Al llegar a casa las cosas fueron un poco diferentes de lo que esperaba, mama no dijo nada cuando llegué tan solo me dio la bienvenida como de costumbre, yo estaba asombrado de que no me estuviera regañando por la hora en la que había llegado así que subí a mi cuarto deje la mochila en la cama y me puse a jugar con mi celular. Después de aproximadamente media hora mi mama me llamo para decirme que la cena estaba lista baje corriendo las escaleras y me senté en la mesa, pero antes de poder comer mi mama me miraba con ojos que me rechazaban totalmente, pensé que estaba molesta por la hora en la que había llegado sin darle explicación alguna así que solo agache la mirada e intente comer pero antes de poder probar la comida mi mama dijo con voz sarcástica.
-creo que se nos olvida algo no es así.
Enseguida me di cuenta de lo que ella quería, fui rápido a lavarme las manos era una costumbre que mi mama tenia, para ella todos en la mesa deben tener las manos limpias antes de comer ya estaba acostumbrado, pero aun así se me olvidaba a veces. Luego de que volví a la mesa mi mama me dijo que agachara el rostro y diera gracias ella sabía que yo no creía en Dios y que me parecía una tontería agradecerle a alguien en quien no crees, pero yo igual daba gracias porque eso la hacía feliz y para mí no había mejor razón por la cual agradecer. Después de que terminara de comer le pregunte a mama a qué hora llegaría mi papa, ella con algo de tristeza en su rostro me dijo la misma historia de siempre.
-sabes que tu padre ha estado trabajando horas extra para poder traer un poco más de dinero a la casa, el no llegara temprano esta semana.
Odiaba tener que escuchar eso, papa siempre trabajaba mucho y su. miserable jefe nunca le dio un aumento o un acenso, mi padre era contador en una empresa, lo había sido por mucho tiempo, mi madre trabajaba desde casa pero en ocasiones tenía que salir de casa para hacer su trabajo ya que era algo así como periodista pero ella era quien escribía las noticias en internet mas no la reportera que está recolectando información su trabajo se resumía en pasar las noticias de palabras a letras y subirlo a la página de las noticias en internet tal vez por eso ella era tan sobreprotectora conmigo, ella ha sido así desde que tengo memoria, al trabajan en un lugar donde escuchas tragedias a diario te hace ver que las cosas malas le pueden suceder a cualquiera en cualquier momento y que es mejor prevenir que lamentar.
-aunque talvez tu papa nos acompañe mañana a la iglesia.
-¿qué?, tenemos que ir, mañana ni siquiera es domingo, ¿Quién va a la iglesia un sábado?
-tiene que ser mañana ya que pasaras el domingo en casa de tu abuela.
La abuela vivía no muy lejos en una casa no tan lujosa pero si grande, me encantaba jugar a las escondidas ahí cuando era pequeño, también me regalaba dinero cuando iba, ella era la que me compraba la mayoría de los libros que tenía además de preparar la mejor comida que yo haya probado, también vivía con ella mi tía que trabajaba de enfermera y cuidaba de mi abuela, mi abuela no era una vieja decrepita ni nada por el estilo solo que tenía una enfermedad que la hacía olvidarse de las cosas pero solo le pasaba muy pocas veces en el resto de los aspectos mi abuela era tan sana como un roble, supongo que todo gracias a mi tía.
-¿tengo que ir a la iglesia también?
-por supuesto que tienes que ir, no escucharé excusas.
Normalmente hubiera refutado y dado un montón de motivos por los cuales no iría a la iglesia pero sabía que si lo hacía mama sacaría a relucir la hora a la que llegué y entonces yo me quedaría sin argumentos, cuando preguntara el porqué de la hora de llegada, que le diría yo, ¿que había ayudado a una anciana a cruzar la calle?, ¿que se me había pasado la hora?, ¿que estaba con la chica que me gusta?, no, nada de eso me salvaría del castigo que me pondrían además, de todas maneras tendría que ir a la iglesia. Después de comer me fui a dormir y antes de que me quedara totalmente dormido volví a pensar en el sueño que tuve, le di vueltas y vueltas antes de que el cansancio me hiciera cerrar los ojos y quedarme totalmente dormido.
