Si pudiera despertar, si pudiera no soñar.
¿Sueño que estoy viviendo? ¿O vivo que estoy soñando?
yo no puedo diferenciarlo.
Es difícil distinguirlo.
Mi miedo alimenta al monstruo agazapado en mi almohada,
riéndose de mis lágrimas, jugando con mi delirio.
Y me siento tan pequeña, atada y abandonada...
Busco una salida, resistir un día más,
pero de qué me sirve huir
si estoy apresta a morir desde el día en que nací.
Sé que estaré bien porque otra opción no hay
pero ¿puede alguien ver la oscuridad que habita en mí?