She

POST 6

KRISTIN ROTH

━━━━━━✧♛✧━━━━━━

¿Qué sucede? 

¿Por qué Elliot desapareció? 

Si hace tan solo una semana estaba bien... 

Los pensamientos siguen brotando en mi mente como si fueran aves volando dentro de este, las preguntas abundan, y yo sigo tratando de buscarles una respuesta lógica. Pero no encuentro nada. 

Termino de beber de mi agua saborizada para salir de la cafetería a altas horas de la noche, en serio que deberían reforzar la seguridad aquí. Cualquiera puede entrar y salir de este lugar cuando quiera. Me concentro en dirigirme a mi habitación, no obstante, entre los pasillos volví a sentir aquel olor a sangre que percibí en mi sueño tan vivido esa noche. 

Me pellizco el brazo, no estoy soñando, significa que ese olor es completamente real... 

Sigo el olor con mi olfato como un perro, entro a lo más profundo de los pasillos, no hay luz. Solo hay oscuridad, enciendo la linterna de mi teléfono, y reparo en las manchas de sangre que hay alrededor; en las paredes blancas y en el piso alfombrado. 

—¿Qué carajos? —mi respiración se agita mientras avanzo para seguir esos rastros de sangre. 

Mi consciencia me dice que no lo haga, pero mis piernas no le prestan la más mínima atención, solo siguen caminando. Visualizo lo que puedo a mi alrededor, llego a una puerta, está abierta, así que entro a la habitación número 88 —sí, nuestras habitaciones tienen números—. Recuerdo que, una chica dormía aquí, pero... No recuerdo su nombre. 

—¿Hola? —nadie responde, esto es raro. 

Observo todo, está ordenado; sin embargo, en su cama hay un bulto enorme, debe ser ella durmiendo. Me acerco, quito la sabana que tiene encima y... 

Un cadáver lleno de sangre de una chica morena; cabello castaño y ojos oscuros, se encuentra sobre esa cama, la cual imagino que es la dueña de esta habitación. 

—¿Q-Qué es...? —alguien cubre mi boca antes de poder llamar a la policía, soy arrastrada por la habitación. 

Mi corazón late demasiado rápido, intento zafarme del agarre, pero es muy fuerte, hasta que logro abrir mi boca y morder su mano con rabia. Me suelta, en el momento en que lo hace, corro hacia el pasillo por el cual me metí, choco con otro cuerpo que me hace saltar del susto. Sollozo al darme cuenta de quién es. 

—¿Purpura? —no puedo controlar mi cuerpo porque estoy temblando del susto —. ¿Qué haces aquí? 

—H-Hay u... —no puedo hablar, él no me entiende cuando trato de hablar.

Jarvi llega hacia nosotros, intento decirles lo que vi, pero mi voz no sale. Jarvi se acerca a mí, agarra mis hombros y me pide que respire profundo junto a él. Le hago caso y comienzo a hablar. 

—Hay un cadáver allí adentro —mis ojos comienzan a empañarse de lágrimas —. Alguien estaba allí e intentó... Quiso hacerme algo... 

No podía hablar del todo bien, mi tono de voz era muy frenético. Jarvi se fue a inspeccionar el lugar mientras que Alvar se quedó conmigo para callarme, necesitaba llamar a las chicas para saber si estaban bien. 

—Llamaré al director para que venga de inmediato —fue lo último que pudimos hablar. 

Horas más tarde, eran las dos de la madrugada y la policía había llegado para ver la escena del crimen. Me tenían sentida en una de las mesas de la cafetería, un detective se acercó a mí para hacerme unas preguntas. Preguntó mi nombre y edad, e incluso mi número de teléfono, algo extraño, ningún policía acostumbra pedir el número de teléfono de nadie. 

—¿Para qué lo quiere? —pregunté desconfiada. 

—Para saber si quiere que ir a tomar algo conmigo, señorita —su sonrisa maliciosa me hace saltar del asiento. 

—¡No voy a hacer tal cosa! —grité como respuesta, Alvar se acercó a mí preocupado por lo que estaba pasando. 

—¿Qué sucede? —inquiere. 

—Solo estaba pidiéndole su número de teléfono para concretar una reunión en la estación de policía, necesitaremos el testimonio de todos —se excusa el policía. 

—Kristin, esto es normal, solo dale tu número —miro de nuevo al policía, está sonriendo como un completo pervertido. 

—No lo haré. 

—Kristin, no hagas esto más difícil —me niego a hacerlo, Alvar se rinde y suspira —. Lo siento, detective, aún sigue algo alterada, necesita descansar, pero puedo darle el mío. 

—Gracias, joven —el detective se levanta para despedirse —. Lamento si la ofendí, señorita. 

—Alter Perverser —murmuré enojada. 

—¿Cómo? 

—Ignórela, ella no es de aquí —explica Alvar —. Sabe como son los alemanes. 

—Claro. 

Se va, por fin puedo respirar en paz, Alvar me analiza con la mirada. Yo solo me mantengo con la mente en blanco para no recordar todo lo que ocurrió en tan solo una noche. 

—¿Estás bien? —pregunta el finlandés. 

—Sí, ahora sí —mis ojos pesan por el cansancio —. Debería ir a dormir, perdón por causar tantos problemas. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.