Volví al mismo lugar oscuro pero esta vez no había ninguna luz aun así podía sentir una mirada que estaba fija en mí, yo no podía ver ni siquiera mis manos a pesar de tenerlas puestas frente a mi cara, presa del miedo, la desesperación y la angustia no tuve mejor idea que gritar preguntas a lo que sea que me estuviera viendo ¿quién eres?, ¿Qué quieres de mí?, ¿Por qué estoy aquí? Pero no tuve ninguna respuesta solo pude escuchar un susurro que decía “pronto”.
Desperté casi a las 11:30 y como no tenía nada que hacer me bañé y vestí para ir a casa de Chris antes de que fuera hora de ir a la iglesia con mama.
-Tienes que volver antes de las 3:00 para poder ir a la iglesia -dijo mi mama desde la otra habitación.
De camino a casa de Chris tuve el mismo sentimiento de que me estaban observando voltee a ver a todos lados, pero no pude encontrar a nadie que me estuviera viendo así que solo seguí con mi camino. Al llegar a la casa de Chris su padre salió, me saludo y me dio la bienvenida. Chris aún estaba en pijama aun así nos fuimos a jugar videojuegos en su cuarto. Su padre entreabrió la puerta del cuarto y se despidió de Chris, el sin voltear a verlo se despidió y le deseo suerte en el trabajo mientras yo también me despedí de él.
El padre de Chris, David Harrison era un hombre divorciado y de mucho éxito, era un gran empresario y el dueño de la empresa en la que mi padre trabajaba, yo lo admiraba, de echo quería ser igual que el algún día. En cuanto a la madre de Chris, no había mucho que decir según lo que Chris sabia su madre no era más que una “caza fortunas” la cual solo le saco dinero a su padre y en cuanto se dio cuenta que estaba embarazada lo intento abortar, cosa que su padre no permitió, en cuanto el nació sus padres se separaron y su madre nunca quiso cuidar a Chris así que la custodia se la quedo su padre.
Chris siempre decía que no le importaba lo de su madre, siempre que le intentaba preguntar sobre el tema solo decía “no se puede extrañar algo que nunca tuviste” y aunque hiciera parecer como si todo estuviera bien yo podía sentir su ira, rencor y su miedo, pero aun así Chris seguía siendo un chico alegre y siempre tenía una sonrisa dibujada en su rostro y esa era una de las cosas que más admiraba de él.
Después de jugar un rato me despedí de Chris y me fui a mi casa para poder ir a la iglesia con mi mama, al llegar a mi casa mi mama me agarro de la mano y salió apurada me dijo que ya se nos estaba haciendo tarde y que era última vez que me dejaba ir a la casa de Chris, pero aun así faltaba bastante para que empezará yo lo sabía porque había podido ver la hora antes de salir de la casa de Chris, ese era otro problema que tenía mi madre era muy quisquillosa con el tema de la puntualidad, la presentación personal, higiene y muchas otras cosas, pero aun así yo ya estaba acostumbrado a convivir con todos sus hábitos, por lo menos no era demasiado sobreprotectora… eso ultimo tal vez sea mentira.
Nos apuramos a la estación de tren y tomamos el que nos llevaba a la iglesia yo me senté al lado de mi mama e intenté conciliar el sueño, pero antes de que me diera cuenta el tren ya se estaba llenando y antes de que me diera cuenta una señora estaba diciéndome (mejor dicho exigiéndome) que le cediera mi asiento, yo siempre he pensado que nadie tiene que sacrificarse por los demás a menos que su voluntad sea hacerlo y no le quería dar mi silla, mucho menos si su excusa para hacerme poner de pie era un concepto tan ambiguo y estúpido como la caballerosidad, la empatía, el altruismo o cualquiera de esas cosas pero por un momento pensé en Emily y en lo que yo la admiraba quería ser alguien tan dulce y amable como ella y hacer sentir a los que me rodean como ella me hacía sentir a mí, así que por qué no comenzar con un pequeño paso, igualmente no faltaba mucho para que yo y mi madre nos bajáramos así que por qué no darle el asiento.
