Seres Almáticos. Fuerza Espiritual. Inari Masga.

11. Raat. Parte 1.

- Tus tíos se han ido con la desilusión de no haberte visto - le reprendió su padre, ella no respondió y agachó la mirada - fue culpa mía, señor Oliveira; cuando llegué la encontré observando el cielo y la invité a caminar, disculpe mi intromisión - se disculpó el joven tomando la culpa, al señor Oliveira no le quedó de otra que asentir en silencio; la muchacha miró a su madre y ésta intervino - ¿les parece si calendarizamos una cita para firmar los acuerdos, contratos y toda la parte legal? - y con sólo esa pregunta la señora Denali atrajo la atención de los presentes. El joven de rizos castaños sonrío al ver que habían apartado aquel incidente, miró a la muchacha y se percató de que ya no se encontraba.

En su habitación del hotel la muchacha se despojaba de aquellas vestimentas, lloraba por la vida que deseaba y que sabía que no podría tener, se metió en la regadera, dejó que el agua se llevara las lágrimas; al salir, desnuda, se sorprendió al ver a aquel ser de luz que se encontraba encima de la tapa del retrete; parpadeó y se transformó en una mujer de unos veinte o veintidós años, la muchacha suspiró, "¿Qué quieres?" Preguntó mientras secaba su cabello con una toalla, "he venido a ver si estás satisfecha con la noticia", explicó la mujer, sus ojos negros eran penetrantes, "no, aún no, han planificado un escape y la policía no los ha encontrado", reprochó sin dejar de secar su cuerpo, la mujer sonrió, "recuerda que te dije que sólo es el comienzo" dijo con paciencia, la mujer se levantó y acarició suavemente el pequeño pecho de la muchacha, suspiró, "¿No puedes esperar? Tengo hambre", se quejó retándola a los ojos, la mujer sonrió, "te espero, tienes visitas en tu recamara", se apartó lentamente y señaló la puerta; la chica se cubrió con su toalla al salir; vio a su madre sentada sobre su cama con una caja de pastelillos, "¿Qué es eso?", preguntó sorprendida, "el joven Samuel nos pidió que te lo entregáramos", respondió si madre sin levantar la vista, la chica se acrcó, encima de la caja había una carta, de inmediato supo el por qué su madre estaba ahí, quieta, sin decir nada, "¿la leiste?", habló con cautela, "ha", asintió la mujer, a lo cual le siguió un bochornoso silencio; no sabía qué hacer o qué decir, tenía su corazón en aquella sonrisa del joven Samuel, pero su mente en la preocupación que le generaba el ser oculto en el cuarto de baño; suspiró para interrumpir aquel silencio, "Madre, el joven Samuel sólo quiere simpatizar conmigo", explicó restándole importancia al asunto, "lo sé, lo he discutido con tu padre", declaró la señora Denali y de inmediato se levantó, la muchacha estaba atónita, "mañana firmaremos los contratos, la familia Pérez se encargará de construir nuestra casa y el edificio del hospital aquí en México, serán nuestros socios", comentó de forma directa, abrió la puerta y se fue sin mirar a su hija, quien estaba impresionada con aquella noticia, ¿es posible que sus padres planeen con ellos una boda?

Su religión indicaba que a partir de la primera menstruación de la muchacha debía comprometerse, suceso que ya se había presentado hace una semana.

Recobrando el control de su mente, suspiró con fuerza, guardó la cara en su maleta, cogió un pastelillo y se acostó en su cama, olvidando por completo a quien la esperaba en el baño, no podía creer lo que imaginaba; esa noche había llegado a su habitación llorando por desear una vida con aquel muchacho, ahora su madre le acababa de decir indirectamente que se iba a casar con él; mientras hacía la remembranza de sus últimas horas, recordó de imprevisto al sur de luz transformado en mujer; se levantó de prisa, se terminó el último bocado, tiró la basura dirigiéndose al baño, más la puerta de este se abrió con la mujer que se recargaba sobre el marco, enarcando una ceja en clara interrogativa, "¿y bien? ¿Qué es lo que te tiene tan emocionada y alterada?", cuestionó con cierta molestia, "¿cómo sabes lo que siento?", la chica la miró desconfiada, "honey, soy tu guardian, sé lo que siente tu corazón y tu cuerpo", explicó mientras pasaba sus delgados dedos sobre los rizados cabellos de la muchacha, la cual suspiró, "¿y qué quieres que te diga? La religión que túrepresentas me obliga a casarme a los quince", respondió despectivamente, mostrando cierta incredulidad al culpar al ser de su supuesta desdicha, "¿quieres que te exonere de esa tradición?", preguntó burlona, "¿Crees que eso es lo que quiero?", la retó mirándola a los ojos totalmente seria, "ya hemos establecido lo que quiero, así que cóbrate y haz lo que se deba para cumplir tu palabra", le respondió mientras se quitaba la toalla que cubría su delgado cuerpo, la mujer sonrió y se abalanzó sobre ella.

La muchacha comenzó a disfrutar de aquella actividad, debía forzarse a abrir su mente y no dejarse perturbar por lo que el mundo ofrecía, tenía que separar sus emociones de sus sentimientos, ser fría ante cualquier persona pero ser cálida y melosa con quienes amaba.

 

<< Mas todo era impreciso, indecifrable al corazón sin libros ni alfabetos; el entender era una flor sagrada, ajena a la pasión y a la tormenta, y su ingenua visión se detenía - mariposa sin peso - sobre el mundo. >>

- Fr' Asinello. Espejo y enigma. El hombre oscuro.




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