XLVII

-Iris – digo con una desesperación de temor tenerla frente mío es doloroso, sobre todo cuando se enteró que viví con Dane, un sufrimiento no es fácil de que se nos vaya, a mi como a ella nos ha pasado cosas feas pero cuando tienes un problema siempre habrá una solución, y aquí estoy parada con Arcángel frente a ella, tratando de encontrar una solución.

-Pasen- nos dice. Lo hacemos y  como es la primera vez que estoy en su casa se siente desolada, triste y sin alegría, cuando la vi por primera vez en la cascada, sentí que era una chica alegre llena de entusiasmo, pensé que también era otra desterrada pero ahora con mis verdaderos recuerdos, siento vergüenza porque no sé qué pensara de mí. Seguro lo peor.

-¿Cómo te sientes?, sé que  es muy duro, estamos aquí para apoyarte para lo que sea- digo de manera cautelosa.

-Ahh, ¿si? – dice, regreso a ver a Arcángel y me doy cuenta que tiene una mirada de curioso.

-Iris, la culpa fue de ambos, tú por ocultarle todo este tiempo y él por irse y cometer actos horrorosos. Pero todo puede ser distinto ahora- habla Arcángel.

-Distinto. Mire señor Arcángel yo no voy a perdonar Artemis que se vaya al demonio, porque al infierno pertenece – grita.

-Claro que no, él es bueno – dice Arcángel, seguro de sus palabras. Acaso no conoce bien a Artemis.

-Ni tan bueno – digo- hizo muchas cosas feas, como matar.

-Pero eso quedo en el pasado hace más de mil años antes de que ustedes nacieran.

-Pero igual. Matar es una matanza ya sea de ángeles o cualquier humano.

-Él no ha matado humanos – se exalta Arcángel. Y recuerdo al hijo el rey de mi pasado cuando lo secuestro, como no, esta tan ciego señor.

-Tranquilo- digo alzando las manos en defensa.

-Porque lo defiendes – dice Iris – es de lo peor.

-Lo defiendo porque lo quiero mucho – me espanto y asombro a la vez.

-¿Acaso te volviste gay?- su cara es de estupefacción, es un poco chistosa procuro no reírme.

-Claro que no – dice inmediatamente.

-¿Entonces?- dice Iris con los brazos cruzados.

-Entonces nada, la pelea no es con Artemis – dice un poco furioso, la verdad esto me confunde. Arcángel  guarda un secreto y me da curiosidad por saberlo.

-Ustedes les falta mucho por saber, deberíamos reunirnos todos los desterrados un día y hablar – nos comenta.

- Si claro- dice sin importarle Iris.

-¿Por qué?-me regresa a ver sorprendido cuando abro mi boca.

-Porque no todo es lo que parece, no te has preguntado cual es la verdadera razón por la que los ángeles están desterrados – por mi o no,  se levanta de su asiento y ahora si me dejo con la intriga.

-Entonces cuéntanos – dice Iris.

-Yo necesito a todos los ángeles desterrados para contarles. Solo les digo que volver al cielo ahora es peligroso y toca tener mucho cuidado con lo que uno hace, ya que siempre vigilan – apunta hacia arriba y eso hizo que me recorriera un escalofrío.

-Arcángel – digo.

-No Grecia adiós- y así desaparece.

No me gusto que me dejara con la palabra en la boca pero ahora que se fue Arcángel me quede sola con Iris y es momento de aprovechar hablando con ella de todo, espero que me escuche.

-Iris, podemos hablar – me mira fugaz y se levanta para ir a la cocina .Veo que saca del refrigerador agua.

-Ya que estas aquí, en mi casa, habla – me dice.

-Lo siento, siento todo lo que has pasado, siento que yo haya perdido la memoria, siento haber vivido con Artemis-  tomo asiento en el sillón blanco derramando lágrimas de dolor, de arrepentimiento. Me llevo las manos a mi cara y me la tapo, es doloroso esto ya que he traicionado a una  amiga, pero que podía hacer no tenía memoria.

-No fue tu culpa  Grecia, tus recuerdos llegaron tarde eso es todo.

-Claro que es mi culpa, no te das cuenta que casi llego a un romance con él, si no me hubiera ido, si no hubiera escapado .Que hubiera pasado si yo seguía en esa casa.

-Lo que tenía que pasar……. lo que tuvo que pasar pasó, él era responsables de sus acciones. Él también te quería en el pasado, pero me di cuenta que solo era un capricho, capaz el intentaba revivir ese capricho que estuvo en el pasado.

-Todos estamos destinados a sufrir Iris, creo que por eso estamos desterrados.

-Algunos injustamente – se acerca a mí para sentarse alado mío y abrazarme.

Alicet

El corazón está que se me acelera de los nervios. Santiago me mira y yo le regreso esa mirada con una sonrisa.

-Está muy rico el postre – le digo. Es un pastel de chocolate con helado de vainilla.

-¿A qué te dedicas Alicet?- me da cosa decirle que soy modelo. Pero esa es mi profesión y me gusta.

-Soy modelo- digo con desconfianza.

-Increíble – muestra sus dientes con esa perfecta sonrisa.