-Yo estoy pagando por este asiento, ¿Por qué debería dárselo?
-es que ya no quedan caballeros en este mundo- dijo poniéndose roja de la ira.
-los hay, pero sabe que, ellos ahora apuesto a que están de pie, además, que gano yo con ser un caballero.
- es el colmo – dijo molesta y se volteo.
Que había hecho, definitivamente eso no era lo que yo quería hacer, otra vez me pasaba lo mismo y en el peor momento, tendría que intentar ser un buen samaritano en otra ocasión. mi mama solo me miraba con cara de desapruebo total y decepción, yo tuve que soportar su mirada hasta que nos bajamos del tren por fortuna para mí eso no tardo demasiado. Llegamos a la iglesia y al entrar me empecé a sentir un poco raro, diferente, tenía una leve, muy leve sensación de que alguien me observaba pero esta sensación era diferente a la del sueño o la que sentí en la calle, si pudiera definirlas diría que en el sueño me miraban con curiosidad, pero esta sensación no se parecía en nada a la del sueño, sentía que me miraban con odio y sentía mi cuerpo más pesado pero todo eso era un cambio tan leve que no me preocupaba y además me había pasado tantas veces que ya casi no podía notar la diferencia aun así podía sentir que yo no debería estar ahí. Después de entrar y tomar asiento al lado de mi mama como siempre, por mucho que intenté concentrarme en lo que decían no pude dejar de divagar entre mis pensamientos y de hacerme preguntas que bien sabía que muy posiblemente no se resolverían jamás, ¿Por qué le dije esas cosas a la señora del tren?, ¿Qué significaban esos sueños que había tenido?, ¿Quién era el del sueño y para que era pronto? Mientras yo divagaba pude escuchar al pastor decir “Dios nos habla de forma misteriosa”, entonces más preguntas invadieron mi mente ¿será que Dios me habla en sueños?, ¿Por qué Dios querría que conociera a Emily?, ¿Por qué yo?, ¿Qué tenía que hacer? Antes de que pudiera darme cuenta la predica ya había terminado y ya era hora de que yo y mi madre nos fuéramos, mi mama me tomo de la mano para que no me perdiera entre la multitud que salía (por que la iglesia era grande pero solo tena una pequeña puerta para entrar y salir y eso lo hacían como una metáfora de un pasaje de la Biblia que decía que la puerta angosta es el camino a la sanación o algo así).
Después de que saliéramos volvimos a la estación de tren y nos fuimos hasta la estación más cercana a casa, mi mama se despidió de mi con un beso y se fue a casa, yo mientras tanto fui a esperar el tren que me llevaba a casa de mi abuela, por fortuna mi abuela solo vivía a 2 estaciones de ahí, mientras esperaba sentí algo que ya me había pasado antes solo que muy rara vez ocurría, tuve una sensación la cual me resulta imposible de explicar, no se comparaba con nada que hubiera sentido pero era increíble, se sentía muy reconfortante, de repente a mi lado y saltándose toda la fila para tomar el tren se hizo un hombre mientras todos los que estaban atrás de la fila le reclamaban y abucheaban por colarse yo solo lo veía pude notar que estaba triste, tenía miedo y angustia pero no por mi “habilidad especial”, se podía notar todo eso solo viendo su rostro, pero eso no fue lo que más me asombro de él, sino que pude ver como lo rodeaba una especie de aura de color entre morado y azul oscuro y podía escuchar susurros muy suaves, tanto que eran casi imperceptibles, esa aura se movía a su alrededor y se podían distinguir algo que parecían rostros carentes de cualquier humanidad, yo me asuste y recordé veces que me había pasado cosas similares, había visto otra gente que tenía su misma aura solo que esta era muy pequeña, casi imperceptible y no tenía color ni susurros pero no pasaba con frecuencia de echo era tan raro que el ultimo que recordaba era de cuando tenía 13 años.
