25 de septiembre del 2021. 9:46 pm
En el transcurso de estas situaciones, mi corazón se rompía y hasta el último momento se mantuvo muy roto.
Cuando le mandé ese mensaje, no tenía idea de que estaba haciendo realmente, pero fue como si un impulso me siguiera insistiendo que algo se saldría muy mal de control, tan mal que conocería de una vez por todas lo que era el dolor, lo que era el sufrimiento y sobre todo lo que era realmente la peor de las pesadillas.
Al día siguiente, las cosas transcurrieron “normales”, claramente yo tenía una conexión con ella, realmente la sentí y me sentía tan vacía que no tengo ni idea como cumplí con mis obligaciones ese día, pero lo hice, lo hice porque pensaba que en realidad no era una conexión sino ideas erradas mías.
No sé si a este punto pueda considerar tan siquiera una forma coherente de describir la situación, sin embargo, la herida sanó un poco, no tanto como me gustaría, pero si ha mejorado su sangrado.
La recaída de mi madre fue un disparo contundente cargado de ira que a veces me ciega y llegué a cuestionar un maldito ¿Por qué? ¿Por qué ella? ¿Qué necesidad había de que mi madre se despidiera de esa manera conmigo?
18 de junio. Era más de las 8 de la noche, todos estábamos acostados listos para dormir, cuando papi vino y dijo que le habían llamado del hospital y le decían que había fallecido, ya sabe cómo fue esa llamada, ¿Verdad? ¿Quieres que lo vuelva a escribir por acá?
—Vaya señor Ricardo, su mamá está ingresada en este hospital desde el primero de junio a las 5:30 am, bajo protocolo covid, con una fibrosis quística y desde hace una semana ella se encontraba en el proceso de ventilación, comentarle que, desde el día de ayer, ella había empezado a presentar complicaciones, no quería responder al tratamiento y… luego de realizarse todos los procesos de reanimación, su mamá fue declarada muerta a las 7:50. Lo sentimos mucho—
Mi mundo se detuvo y una secuencia de imágenes empezó a adueñarse de mi mente, fue como si mis 18 años de existencia pasaran frente a mis ojos y me recordaran que me había quedado sin la persona que más me amaba, fue como si tu cuerpo entrara en una crisis inmensa de dolor y angustia donde no sabía que hacer.
No sabía hacia donde escapar y no sabía cómo actuar ante diversas situaciones que de ahora en adelante pasarás tú solo porque no he de negar que tenía muchos problemas con ella, muy pocas veces nos entendíamos, pero creo que eso hacía nuestra relación más interesante.
No obstante, hoy que ella no iba a estar ¿Qué sería de mi vida? ¿Qué iba a hacer yo sin mi mami? ¿Cuándo dejaría de doler?
Y recuerdo la expresión de mi papi, de mis hermanos y también recuerdo mi grito de dolor, donde había muchas más preguntas que respuestas, donde nada tenía sentido, donde las dudas inundaban mi mente, mi cuerpo y mi alma, donde me dejé caer en una pared viendo como todos nos estábamos quebrando porque maldita sea, ella era nuestro pilar más importante.
Ella era todo para nosotros, era nuestro puto universo y este había desaparecido, su vida ya no estaba, se había esfumado y al hacerlo, también se había llevado una gran parte de la humanidad que mi alma tenía.
Cuando mi padre intentó consolarme, fue cuando me di cuenta que realmente, estaba muy jodida, porque, aunque sus brazos me reconfortaban, eran otros brazos los que necesitaba y otras palabras de aliento, eran otras frases y otra persona la que yo quería a mi lado, porque mi mente no dejaba de gritar Lo necesito, lo necesito y no tengo que dar más explicaciones sobre quien era esa persona ¿O sí Señor L.?
Esa noche lloré con el alma en la mano como nunca antes lo había hecho, lloré porque tenía miedo de que más personas me dejaran, lloré porque ella era lo mejor de mi vida y ahora quedaría envuelta en mierda, lloré porque si los “hubiera” existieran, yo hubiera deseado tomar su lugar con tal de que ella estuviera aquí conmigo.
Lloré porque ella era lo mejor de mi vida y lo perdí, así como perdí amigos, familia, esperanza, así como incluso perdí la fe en el amor y en la confianza, así como perdí mis ganas de vivir, así como fui una cobarde y nunca le confesé realmente mis sentimientos, así como este día he decidido acabar con todo y solo espero que entiendas que me ayudaste a sanar, me ayudaste a tener valentía y me diste fuerzas no sé de dónde. Pero la protagonista de la historia, no quería seguir existiendo e independientemente de todo el amor que le dieras, ya había tomado su elección.
Sé que esto llegará a sus manos, no sé si ahora, no sé si después, no sé si cuando uno de los dos ya no esté, sé que lo leerá y será en el momento perfecto.
Dos de mis amigas tienen este escrito y espero que cuando consideren que sea el momento lo compartan o lo haga yo, porque usted Señor L., marcó el fin de una mala era y marcó el inicio para empezar a pintar mi vida de colores.
Lástima, que el amor no fue suficiente.
Con amor, Helen. 27 de septiembre del 2021. 7:56 p.m.