No sé como surge...
es como un nacimiento
el hijo del ánimo contemplativo
y de la inquietud por dentro.
Brota un verso allí...
y el poema se va haciendo.
Cuando mi mente grita lo que mi lengua calla
me atrevo a escribir lo que mi alma guarda.
Siento que apenas siento,
siento que muero por dentro.
El frío... el desapego...
y el miedo de estar a solas
con estos pensamientos.
Como una flor perniciosa
que se extiende como un cáncer,
es mi dolor entumecido
pero aún palpitante.
Una bestia que devora
el deseo de seguir
y congelo el sentimiento
para disipar el sufrir.
Sola, perdida y atrapada
me encuentro vacía, tan llena de nada.
Como un niño desvalido
me hundo en el asfalto,
dormitando en este olvido
como un animal exhausto.