Amiga de mi oscura madrugada,
confidente de recuerdos dispersos,
mensajera del susurro de estos versos
que apaciguan mi mente desquiciada.
Compañera en mis días de oscuridad
y consejera en mis noches de claridad.
Testigo de mis horas desveladas,
vigilia de mis lágrimas calladas.
Tú siempre, mi soledad.