07 de marzo de 2019
Slieve Bloom, Irlanda
En lo alto del santuario, bajo una tormenta en medio de la noche, el silencio que hasta ese momento reinaba, fue perturbado por un fuerte estruendo en una de las estanterías, Sigurd trabajaba hasta entrada la madrugada en su oficina cuando escucho lo sucedido, agradeció que su hija no estuviera presente, tomo la espada de la armadura y salió en paso silencioso.
Recorrió el laberinto que las estanterías con libros apilados formaban, la mayoría de los candelabros estaban apagados, no era una buena señal, estaba seguro de que todo el santuario estaba iluminado, podría haber pensado en un error de no ser por ellos, pues todo permanecía en perpetuo silencio.
Su oficina se situaba en el tercer nivel pero el misterioso ruido vino de la torre más alta, en el nivel quince, el nivel de los Sempiternos, después de hacer tal razonamiento no pensó dos veces antes de comenzar a correr a la gran sala, no podía ser, no había manera de que salieran, dejo todo bajo llave como siempre, no podía ser cierto, debía ser un error de su mente haciéndole una mala jugada a causa del desvelo.
Conocía cada pequeña ruta de atajo, cada puerta, cada pasadizo en la estructura, si algo se movía de su lugar lo sabría, le tomo algunos minutos llegar hasta el origen de su desconcentro en la oficina, todo parecía intacto exceptuando una cosa, uno de ellos, uno de los libros que se suponía debía estar en lo alto de la estantería, reposaba abierto sobre el atril de caoba en medio de la sala.
Se acercó lentamente esperando algún ataque, cuando sus manos estuvieron a milímetros de la cubierta de cuero del lomo algo rechino, se dio la vuelta para afrontarlo, una criatura humanoide flotaba bajo un manto oscuro, su presencia elevo la temperatura de la habitación, no dudo al empuñar la espada y apuntarle con la hoja filosa, sabía que no le ayudaría lo suficiente pero le daba tiempo para pensar en otra cosa.
Mientras la criatura se lanzaba contra el hombre las páginas del libro comenzaron a moverse velozmente, después un estallido de luz evito que aquel ser espectral lastimara a su víctima siendo lanzado contra una pila de libros sobre la mesa escaleras arriba.
Sigurd trato de salir de su aturdimiento en el suelo mientras buscaba su espada, escucho pasos acercándose para después sentir algo pesado sobre la hoja impidiéndole tomar su arma, alguien se la quitó para después escuchar cristales rompiéndose, no, las reliquias no podían ser, quiso incorporarse pero se mareo, pasaron algunos minutos en silencio mientras él seguía viendo borroso.
Pasos se volvieron a escuchar a lo lejos, un hombre con armadura se plantó frente a él con ambas manos entregándole la espada, su cabello castaño, su traje, sus ojos no mentían, sabía que estaba metido en un gran problema, cerró los ojos y se desvaneció.