Veo a Mael durmiendo profundamente por mi culpa. Tomo su mano y la beso.
—Perdóname —una lágrima de amargura cae en su mano—. Yo soy una persona tan despreciable... Si hubiera hablado desde antes, nada de esto hubiera pasado... Perdón por hacerte tanto daño... Talvez no me escuches, pero cuando despiertes y yo me sienta lista para enfrentarte volveré y te pediré perdón de nuevo.
Mael fue mi primer novio, en todos nuestros años de noviazgo me dio mucho amor, un amor sincero, bonito que yo no supe valorar y lo traicioné hasta tan punto de que ser volvió tan frío. Pero desde que ella llegó a su vida curó su corazón... Aun así, mi codicia me llevó a hacerle más daño hasta casi matarlo y ahora está en coma.
—Por favor despierta. Tú eres muy fuerte. Además, tu bebé y esposa te esperan. Vamos Mael, abre tus ojos, así sea para mirarme con desprecio.
Me acerco a su rostro y dejo un beso en su frente, recordando todos los momentos bonitos que él me dio y no supe apreciar.
—Judit —dejo de besarlo. Fernánda me ve confundida—, ¿qué haces aquí?
—Yo vine a visitarlo, yo sé que no tengo derecho, pero por mi culpa Mael está aquí —camina hacia mí. Mi mirada se fija en su vientre vultuoso y me duele el corazón al recodar como la empujé.
—Si Mael está aquí es por culpa de Galletana.
—Yo fui su cómplice —mi voz se quiebra.
—Fuiste una víctima más de ella. Si hubieras sido su cómplice no te hubiera hecho lo que te hizo —limpia las lágrimas que no dejan de escapárseme.
—Perdón... Yo te hice mucho daño Fernánda, yo soy igual que Galletana.
—No lo eres, porque estás arrepentida del todo el daño que hiciste y Galletana nunca se arrepintió de nada. Tú no eres un monstruo como ella, tú eres un ser humano que se ha equivocado, pero que puede cambiar.
—Eres tan buena persona y yo te traté muy mal, y lo peor de todo es casi le hago daño a un ser inocente... Perdóname —lloro como nunca antes lo hice. Mi corazón me duele demasiado por la culpa.
—Te perdono, pero prométeme que cambiaras... Prometemos que serás una mejor persona.
—Lo prometo —las lágrimas no paran.
Me siento mal. Hay momentos en lo que pienso que debí morir con los golpes que me dio Frédy.
Fernánda me abraza y lloro sobre su cabeza, ya que es más pequeña que yo.
—Gracias por perdonarme.
—Te lo mereces, Judit.
Ella me ha perdonado, pero el dolor en mi pecho no cesa.
[***]
Tengo que pedirle perdón a otra persona más. Y aquí estoy, tocando su puerta, esperando a que me permita pasar.
Durante el tiempo que estuve en el hospital me fue a visitar, pero desde que me dieron de alta y fui a casa de mis padres no lo he visto.
—Judit... Que bueno que estés bien —su sonrisa coqueta es tan bella que hace acelerar mi corazón.
—Gracias, Ismael... ¿Puedo pasar?
—Claro.
Ingreso a su casa, casa donde hice el amor con él. Aunque, para Ismael solo fue sexo para ayudar a Mael.
—¿Quieres algo de beber? —pregunta amable.
—No... Yo vine a disculparme contigo —avanzo hacia él y tomo su mano—. Cuando traicioné a Mael, no solo lo traicioné a él, te traicione a ti, a Gustavo y a Cristiano. Sé que fui muy mala, pero estoy arrepentida... Me acerqué a ti para poner a Mael en tu contra y tú te acercaste a mí para salvarlo... Por primera vez me enamoré, por primera vez sentí ese amor que Mael me tenía y el cual no le pude corresponder.
—Judit...
—Te amo Ismael, pero sé que tú sientes desprecio por mí.
