Prólogo

Estamos tan acostumbradas al ver chicos que solo juegan con las mujeres o la usan a su gusto sin importarle nada. Gracias a esto, proyectamos esa imagen que tenemos en ese chico que un día nos rompió el corazón en cualquier otro, suponiendo que él será igual que el anterior. O eso me pasa a mi. O mejor dicho me pasó.

No negare que cuando lo vi, lo primero que se me vino a la cabeza fue: mujeriego. ¿Y quién no lo haría? Pensamos que con tener esos ojos azules, cabello negro, cuerpo atlético con músculos, es todo un mujeriego. Pero no, él no fue así, ni lo era, ni siquiera se acercaba a serlo. Era todo lo contrario. 

Seth no era lo que yo pensaba. Ni lo que los demás pensaban. Seth era…Seth. 

Un chico que disfrutaba de la vida como si en cualquier momento se acabaría, un chico con un gran corazón, un chico que desprendía felicidad a pesar de su pasado, un chico del cual me enamoré perdidamente.