Carlos Jiménez.
Estoy volviéndome 8, tengo tantas responsabilidades ¿que no sé qué voy hacer, el trabajo en la Fundación, mi reciente mudanza, y ahora con la repentina muerte, Rosa era mi hermana mayor y su esposo Fausto, mis padres viajaron la noche de ayer, debido a ese acontecimiento, no puedo creer como la irresponsabilidad de un jovencito ebrio, acabo con la vida de dos personas que se amaban de una manera única, y lo peor deja en la orfandad a dos pequeños, Fausto de 5 años y la pequeña María de 3 años, todavía no termino de procesar todo, no he dormido nada, siento que se me van a cerrar los ojos en cualquier momento.
Pero como dice mi madre al mal tiempo buena cara, y este sí que pinta, a un día de tormenta, que oscurece todo a nuestro alrededor, mi hermana era un ser tan generoso, y amorosa con todos, sus esposo, sus hijos su familia, incluso con las personas que trabajaba, siempre tenía una sonrisa en su rostro, era una excelente Neurocirujano, junto con su esposo, se conocieron y trabajaban en la misma clínica, debido a eso nunca viajaban a Ecuador, teníamos que siempre visitarlos nosotros, para los cumpleaños de los niños y nos íbamos desde noviembre, hasta después de los reyes a pasar con ellos, la familia de Fausto, nunca quiso saber de él, después que les contara que se iba a casar, y que se quedaría a trabajar en Estados Unidos, según me conto mi hermana, el padre era un ser autoritario, su madre murió hace muchos años, y la única con quien se comunicaba, era su hermana menor, creo que se llamaba Bertha, Rosa siempre se expresaba bien de ella, me imagino que ella también, ha de sufrir por la pérdida de su hermano.
Ya debo dejar, esos pensamientos pesimistas, y debo concentrarme en mi trabajo, no puedo marcharme y dejarlo así sin más, tengo que pensar que tengo pacientes, que me necesitan, y eso es lo que debe ocupar mi mente, al menos mientras este en la Fundación.
Igual no puedo hacer nada, mis padres quedaron de mantenerme informado, de lo que ocurrirá con los niños, que es lo único importante en estos momentos.
Organizo todo para atender a mi primer paciente, reviso sus credenciales solo tengo su nombre y apellido, es una paciente nueva, se llama Nora Sánchez, tiene nueve años, le aviso a la enfermera que la llame, la estoy esperando, y a los pocos minutos, llaman a la puerta, y les digo que pasen me imagino, ha de venir con su madre, estoy terminando de ingresar los datos de la menor, cuando escucho una dulce voz que me da los buenos días.
Creo que me enamore, a primera vista esta mujer es muy hermosa, lástima que este casada, ha de haber sido madre muy joven, les digo que pasen y tomen asiento después les hago las preguntas de rigor, y es cuando me doy cuenta que la chiquilla, yo la conozco.
Es una personita, muy conversona, y un sol muy brillante, que te escandidla, más que todo a mí, que estoy viviendo momentos muy oscuros, la muerte de mi hermana y Fausto es un duro golpe, para mí y mis padres, le cuenta a su acompañante que nos conocemos, y le hace la historia completa, y ahí es cuando me entero que ella no es la madre, sino su vecina, y aunque suene increíble mía también, que pequeño es el mundo.
La joven, me comenta que la niña viene a mi consulta, porque está muy delgada y a ella le preocupa, que tenga algo más.
Le digo a la niña que suba a la báscula, para pesarla y medir, en verdad la niña tiene un peso bastante bajo, y su estatura, no pertenece a una persona de su edad, decido llamar a la enfermera, para que haga las anotaciones necesarias, no puedo concentrarme en atender y escribir, mi madre se burla ella piensa que los hombres solo podemos hacer una cosa a la vez, mientras las mujeres, son multifacéticas.
Después de la revisión de la niña le pido a la enfermera que me acompañe, que necesito, le digo a la acompañante de mi paciente, que me espere unos momentos que ya regreso, tengo que ver si le podemos realizar unos exámenes a Nora, y necesito saber si se los pueden hacer ahora, no quiero dejarlo para después, algo me dice que la condición, de la niña no es buena.
Llegamos al laboratorio, y le pido al guardia que nos deje pasar, necesito hablar con Jaime para que me ayude, por ese motivo traje a la enfermera, es su hermana menor, y con la ayuda de ella, se me hace más fácil persuadirlo, él es un hueso duro de roer, nos dejan pasar, y llegamos donde Jaime esta de lo más ocupado, me mira de reojo, y se imagina, que vengo por algún favor, así por así no lo visitaría, - ¡que se le ofrece a su majestad!, porque tú no sabes salir de tu cueva amigo mío, - vaya que me conoces, solo vengo por un favor, es para una pequeña parlanchín, necesito unos exámenes de urgencia, y no puedo esperar, algo me dice que se los tengo que hacer de emergencia, y solo tú puedes ayudarme.
-Tráela y te la atiendo enseguida, la mandas con Lorena, para que el guardia la deje pasar, y me debes una, ¡anótala! cuando necesite un turno, me lo das enseguida.
-Ni que lo digas, estoy a tus servicios amigo, bueno así quedamos, me retiro te veo muy ocupado y gracias.
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Editado: 23.11.2024