenga tres sillas, debe ser por sus hijos.

— Soy Selene Palacios, vine por el puesto de niñera— Digo algo nerviosa por su mirada

— Mi hermano no dijo que fuera usted tan joven

— Su hermano?— pregunto confundida

— Sí, él me habló de usted, dice ser amigo de su hermano—y claro, al parecer el hermano de este hombre es igual de miserable que el mío, seguro fue quien busco a Ulises para robar, qué clase de hermano traiciona así a otro?

— A entiendo

— Qué edad tienes Selene? — la forma de pronunciar mi nombre me eriza la piel

— 20 años

— Es joven, no creo que pueda con mis hijos

— Yo

— ellos son...especiales, no quieren una niñera y harán lo que sea para echarla de la casa, tienen cuatro años, pero son inteligentes y dan miedo— Yo sonrío

— Puedo con ellos, soy la indicada y no saldré corriendo

— Eso mismo dijeron las otras

— No soy como las otras — murmuro y él asiente sin mirarme

— No puedo darle el puesto

— Me dijeron que estaba desesperado, me hace perder el tiempo

— Es usted joven, demasiado, entienda, no dejaré a mis hijos con cualquiera — Yo dejo de sonreír sin mirar sus ojos

— No soy cualquiera.



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En el texto hay: niños, amor, diferenciadeedad

Editado: 25.12.2022

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