Trate de ignorarlo, como sea el tren ya venía y yo iba a hacer lo posible por sentarme lo tan lejos de él como pudiera, pero antes de que el tren llegara ese hombre se lanzó a las vías del tren, produciendo una escena horrorosa, la gente gritaba tan fuerte que los oídos me quedaron zumbando todos corrían e intentaban salir de ahí de inmediato, todos excepto yo que caí de espalda en el momento en que todo paso, mientras pensaba en lo que acababa de ocurrir pero de repente deje de pensar y me di cuenta de que la sangre de ese hombre me había salpicado y la tenía por todas partes, un guardia de seguridad me agarro del hombro y me hizo ir al baño mientras yo no podía decir una sola palabra, me lave la cara y el cuerpo lo mejor que pude y me cambie de ropa ya que el policía me dio otra ropa para cambiarme la que tenía debido a que estaba totalmente empapada de sangre creo que lo escuche decirme “te sorprendería todo lo que la gente pierde en sus maletas” mientras me pasaba la ropa, supongo que lo dijo para cortar la tención pero eso solo logro acrecentar la incomodidad, el guarda estaba temblando, estaba pálido y tenía muy mala cara, no estaba de humor para hablar con él o calmarlo, se suponía que el me debería de calmar a mí, pero el pobre estaba totalmente en shock así que solo le agradecí y Salí de la estación mientras los policías se llevaban el cadáver.
Me di cuenta que el tren se retrasaría por muchas horas así que decidí tomar un taxi y salir de la estación, el camino a la casa de mi abuela se hizo mucho más corto de lo que fue en realidad durante todo el viaje lo único que hice fue mirar por la ventana y pensar en lo que pasó, ¿qué era eso que había visto?, ¿ese hombre me vio?, ¿Por qué solo yo lo noté? Cada pregunta solo me llevaba a otra y todo me llevaba al comienzo, a el mismo callejón sin salida en el que empezó todo, algo raro es que la única persona a la que le había contado de mis “dones” por poco y me interna en una clínica psiquiátrica.
Fue a mi madre la primera y única persona a la que le conté de lo que podía ver ( antes de nada diré que las cosas que hago ahora no son ni la mitad de lo que veía cuando era niño porque en ese entonces consideraba que todos podían ver lo mismo y que era algo totalmente normal) le conté acerca de unas cuantas cosas ella se asustó y me llevo a un psicólogo, por suerte el solo le dijo a mama que no se preocupara y le explico cómo los niños exageran las cosas y que nuestra imaginación vuela y todas esas cosas, tal vez exagere con lo del psiquiátrico pero de no ser por mi edad creo que si hubiera podido pasar lo del psiquiátrico.
El taxi se detuvo, me baje y ya en casa de mi abuela, saludé y preferí evitar contar sobre lo que había pasado en la estación ese día, en vez de eso ocupamos la típica conversación de sobre cuanto crecí y como me iba en la escuela después de terminar la conversación con mi abuela me puse a investigar en mi celular acerca de lo que había visto, no era primera vez que lo hacía, ni siquiera sabía porque estaba haciéndolo de nuevo, eso nunca me ayudo, era como intentar buscar tus síntomas en internet te aparecen tantas enfermedades diferentes que al final no puedes creer en nada.
Tal y como pensé, otra vez no me sirvió de nada consultar en internet, pero como es la especialidad de internet me pude distraer haciendo algo diferente de lo que tenía planeado, termine descargando una película, ya la había visto pero no caía mal verla otra vez, me recosté en la cama (la del cuarto de los invitados) y me coloque a ver la película hasta casi quedarme dormido pero mi abuela me llamo a la cocina parecía que estaba preparando un postre así que baje tan rápido que casi me caigo por las escaleras, solo existe una cosa mejor que la comida de mi mama y eso es la comida de mi abuela.
Llegue a la cocina y me dio un vaso de leche y un pato con unos brownies y me dijo que comiera en la mesa, devore los brownies a toda velocidad y por alguna razón después de comer me sentí extraño así que subí a la habitación y me recosté en la cama y pronto me quede dormido.
