XXII

He leído que esto es un placer único para el hombre tanto como para la mujer y sí que lo es. Siento como el miembro de Diocles entra y sale de mí, siento como besa mi cuello, siento como su mano izquierda toca mi pierna desnuda y con la otra toca mi cabello,  siento como esta vez se mueve más rápido, siento su respiración. Veo que pega su frente a la mía mientras que su pene sigue  moviéndose dentro de mí, abro mis ojos y veo que está mirándome y yo estoy más agitada que nunca con la boca abierta, porque siento esa extraña sensación en mí, de placer .

-Me gusta mirarte, y más mientras hacemos el amor – me besa y pongo mis manos en su espalda desnuda y ancha. Esto se volvió más loco, tengo calor y frío a la vez. Cuando llego al punto del paraíso le clavo mis uñas en su hermosa espalda y me desprendo de sus besos para gemir en su oído. De  él recibo un tierno beso en mi mejilla y se aleja derramando semen en mi abdomen.

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-¿Te gusto?- ¿me gusto?, me encanto aunque yo lo hice toda puerca, que vergüenza si Moe no me hubiera bañado con agua sucia.

-Si – pongo la palma de mi mano en su pecho desnudo.

-¿Te dolió? – fue horroroso al inicio.

-Un poco – mucho – pero me encanto para ser mi primera vez- él sonríe.

-Creo que deberíamos repetirlo y quedarnos a dormir aquí.

-¡Eee! - me pongo de rodillas y me pongo encima de él. – Creo que tenemos que bañarnos porque yo…

-Shhh, está bien- dice sorprendido- ¿a esta hora quieres bañarte?, lo haremos, pero nunca tengas miedo de mostrarte desnuda frente de mi Grecia – toca mi muslo y me lo aprieta.

-Nunca – me acerco para besarle y le digo entre besos –Hazme el amor de nuevo.

Media hora después

Diocles  restriega mi espalda y me muero de frío, le toco su rodilla para yo también comenzar a restregarle. Cuando terminamos me muevo para estar frente a frente –lamento que mi primera vez haya sido así, Moe me baño con agua sucia – muestra una sonrisa tierna.

-No importa - me toma de la barbilla y me besa. –A mí no me importo que lo hayamos hecho así, fue excitante- cochino.

-¿En serio? – hago una mueca de asco.

-En serio y  te amo.

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-Yo, siento haberte dejado la paja echa un desastre- le digo a Moe mientras tomo el agua de hierbas.

-No tranquila, seguro ya me imagino lo que paso ahí.

-Diocles, está haciendo la paja tipo cuadros, no sé cómo se dice- trato de explicarle.

-¡Ahh! y cambiando de tema,  mejor dicho, ¿qué sentiste? – Hago una mueca de sorpresa- me refiero, como te sentiste, te arrepientes- alejo la taza de mi boca y la pongo en la mesa de madera.

-Para nada, me encanto, es todo lo que diré –Moe se mata de la risa.

-Creo que iré ayudarlo hacer  “cuadro a la paja”-se levanta y sale a fuera.

-Creo que yo lavare estos utensilios de cocina – me digo a mi misma.

Cuando acabo de lavar los utensilios de cocina salgo afuera, veo a Moe y a Diocles enrollando en círculos la paja, parece un tubo. Diocles me regresa a ver y me sonríe yo le regreso la sonrisa como tonta, porque de verdad me gusta y me encanta  todo. Creo que también lo amo.

-¿Quieren agua? – pregunto gritando para que me escuchen.

-Si amor, gracias –‘‘amor’’, adoro cuando me dice amor siento mariposas en mi estómago.

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-Más fuerte – le digo a Iris.

-Utilizo toda mi fuerza- chilla estresada.

-Claro que no-le aclaro.

-Recuerda soy un ángel de la guarda no de la guerra.

-Pero los ángeles de la guarda también batallan.

-Pero yo no- se rinde- sabes que acompáñeme a cuidar al niño y visitas al rey de una vez.

-No creo que sea correcto- le advierto. Ir juntas nos pueden descubrir.

-¡Vamos! tienes que ver que se esté comprometiendo a cambiar. Además supe que ejecutaron a la esposa, bueno exesposa.

-Sabes que, me convenciste iré.

-Iremos – bien laza los palos de madera por los aires pero lejos de nosotros.

-Antes de eso, una carrera de alas.

- Y quien llega primero a darse un baño, gana.

-Okei – amabas sacamos nuestras alas y  nos elevamos.