Si amarte es tan fácil... ¿por qué duele?

23º Titanic

El Océano me traga

de la misma forma 

en la que yo trago los antidepresivos.

De repente me siento más pesada,

me ahogo en mis propias lagrimas.

Mis suspiros inversos,

brisas hacia dentro,

gritan ayuda.

Pero no hay nadie,

estoy sola.

El Titanic se hunde.

Mi mente es de titanio,

pero mi corazón es de cristal.

Todo se asfixia en mi,

y es mi culpa.

Mis músculos se vuelven piedras.

El pánico y los nervios me abordan

como pasajeros sin boleto 

que entraron a escondidas.

La preocupación como agua

llena un vaso,

ese vaso soy yo.

Noches despierta 

observando recíprocamente

aquel firmamento oscuro 

y aquella Luna contrastándolo, 

ambos intentan calmar mis miedos irracionales.

El aire se extingue

 tan lentamente que duele.

La ayuda nunca llega,

El frío Océano congela mi alma,

cierro mis ojos,

la oscuridad me mira fijamente

y la enfrento,

pero ella gana.

Y vuelvo a sumergirme en la oscuridad.

 

-S.M Doufor.

 



#39106 en Novela romántica
#25570 en Otros
#7796 en Relatos cortos

En el texto hay: poesia, versos, amor

Editado: 03.06.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.