Estaba en mi habitación, pero esta vez se veía diferente, mucho más oscura no parecía tener ninguna fuente de luz aun así se podía ver suavemente entre la oscuridad, como si la luna la estuviera iluminando la habitación, miré alrededor y pude ver a alguien sentado en el suelo, contra la pared y con el rostro recostado sobre su brazo derecho el cual estaba apoyado sobre su rodilla derecha mientras su pierna izquierda estaba totalmente estirada sobre el suelo , me le acerque, pero cada vez que me acercaba progresivamente a él sentía como un escalofrió recorría mi espalda a pesar de que el solo estaba ahí totalmente inmóvil, logre estar lo suficientemente cerca como para notarlo bien era idéntico a mí de echo era como verse en un espejo (solo su aspecto físico claro) excepto que su pelo era totalmente blanco, no pude ver bien su rostro debido a que tenía su rostro agachado, pero aun así podía ver el parecido, su voz sonaba algo diferente a la mía, aun así había escuchado esa voz antes ¿pero dónde?
-es pronto -dijo como hablando consigo mismo, luego se dirigió a mí.
-¿qué quieres? –dijo el con un tono repélete.
- no sé. ¿saber quién eres? ¿por qué estás aquí? ¿Qué es aquí? ¿por qué estoy yo aquí? ¿esto realmente es solo un sueño?
- ¿y que gano yo con responderte? ¿por qué no mejor te largas?
- no creo saber cómo hacer eso.
- estoy aquí por tu culpa… pronto sabrás lo demás.
Desperté en ese momento, todavía estaba en casa de mi abuela, no eran más de las 6:30 al parecer no me había quedado dormido tanto tiempo, me recosté en el borde de la cama y me puse a pensar acerca de lo que soñe, mientras pensaba en por que lo seguía haciendo, ya debería saber que hacer preguntas no me llevaría a ningún sitio, pero ese sueño era muy extraño y aun así muy familiar… su voz, esa voz era la misma que me hablo en mis otros sueños, era la voz de aquella luz rara de esos otros sueños. Ya debería dejar de hacer preguntas aun así no pude evitarlo, después de todo era la primera “pista” que tenía acerca de lo que me pasaba, posteriormente después de dar vueltas en mi cabeza una y otra vez opte por distraerme con algo para no seguir pensando en lo que pasaba, volví a tomar mi celular el cual estaba en la cama porque al parecer me quede dormido con él, así que lo tome y me puse a chatear con Chris.
Después de hablar con Chris sobre lo que solíamos hablar la mayoría del tiempo, cosas sin importancia como videojuegos algunos profesores o temas de estudio, y como no, de chicas, pero ese era un tema en el que solo él tenía interés, luego de hablar de tonterías sin sentido por un tiempo Chris me conto sobre una casa abandonada la cual no se encontraba muy lejos de la escuela, yo le hice saber que no tenía interés en cosas así, la principal razón era obviamente que yo no creía en los fantasmas, pero él me persuadió de mi decisión diciéndome que pensaba invitar a Emily y sus amigas y me dijo que si tenía suerte tal vez ella estaría tan asustada que me daría la mano por todo el recorrido y alardeo diciendo que él no podría ayudarla porque de seguro sus dos manos estarían ocupadas. Acepte el ir a ese lugar, pero solo bajo la condición de que Emily también fuera, Chris acepto mi condición, después la puerta de la sala sonó. definitivamente era mi tía.
Me despedí de chis y bajé las escaleras para saludar a mi tía, ella al perecer venía muy preocupada, al verme me miro y toco por todos lados preguntando si me había pasado algo y si estaba bien. yo la mire con cara de total ignorancia y le pregunte si estaba bien y le pregunte a que se refería.
- me refiero a la estación de trenes, ya vi las noticias y al parecer tu mama también, no paro de llamarme para preguntar si habías llegado bien y si no te había ocurrido nada.
Aterrado saque mi celular del bolsillo y revise las llamadas perdidas, tenía más de 20 llamadas de mi mama, seguro mi mama me mataría cuando se diera cuenta de que no conteste a sus llamadas. Mi tía estaba viéndome con una mirada de preocupación, así que traté de calmarme y le respondí:
- si tía al parecer aún estoy en una pieza.