—Judit, eso era antes, ya no siento eso por ti —vuelvo a llorar aunque no quiera.
—Esto es tan difícil... Ismael, gracias porque tú fuiste el inicio donde comencé a ver la vida de otra manera. Sé que solo fue sexo para ti, y al inicio también lo fue para mí. Sin embargo, me enamoré de ti... Es ilógico, pero pasó... Hay noches donde pienso antes de dormir y me pregunto: "¿qué hubiera pasado si te hubiera amado antes?" Quizás todo hubiera sido diferente y no hubiera hecho tanto daño. Creo que no te vi con otros ojos, antiguamente fue porque eras el novio de Génesis. No obstante, había veces donde suponía que tú estabas enamorado de mí, es ridículo lo que estoy diciendo, pero eso suponía —llevo mi mano a su hermoso rostro—. Este es mi karma, el que tú no me ames es mi castigo por todo lo que le hice a Mael. Él era el novio que cualquier chica desearía tener y yo la idiota que tiene una suerte increíble, pero que no supo qué hacer con ella... Perdóname Ismael por todo lo malo que he causado.
—Te perdono, porque tu arrepentimiento es de corazón... Perdóname a mí por engañarte.
—Yo no tengo nada que perdonarte... Tú hiciste lo que era correcto: proteger a tu mejor amigo, no, a tu hermano, porque eso es para ti. Eres una gran persona al igual que Mael, Gustavo y Cristiano, aunque este último es el rey de los mujeriegos —sonríe.
—Vuelve a ser aquella Judit de la cual Mael se enamoró. Esa Judit, dulce, llena de vida y alegría. Deja esa Judit codiciosa, con malos pensamientos atrás —me duele los malos recuerdos.
—Nunca debí cambiar... —suspiro— Además de pedirte perdón, vine a despedirme.
—¿Dónde te vas?
—A terminar mis estudios de gastronomía. Quiero retomar mi vida pacífica y seguir ese sueño que dejé botado en algún lugar del camino.
—Que bueno. Te deseo mucha suerte y sé que serás la mejor de tu clase porque cocinas delicioso —mi corazón siente pizca de felicidad en media de tanta agonía.
—Gracias —susurro con tristeza.
—Judit, no te vuelva a equivocar nunca más.
—No lo haré... Por cierto... Sé feliz con la chica que te gusta... —me duele lo que voy a decir—. Sé que te gusta Maria José Castillo, y sé que ella te ama a ti también. Sé muy feliz de todo corazón... Ella es alguien que te merece —yo no lo merezco.
—Gracias... —lo miro a los ojos.
—Permite darte un último beso, Ismael... Quiero besar tus labios una vez más —siento un dolor punzante que no me deja tranquila.
Ismael toma mi rostro lleno de lágrimas y me besa. Por primera vez su beso es diferente. Beso a Ismael con ese amor que le tengo; amor que no es correspondido.
Espero que mi corazón sane y que este amor que siento por él vaya muriendo poco a poco para qué se apague un poco el dolor de la culpa.
Dejo sus labios, esos labios que se han convertido en mis favoritos.
—Adiós —me aparto de Ismael y me voy. No quiero llorar más frente a él.
Salgo de su casa con el corazón hecho pedazos. Ahora he vivido en carne propia el dolor de Mael, y duele un montón. No obstante me lo merezco, este es mi karma y lo acepto.
La codicia me manipuló a su antojo e hice daño sin importarme cuantos corazones lastimara. Talvez nunca me pueda perdonar yo misma, pero seré una mejor persona. Comenzaré una nueva vida, alejándome de todo lo me llevó a cometer atrocidades.
Seré una nueva Judit, y trataré de perdonarme a mi misma. Será difícil empezar desde cero, pero retomaré el camino del bien y volveré a ser aquella Judit que nunca debió cambiar.
Recuperaré mi vida, mis sueños, mi corazón y trataré de ser feliz.
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Editado: 18.05.2022