Sempiternos: El Jinete

Capítulo 17: Rosas y mazmorras

Tiamat abrió los ojos lentamente sintiéndolos pesado, tanto que quería dormir, Dorian permanecía frente a ella con mirada preocupada y la joven sintió una punzada de culpa por la manera en que le trato durante todo ese tiempo, por los pensamientos crueles y por alejarle.

Le pregunto que había ocurrido y él le explico todo sobre su desmayo y que no le llevo a su habitación hasta verificar que no se hubiese golpeado, después de escucharlo la joven solo se rompió y comenzó a llorar, Dorian le envolvió con sus brazos y se apoyaron en la pared del corredor con los llantos siendo lo único audible en el perímetro por lo que trato de calmarse para no llamar la atención de algún cercano. El guardia no dijo nada, solo guardo silencio, brindándole su calor y compañía, sabiendo dar el apoyo que siempre fue suyo y se mantuvo así hasta que ella se calmó, una vez más tranquila limpio sus lágrimas mientras acariciaba su brazo, ella mantuvo su cabeza en su hombro todo el tiempo.

—Disculpa

—No lo hagas, necesitabas descargar todo el estrés que te ha causado el mundo —Noto como excluyo la magia de ambos, no seres mágico, no reglas, no prejuicios, solo ellos —Por el contrario el único que debe disculpase soy yo, no tienes idea de realmente cuanto siento haber traicionado, era su secreto, Allerick es sagrado y yo rompí aquella caja de cristal con la que le atesorabas

Se aferró a su mano

—No fue culpa tuya, te viste forzado a hacerlo, tenías una misión, si no lo hacías tú lo harían ellos y muy posiblemente de una forma mucho más cruel —El acaricio su mejilla y ambos continuaron abrazados —En todo caso permíteme disculparme, no quise escucharte y te trate de forma horrible, no puedo creerlo… debiste pasarlo muy mal

—No me importa porque sé que te estaba protegiendo así que no me heriste, más bien quien sufrió fuiste tú, pensaste que te traicione, el quedo en boca de todos y tu madre murió… todo lo pasaste sin más que la compañía de Gen, no digo que sea malo pero supongo querías tener con quien más charlar sobre ello

—Ahora es diferente —Ambos guardaron silencio por un momento antes de que la joven le interrogase, quería saber si podría brindar más información además de la ya dicha pero negó, no tenía más información por el momento y ella decidió compartirle la que tenia

—Eso es… no sé qué decirte

—De igual forma no espero que lo hagas, si estuviese en tu lugar lo haría

— ¿Y qué planeas hacer? Lo que sea es muy peligroso, estás diciendo que son Sempiternos, no los conocemos, no sabemos nada de ellos ¿O has descubierto algo más? —Negó respondiendo que investigo en todos los libros de la estantería, en cada criatura y no existía semejanza alguna —Ahora, quiero hacerte la pregunta a la que sabias seguramente llegaríamos ¿Y Allercik? ¿Quiere decir que existe alguna posibilidad de verle de nuevo?

—No lo sé, es peligroso decírselo a Sigurd, seguramente pensara que estoy loca o si llega a creerme podría considerarme una amenaza, piénsalo, no es algo muy normal, incluso en nuestro mundo, por eso él se ve tan mal, no es sencillo decir que tenemos... Bueno, a esas cosas aquí, entre nosotros

—Creo que te equivocas, es cierto que el poder es peligroso pero no creo que tú lo seas, el poder no es el malo de la historia sino quien lo posee, te conoce desde que naciste, jamás podría pensar que eres peligrosa —Tiamat se ferro más a él tratando de calmarse, eso era lo que necesitaba, el confidente que conocía cada detalle de su vida, un pedazo de realidad al que aferrase cuando sentía que todo era distorsionado — En el Santuario de México la Guardiana podría ayudarte, es una gran amiga mía y sé que si le piso discreción no dirá nada

—No creo que sea lo mejor, sabes cómo resulto la última vez

— ¿Podrías confiar en mí? —Pregunto mirándole a los ojos, una parte de ella no quería hacerlo pero necesitaba hacerlo, necesitaba confiar en alguien más que en ella misma si las cosas llegasen a empeorar y asintió

—Confió en ti pero dame tiempo para pensarlo, te diré cuando lleguemos si puedo hacerlo o no —El joven le brindo una cálida sonrisa y Tiamat sabía que debía romper aquella burbuja, no podía, continuar era incorrecto cuando se encontraba dividida entre dos mundos, el de su padre y el que desconocía por lo que se preparó para dale aquellas palabras —Dorian sé que me has apoyado y agradezco todo lo que hiciste por mi

Se apartó de el para sentarse cara a cara, poder mirarle a los ojos o sentiría que era una cobarde.

—Lo siento pero no puedo, perdóname por haberte besado, por no haberte apartado, por crearte una ilusión pero no es el mejor momento en mi vida —Miro sus manos temblorosas —En realidad, si te soy sincera, creo que es el peor, es como estar en un laberinto y no puedo arrastrarte a el

—Aunque quiera ir contigo

—Esta es mi batalla, no te corresponde pelearla porque no es a ti a quien buscan

—Comprendo y entiendo que necesites tiempo pero… déjame estar como amigo, no me apartes, no quiero sentir que te eh perdido de nuevo —Tiamat sonrió

—También te perdí —Tomo las manos de el entre las suyas y las estrecho — Y no tienes idea de cuánto te amo y sufro por hacerlo pero no puedo entregarme a ti cuando todo esto ocurre, claro que te recibo como mi amigo, siempre me entendiste, incluso después de mi comportamiento fuiste comprensivo conmigo



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En el texto hay: guerras romance, criaturas fantasticas, magia castillos

Editado: 06.07.2023

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