LXV

DRU

En mi país, en mi cielo la (Χριστούγεννα Christoúgenna) navidad viene acompañada de muchas festividades, donde la gente la pasa con sus allegados más cercanos, personas cantando kalanda , comiendo de lo que ofrece Grecia. En el cielo nosotros celebramos con música y comida que nos empacha existe alguna diferencia en eso, no. Nunca pensé que me gustara una elfa de la navidad, pero es que ni elfa debería ser al pertenecer a la familia de Arcángel, ella no podrá haber nacido en Grecia pero es una de nosotros, y si, la ayudare en todo lo que ella me necesite.

Coloco unos kourabiedes sobre la mesa de madera y Oneday sonríe.

-Gracias, son bonitos- se lleva unos a la boca y el polvo blanco mancha su boca pintada de rojo. Paso mi pulgar para quitar y ella se sonroja. Tomo también y me lo como.

-¿Me vas a enseñar todo de Grecia?- pregunta.

-Todo Oneday, quiero que conozcas, disfrutes de lo tradicional, y te enamores de la arquitectura como de la historia- tomo su mano y le doy un beso pequeño.

-Gracias por integrarme a tu vida.

Ambos nos ponemos manos a la obra, junto con Jack y los seres mitológicos que rodean al polo norte. Vamos a limpiar todo, construir lo destruido y hacer que brille de nuevo este lugar.

Cada uno se ocupada de lo suyo. Yo llevo unos cartones con un montón de bolas trasparentes que parecen que guardan secretos pero en si por lo que me dijo la Befana, son portales que te llevan a muchos lugares. Entro a una habitación blanca y miro al techo esta estrellado pequeñas estrellas iluminan la galaxia, un cometas pasan alado de estas. Es bonito.

Coloco la caja encima de otras y vuelvo a mirar el techo.

-Hermoso verdad- dice la voz Jack Frost.

-Si, como la mágica puede crear algo como esto.

-Bueno es magia navideña. Lleva ahí muchos siglos. Nunca ha sido removida- le volteo a ver y sonríe como si extrañara el pasado.

-Gracias por ayudarnos- menciona.

-De nada.

-Como no lo pensé antes- grita que me hace asustar el muy mágico ser de pelo blanco.

-De que hablas- digo con una voz chillona.

-Magia, el techo tiene magia, toda esa galaxia esta echa por magia navideña de antaño. Puede ser que Noah pueda tomarlo de ahí- señala el techo.

-Imposible- dice otra voz. Carajo porque aparecen como fantasmas. No la sentí y eso que son un ángel.

-Soy el conejo de pascua-se presenta una humana mágica rara, lleva dos orejas a los lados de su cabeza. Acaso son de verdad. Donde carajo esta la cola. La miro bien y me mira enojada. Me recompongo por mi atrevimiento.

-Lo siento- me disculpo.

-Ella se puede trasformar en un conejo como también en un humano. Así que no te asustes- le miro sorprendido.

-Así es. Pero como decía la magia antigua de ese techo no se puede tomar porque primero Santa debe ocupar su mando, reclamar que es Santa Claus.

Guao….

-¿Ni Oneday puede?- pregunto y ella asiente.

-Ni la linda Oneday puede, porque… ya sabes por qué- apuesto que todos sabían que Oneday no pertenecía de verdad al polo norte, pero que se puede hacer, ella lo siente parte de si.

-Ahora vamos que necesitamos hacer una entrada para la nueva juguetería que está haciendo tus amigos y el nueva Santa- susurra para que nadie le escuche solo Jack y yo. Viro los ojos.

Y ahí vamos.