LIX

DRU

Miro a la ventana y el sol se eleva a lo más alto del cielo, escucho los griteríos entre estas personas, unos ángeles otros humanos y hacen que mis oídos ardan y quiera darle  a uno un estate quieto. Por cada minuto perdemos el tiempo. Debemos rescatar a Oneday de las garras de Hades, me pregunto ¿Cuándo lo conocido y Cómo?. Ese imbécil la va pagar muy caro.

Ideo mi propia estrategia de rescatarla, ya que ellos siguen en su discusión. Salgo de la casa y me elevo por los cielos a una velocidad rayo.

**

Desciendo y mis zapatos tocan la nieve de la montaña de Alaska. Voy a ver a mi persona favorita y si o si me tiene que ayudar.

Jack Frost me abre la puerta y sonríe.

-Dime que sabes lo que paso- afirmo y entro a su casa.

-No, ¿Qué paso?- cierra la puerta y nos sentamos en los sillones.

-Oneday se fue con Hades, y no quiso mi ayuda la elfa- digo arrastrando mis dientes. Que rabia mía estoy enojado.

-Oneday no haría eso- le regreso a ver fulminándole.

-¿No lo haría?- digo riéndome falsamente de la ironía- claro que lo hizo. Quien se cree para desobedecer.

-¡Calmate!- exclama.

-¡No me puedo calamar!- digo gritando y el me mira extraño.- Tienes que llevarme al polo norte- le ordeno- tienes que hacerlo.

-Estás loco, tu ahí no puedes entrar- se levanta y se cruza de brazos- son ángeles, ángeles que pertenecen a Grecia.

-Y- digo obvio- cuál es la diferencia igual somos ángeles- el niega.

-No cualquiera puede entrar al polo norte.

-¡Vamos Jack!, reacciona el polo norte esta inexistente en estos momentos, no hay Santa, ni duendes, ni otra cosa mágica que viva ahí. Esta muerto y sin magia dudo que funcione.

Me mira rendido y a la vez indeciso.

-Jack, por favor- le suplico- si quieres me rodillo, pero tengo que sacarla de ahí, no va a poder buscar la solución que ella quiere- por favor…

Expulsa aire y asiente rendido.