LAS PUERTAS DEL DOLOR
Tu malcriado hombre; en mi corazón has entrado si mi consentimiento.
Luchó encontré de esté amor que no entro puramente. Ese malcriado hombre, malcriado amor; disfrazado de hermosura y belleza física me envolviste en tus redes y atrapaste a mi corazón.
Tú eres así, malcriado y caprichoso. Deseaste jugar con mi corazón y lo hiciste. Ahora te has cansado de jugar con mi pobre corazón y lo has abandonado. Ahora sufro como una condenada al destierro y al desamor. Te has ido y has dejado las puertas de mi corazón abiertas al dolor.
Por eso llamo a mi corazón: LAS PUERTAS DEL DOLOR
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Editado: 01.01.2019