Dru
Hermoso el día en que yo nací, hermoso el día en que era solo un niño que disfrutaba de la aventura y hermosa la altura con la que mire desde el cielo la ciudad de Hellas bueno ahora entonces Atenas. Ahora por otro lado mis padres, si, ellos lo amo con todo mi corazón así hayan sido estrictos conmigo y lo mejor de todo es que siguen vivos. Miro a mi padre con su cabello blanco y su chitón antiguo recoger los mangos para llevarlos a casa, me volteo y veo a mi mama llevar flores silvestres para la decoración de un hogar imaginario. Y que decir de mi hermano Ramón, obvio ese nombre ya ha sido escuchado, mi hermanito igualito a papá cuando el era joven, si cabello tiene rizos rebeldes, y le encanta llevar una diadema, así haya avanzado el tiempo, siempre la usa. Está ayudando a mamá a recoger las flores mientras yo toco el violín, el que un día me lo gane por una competencia de batallas. Cómo extraño por cierto.
-Hijos ya podemos irnos- dice mi padre y todos abrimos nuestras alas para elevarnos. Mientras volamos sin ser vistos por la humanidad pienso que es hora de presentar a Oneday con mis padres, y me asusta que lo vuelvan a prohibir. Anteriormente ellos estaban en contra de que yo este enamorado de una elfa de la navidad cuando no tenía que ver nada con nuestro mundo pero eso ya cambió mi Oneday ya no es una elfa es alguien que puede pertenecer a los cielos. Cuando le conté sobre eso a mamá y papá se quedaron en shock y quién no. De un día para otro dejo de ser elfa para pertenecer a los cielos. Pero la pregunta que hizo mi padre fue la siguiente.
¿Y que hará ella ahora?
La verdad no lo sé, es decisión de Oneday y no podría intervenir pero una cosa es segura no me alejare, esta vez no. Esos días terminaron.
Descendemos en nuestra casa y dejo el violín en su lugar. La mano de mama toca el un lado de mi hombro y me giro a verla mientras ella me sonríe.
-Ven- me atrae y me sienta en un banco- estas manchado de tierra en la cara- saca un trapo de su vestido y con un poco de agua que apareció en su copa me comienza a limpiar.
-Hablame más de esa chica- nos vemos a los ojos.
Sonrió con ternura.
-Tiene cabello blanco, y unos ojos muy azules que me encantan, eso que tiene la hace muy diferente de nuestro grupo ademas paso por muchas cosas, le toco ser valiente, arriesgarse a las situaciones que resultaron confusas para ella. Luchar contra si misma y dejar alado sus inseguridades al haber perdido a su abuelo. Grevor era una persona muy importante para ella y ahora cuando la miro siento que ella puede salir sola adelante sin ayuda de nadie. Y por último se preocupa por las personas que quiere y ama los juguetes- sonrió ante lo que digo de mi elfita y mama me toma las manos con calidez mientras ella llora de la alegría.
-Dru, mi pequeño Dru siempre estuviste enamorado de ella, buscándola, tratando de ver que tenía que ver contigo y ahora lo has encontrado y me alegro tanto porque lo que más importa a nosotros tu familia es tu felicidad, hijo- yo también comienzo a derramar lágrimas y es de tranquilidad. Miro a mi padre que sale de donde parece que estaba escondido y me mira detalladamente mientras se acerca un poco serio.
-Sabes muy bien que tengo que conocerla para saber que serás feliz y que debes integrarla a nuestro mundo para que ella se sienta cómoda- asiento ante la voz gruesa de mi padre.
Mi hermano viene abrazarme mientras dice.
-A mí me agrado cuando este loco me mando a cuidarla o más bien a vigilarla – le agarro de los cabellos mientras él se ríe.
-¡Dru!- me llama la atención mama mientras mi padre se sienta alado de ella y pone su mano en su hombro.
-Cariño, no les hagas caso. Qué tal si vamos a seguir practicando con el arco- ella asiente feliz. Cuando están por irse mama nos regresa a ver.
-Los quiero hijos míos, ya saben que son mi mayor bendición.
-También te amamos mama- decimos al unísono mi hermano y yo.
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amor verdadero, navidad blanca y oscura, elfa y angeles buenos y malos
Editado: 09.12.2024