Si es contigo acepto

Capítulo 5

—Viviana— es el primer nombre que se me viene a la mente

 

Sus ojos me examinan detenidamente, como si yo fuese real o no ¡pero claro que soy real! Además, es un nombre bonito

 

— ¿te llamas, Viviana?— pregunta con cierta duda

 

Me mira fijamente, algo que realmente me aterra, trata de descubrir si estoy diciendo la verdad. Ya sé, si me descubre, entonces le diré mi verdadero nombre, solo si descubre que le estoy mintiendo. Trago saliva.

 

—si— susurro

 

Asiente y se lleva otro pedazo de huevo revuelto, a la boca. Lo miro mientras come. ¿Existen chicos así? Robert cambia de humor constantemente, ¿será por mi culpa?

 

 — ¿no tienes hambre?— me pregunta al ver que no he tocado nada de mi plato

 

—oh— miro mi desayuno— sí… sí, me muero de hambre— realmente es cierto, pero me había distraído viéndolo comer— gracias, Rob

 

Limpia la comisura de sus labios con la servilleta —¿Rob?— me pregunta por cómo lo he llamado, abreviando su nombre

 

—sip— sonrío — Rob, me gusta, además es más práctico— me remuevo en mi asiento un tanto incómoda ante su mirada

 

Me devuelve la sonrisa —de nada, Viviana— y la sonrisa que tengo se desvanece poco a poco, ya que ha creído mi mentira.

 

Desayunamos en silencio. Observo hacia la sala, está alumbrada por los rayos de sol que entran por el balconcito del apartamento. Veo nuevamente a Rob y ya casi está por terminar su desayuno. Empiezo a comer, los huevos revueltos están suavecitos y tibios, no tienen mucha sal, lo que es bueno; mastico y trago, está riquísimo.

 

Sigo desayunando y ahora es donde me pongo a pesar que va a suceder desde el día de hoy.

 

—Rob…— digo al terminar mi desayuno. Coge un panecillo de la cesta, muerde un pedazo y me mira—oye… necesito donde vivir en Brooklyn ¿sabes dónde alquilan o venden departamentos?

 

Antes de que él pueda responderme, tocan la puerta. Rob se levanta sin decirme nada. Termino de comer, me levanto de la mesa, llevo los platos hacia el fregadero y allí los dejo. Escucho voces, volteo, y la puerta está abierta, a penas y puedo ver la espalda de Rob y de la otra persona, nada.

 

—vamos, solo espérame esta semana…

 

—Robert… ésta es la segunda vez que me dices lo mismo

 

No puedo evitar sentir curiosidad de lo que Rob está hablando con la persona que tocó la puerta. No me muevo de mi sitio y agudizo el oído para escuchar mejor.

 

—dale Joseph por favor…— entonces así se llama quien vino a buscar a Rob. Joseph.

 

Escucho un resoplido por parte de ese hombre —Robert, solo hasta el próximo fin de semana, sino… lo lamento pero…

 

Oh, no.

 

—Joseph— le interrumpe Rob— tranquilo hermano, ya te dije que si te voy a pagar

 

—lo siento, es más yo te daría más plazo, pero el dueño me presiona a mi si es que ustedes no pagan

 

—te entiendo— creo que se abrazan porque escucho unas palmaditas por parte de ambos— nos vemos

 

No me da momento de reaccionar cuando Rob entra de nuevo y se da cuenta que lo estoy mirando.

 

—¿qué haces ahí?— cierra la puerta y camina hasta el sofá de la sala, se desploma un tanto cansado —¿escuchaste todo?— camina y se desploma en el sofá

 

Me quedo callada. Por lo que entiendo, Rob le debe dinero al tal Joseph y si no me equivoco sería del pago de este apartamento. Tal vez, pueda ayudarlo, pero ¿con qué dinero? No tengo absolutamente nada, debí coger mis tarjetas de crédito antes de huir de la iglesia.

 

—te estoy hablando— Rob está entretenido viendo la televisión, ésta cuelga de la pared que está en frente de él

 

— Rob— deja de ver la televisión y me mira— escuché tu conversación, fue sin querer, además estabas ahí a unos metros de dónde yo estaba, el punto es que…

 

—haber— apaga con el control remoto la tv, vuelve a mirarme— para que lo sepas debo dos meses del alquiler de este apartamento, pero voy a solucionarlo— asiente para sí mismo

 

—¿estás seguro de eso?— me cruzo de brazos

 

—sí, ya estamos casi fin de mes, ya voy a recibir mi paga

 

Ahora que habla de ‘paga’ ¿en qué trabajará?¡doctor! No, no creo, ¡arquitecto!... no, tampoco. Hum... Rob lo que tiene de sexy lo tiene de misterioso.

 

—puedo vender mi vestido— me encojo de hombros

 

Rob ríe a carcajadas ante mi comentario

 

— ¿de qué te ríes? —digo de mala gana

 

Sigue riendo unos segundos más y luego se restriega los ojos

 

—eres graciosa, ya en serio, nadie daría ni un dólar por tu vestido

 

Si supieras, Rob… él cree que soy una simple muchacha que encontró en plena huida de su boda, primero, no soy así, he estado acostumbrada a lo mejor de lo mejor, tengo o más bien tenía una mansión como hogar, joyas, lujos.

 

 Mi madre es Elizabeth Rosas, una de las mejores diseñadoras de moda no solo de New York, también es conocida en países como Italia, Francia y en especial en Londres, los vestidos de novia que ella hace son exquisitamente de en sueño, son realmente hermosos, el año pasado la princesa de Inglaterra compró uno de sus vestidos. Mi madre es aficionada de las bodas, de los grandes eventos, siempre ha sido así. De ahí mi nombre tan.. tan, tan! Me llamó “Bouquet”.

 

Fue ella quien diseñó mi vestido, valorizado en 350 mil dólares, está salpicado con algunos diamantes pequeñísimos y legítimas perlas blancas, algo totalmente innecesario, pero como siempre, mi madre nunca ha tomado en cuenta alguna opinión mía, ni si quiera cuando supo que iba a casarme.  

 

—okay— digo. No puedo decirle a Rob de dónde provengo, no puedo. Si le digo, es capaz de echarme a patadas de su apartamento. Pero es que, todo lo que yo tenía, en realidad no era mío, es de mi familia, de los Hamilton— pero creo que esto… si vale— me saco el anillo de compromiso de mi dedo



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En el texto hay: comediaromantica, romance, amor y humor

Editado: 05.07.2022

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