Adrián
Eloise, no la podía sacar de mi mente, sostuve mi cabeza entre mis manos, la había asustado. No debí besarla, pero realmente los celos me estaban matando... si eran celos, mi mente se había hecho a la idea que ella era mía.
- Señor - levanté el rostro, no había escuchado abrirse la puerta de la oficina, había preferido irme al restaurante. Ella estaba molesta porque la besé.
- Dime Mario.
- La señora Alexa está en el restaurante.
Frunci el ceño, miré los monitores y la vi en una mesa con un tipo.
- ¿La atendemos?
Ella se había situado estrategicamente en una mesa que quedaba enfrente a la cámara.
- Claro, es una cliente más - me encogí de hombros.
- Ella pregunto si usted estaba en la oficina antes de sentarse en esa mesa.
- Atiendela Mario - él se movió para salir - Si desea verme dile que estoy ocupado con papá.
- Si señor.
Mario se fue y yo me recosté en la silla, miré el monitor y sonreí al ver a Alexa coqueteando con ese hombre, honestamente me daba igual y fruncí el ceño al darme cuenta que no me importaba ver como el hombre la tomaba de la mano y se la besaba.
Mi novia por casi cinco años y la tenia coqueteando con otro hombre en mis narices y me daba igual, me levanté y tomé una copa de wishky, Eloise era quien ocupaba mi mente, el tal Damien debía ser el tipo con quien llegó al restaurante, no olvidaba sus palabras que quedaron grabadas en mi mente, soltero y sin compromiso.
Apure la bebida, me pase la mano por el pelo y salí de la oficina, caminé con pasó decidido donde estaba Alexa, ella me miró con emoción creo esperaba que hiciera un escándalo.
- Adrián... -ella se separo del hombre que nos miraba confundido.
- Alexa me alegra verte - ella sonrió - De hecho me ahorraste el viaje a tu apartamento -frunció el ceño y fijo su mirada en mi - Hemos terminado - abrió los ojos con sorpresa.
- No puedes terminar, si lo haces porque estas celoso porque estoy aquí con él déjame decirte ...- la interrumpi.
- No estoy celoso, ahora que lo pienso nunca he sentido celos reales por ti, no he deseado romperle el rostro a nadie por ti ni las manos por tocarte - apreté la mandíbula al recordar la mano del tipo en la cintura de Eloise - Hemos terminado Alexa, las cosas que tengo en tu apartamento tiralas - me di la vuelta.
- Esto no ha terminado Adrián, si piensas que fácilmente me dejarás estas equivocado - me giré y la miré a los ojos - Si es por esa estúpida déjame decirte que cuando tu padre sepa la verdad este restaurante y ella desaparecerán de tu vida.
Asentí
- No importa Alexa, me he dado cuenta que sin ti vivo en paz, eres tan controladora, fría, aburrida - abrió los ojos con sorpresa, agarró su vaso de agua y me lo tiró, lo esquive, ella se levanto y se me acerco furiosa.
- Tú me amas Adrián y no permitiré que destruyas nuestros planes, te lo repito esto no se termina- me agache para quedar a la altura de sus ojos.
- Se acabo Alexa, tú y yo no somos nada - me aparté al sentir su bofetada - Espero te sientas mejor.
Me di la vuelta y llamé a Mario.
- Incluye en la cuenta de la señora el vaso que quebro y si hace lo mismo con otra cosa agrégalo -Mario asintió con una sonrisa.
Escuché a Alexa patear el suelo molesta.
- Esto no se ha acabado Adrián Santos, te lo juro.
Me encogí de hombros y me dirigí a mi auto.
Cuando llegué a la casa, pase viendo a Nina que ya estaba dormida, llegue a mi cuarto y Eloise estaba sentada en la cama con las piernas cruzadas con su pijama favorita.
- Eloise, buenas noches - ella me miró y frunció el ceño.
- ¿Qué te paso?- extendió su mano para que me acercará, me senté junto ella que examinaba mi mejilla.
- Alexa - ella me miró a los ojos -Llego al restaurante y terminé con ella, no le pareció y me dio una cachetada - sus lentes se habían deslizado un poco extendi mi dedo y los puse en su lugar.
- Lo lamento - negué.
- Era lo mejor Eloise, lo nuestro ya no estaba funcionando - miré sus pies y sonreí porque ella quizo esconderlos, sujete uno y empece a darle masajes, sabía que le dolían no había pasado por alto que andaba de tacones, ella cerró los ojos y en su rostro había alivio.
- Me dolían - abrio los ojos y me sonrió.
- Lo sé, no estas acostumbrada a usar tacones - ella se recosto en la cama y yo seguí dándole masajes en ambos pies, cuando levante el rostro, ella dormía plácidamente, me acerque y le quite sus gafas, deposite un beso en la punta de su nariz.
- Descansa Eloise - me levante y fui a darme una ducha, estaba aprendiendo a amar las noches solo por dormir abrazado a Eloise.
Editado: 04.01.2022