- no me refiero a eso… lo… lo viste cierto.
- sí, fue muy perturbador pero los niños de hoy han visto cosas peores no te preocupes por mi estaré bien.
- estas seguro no pareces estar bien con esto, si algo no te gusta, si quieres hablar de algo, puedes contármelo todo a mí, si no quieres no le diré a tu madre.
Antes de darme cuenta una sensación de tristeza y asco me empezó a invadir desde lo más profundo de mi ser. al parecer no me podía seguir mintiendo a mí mismo de esta manera. Tal vez me sentiría mejor si solo se lo contara al alguien.
- está bien tía te lo contare –le dije llorando.
- vi como ese hombre moría y vi como unos instantes antes de que su cuerpo se convirtiera en algo irreconocible estaba sonriendo a pesar de que una lagrima bajaba por su mejilla.
- cariño, cualquiera estaría traumatizado al ver algo así es normal que te sientas…
- ¡no lo comprendes!, a pesar de lo que vi no pude sentir nada, no sentí tristeza, impotencia o dolor, lo único que pude sentir fue un poco de asco al estar cubierto de su sangre, de echo me sentí bien al verlo, era casi como si yo estuviera esperando el momento de su muerte para poder regocijarme, tuve que esforzarme pera no sonreír. tía, no creo que esté bien.
ella me abrazo sin decir ninguna palabra, solo me abraso y yo llore en su hombro. No sé cuánto tiempo estuve llorando, pero se sintieron como horas. Mi tía me miro a los ojos, sin decir nada, solo viéndome, viéndome con una mirada tan amable, supe que todo estaría bien no había nada que pudiera hacer que hiciera que mi familia me odiara. Me sentí aliviado eso era todo lo que necesitaba, saber que tenía el apoyo incondicional de mi familia.
- supongo que llamare más tarde a tu madre para decirle que estas bien- dijo viéndome a los ojos con dulzura
ella me llevo de la mano al comedor y comimos macarrones con queso. todos en silencio escuchando las noticias. Hablaron brevemente del asunto del tren, dijeron que el tipo que se suicidó se llamaba Jacob cooper y que era ingeniero en una empresa cercana, que aunque le iba muy bien en su trabajo tenía una grabe depresión por que su hija había muerto hace muy poco y su esposa lo había abandonado, al parecer no tenía amigos o familiares, según testimonios de sus compañeros de empresa su única familia eran su esposa y su hija las cuales eran su mundo, nunca pensaba en nada que no fuera en ellas y todo lo que hacía era para que ellas estuvieran felices.
-cosas malas les pasan a las personas buenas -dijo mi abuela con voz apagada y sin quitar los ojos del televisor.
-si -dije mientras pensaba en la tristeza y angustia que había llevado a esa persona a tomar tal decisión, se quedó solo en el mundo y aunque todavía quedaban personas que se preocupaban por él, él no lo sabía y no le importaba porque ya estaba totalmente vacío, para el remplazarlas era impensable, para el intentar llenar ese vacío y seguir adelante era como tratar de llenar una cubeta que tenía agujeros en el fondo. En ese momento sentí ira hacia una sociedad a la cual solo le importaba el morbo de la noticia y que en realidad no sentían empatía alguna por las personas que salían en las noticias o periódicos, que eran totalmente ajenas al sufrimiento de los demás, me sentí mal por el pobre hombre el cual solo sería recordado por su manera de morir y no por su forma de vivir y sentí tristeza al saber que su caso solo tendría como máximo un hashtag en las redes sociales el cual desaparecería después de unos días y dejaría todo rastro de su memoria perdida para siempre, sentí asco de mí mismo porque sin importar lo que había oído seguía sintiéndome bien cuando venía a mi mente el recuerdo de su muerte. Lo mejor que podía hacer por él era recordarlo, recordarlo como un esposo y padre ejemplar y un gran hombre, así aunque todos lo olvidaran el seguiría vivo en mi memoria.
Antes de darme cuenta habían dejado de hablar de él en las noticias y mi tía decidido que sería mejor apagar el televisor.