Después de mi hallazgo, fui a buscar a Kalishta para que fuera a observar aquella pequeña criatura. Al empezar a caminar de vuelta; empecé a escuchar pequeñas pisadas detrás mío, con extrañeza gire un poco la cabeza con el rabillo del ojo pude observar que aquella criatura me estaba siguiendo. Cuando la pequeña bestia se dio cuenta de que yo la estaba mirando hizo una copia de el mismo y luego desapareció de un salto en la oscuridad, entonces decidí corre a donde estaba Kalishta; pero todavía no estaba habituado a mi nuevo cuerpo, así que me canse muy rápido pero finalmente pude llegar donde se encontraba mi compañera. Me acerque a ella, le toque el hombro y le dije:
Ella se sorprende y me pregunta:
Claro, le respondí.
Aquella criatura la encontré durmiendo sobre una roca, era pequeña de un pelaje color naranja con manchas grises; también lo pude ver siguiéndome esta bestia puede moverse en cuatro o dos patas, al ser visto el crea una copia de sí mismo y desaparece.
Gracias me dijo Kalishta.
Mientras hablábamos escuchamos varios pasos acercándose hacia nosotros por la espalda, al voltearnos nos dimos cuenta de que eran criaturas pequeñas como la que yo había visto durmiendo, una de ellas se acercó a mí y tomo mi mano, me estaba halando hacia la otra pequeña bestia.
Al estar más cerca las criaturas empezaron a comunicarse entre ellas con unos gruñidos muy extraños; uno era el líder de la tribu, se acercó a mí diciendo:
Yo no estaba muy seguro de lo que hablaba Merphiz, así que salimos todos de aquella cueva; al salir los smokrow que estaban en la cueva cambiaron su pelaje a un verde oscuro y las manchas a un marrón. Kalishta asombrada anoto todo lo visto en su libro de exploración, caminamos un buen rato por el bosque hasta que de un momento a otro vimos algunos cuerpos y arboles tirados, Merphiz al acercarse a uno de los cuerpos se dio cuenta que era uno de los miembros de su tribu, cuando se levantó aun llorando nos dijo que era culpa de esos engendros, el pidió que le ayudáramos a salvar a los smokrow sobrevivientes.
Yo le respondí que sí, pero primero teníamos que encontrar su campamento, y encontrar algunas armas para poder defendernos; así podremos salvar al resto de tu tribu.
Caminamos por unas cuantas horas por el camino de árboles y cuerpos desmembrados, hasta que llegamos al campamento de estas desagradables criaturas, convenientemente cerca se encontraban una herrería descuidada.