Sentimientos de una pentathleta

Capítulo 20. Cadete Carlos, profesor Paco, instructor Santiago

Encaminada en las letras, comencé una intensa actividad literaria: desde entrevistas a escritores, talleres, becas recibidas, colaboraciones con revistas, el lanzamiento de mi libro, entre otras. Todo funcionaba bien, hasta que me propuse relatar sobre Pentathlón y la melancolía llegó cuando descubrí que las letras me aman y yo las desprecio, Pentathlón no me necesita y le añoro, sí, esa es mi triste realidad. Son los sentimientos de quien fue pentathleta.

Llevé a cabo un taller, mi cadete Carlos se unió al grupo que formé. Entre tantas, me solicita ayuda para crear un cuento sobre el Pentathlón, le di ideas geniales que yo hubiese utilizado. Como que fue el inicio de una charla de confianza. Después me pidió ayuda en una decisión importante que debía tomar como elemento. Él sabía que ya no formaba parte de ellos. Entre ese ritmo de conversación, le comento que inicié a escribir este libro, me pide que se lo muestre, lo lee detenidamente y al finalizar me expresa: «Mira, mi hermana penta, tú puedes, el miedo está solo en la mente de cada uno, échale fibra, nunca te desanimes, recuerda que eres y serás oso gris para siempre». Eso me levantó la moral, era mi nuevo sombra y aprecio bastante sus palabras.

Con lo anterior, decidí continuar escribiendo de la dichosa institución. Entonces fui ahí que recordé al profesor de inglés Paco de mi secundaria, tecleé su nombre completo en Facebook, me apareció y le envié un mensaje saludándolo, inmediatamente me responde, comenzamos a conversar muchos temas, hasta que yo involucro el tema militar, él me pregunta «¿Ya fuiste a Pentathlón?», acerté en mis palabras. Solo que le platiqué de mi situación de salud, él concluyó que fue COVID-19, puesto que le sucedió algo similar. Me comentó que el instructor Santiago de la unidad Teniente Gonzalo Hidalgo era muy accesible y comprendería mi situación. Le conmovió mi forma de expresión: «Nada me llena más que lo militar, ni escribir se compara con mis días en el Pentathlón». Me sugirió volver y ser militar en las fuerzas armadas en un futuro. Esa conversación me generó muchos destellos en el corazón.

A la mañana siguiente, le escribí al instructor Santiago de la banda de guerra «Águilas de acero», yo le expresé mi inquietud interior, él comprendió perfectamente tal y como lo dijo el profesor Paco. Le dije: «Instructor, pienso regresar, Pentathlón me parece algo maravilloso en mi vida, no tengo palabras para explicarlo». Él me respondió «Si gustas aquí estamos en la base, sobre los pulmones no te preocupes, a como te vayas sintiendo nos vas diciendo». Sentí que Jhoana volvía a su ser.

Desde entonces, le comenté a mi familia mi deseo de volver a la instrucción, solo que tenemos problemas económicos y debo ser paciente., pues el traslado requiere gasto.

Tan solo me queda esperar y practicar en casa, para no cometer el mismo error de permitir que me corten las alas. De lo que estoy segura es que quiero volver, deseo continuar siendo una oso gris y águila de acero, aunque me tenga que costar lo suficiente.

Lo pentathleta nadie me lo quita, ni el sargento Gustavo, yo tengo un sello eterno de la Bandera Guion en el corazón.



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En el texto hay: experiencias, metas, militar

Editado: 11.05.2023

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